El proyecto del Tren Maya en la dinámica nacional

  • Humberto Sosa Argáez

El sistema ferroviario nacional, tiene sus orígenes desde la época del gobierno del Presidente Porfirio Díaz en donde, desde aquellas épocas, por la necesidad de generar desarrollo económico, se contempló desarrollar esta infraestructura.

Desde entonces, se contempló interconectar las principales ciudades, además del sureste como es la península de Yucatán. El planteamiento fue acercar principalmente hacia el Golfo de México, desde el centro, que en aquél entonces, Veracruz  era el puerto más importante y también se enfocaron en desarrollar la infraestructura hacia el norte del país.

No solamente fueron los Estado Unidos de América los inversionistas en este gran proyecto de nación, sino que también participaron países como Reino Unido, Francia, Holanda y Alemania, En 1850, se inauguró el primer tramo de vía de 13.6 kilómetros, del Puerto de Veracruz con los Llanos de El Molino, rumbo al Río San Juan en el mismo estado. Posteriormente, se construyeron los tramos que unían las poblaciones de Tlaxcala y Veracruz con la capital del país.

No fue hasta el periodo del Porfiriato, 1876-1880, en que se otorgaron concesiones a particulares mexicanos para la construcción de la línea ferroviaria en la Península de Yucatán. Posteriormente, Ferrocarriles Unidos de Yucatán, con financiamiento local, se integraron en 1902 a otros ferrocarriles ya existentes en la Península de Yucatán. Esta infraestructura estuvo aislada del resto de las demás, pero no fue hasta 1958 que se amplió el ramal Mérida a Campeche y se integró con el Ferrocarril del Sureste. Durante los siguientes años la infraestructura ferroviaria fue creciendo a lo largo y ancho del país, hasta que en los años 80 se modernizaron las vías, se corrigieron diseños de pendientes y se rediseñaron nuevos trazos que habían hecho inicialmente.

A medida que la infraestructura iba creciendo por las entidades del país, también lo iban haciendo las regiones productivas del país donde se empezaron a dar un desarrollo económico como del café en Veracruz, y en regiones como Puebla, Tlaxcala, el Estado de México y el Sur de Hidalgo, se establecieron grandes plantaciones de maguey por las perspectivas de producción de pulque, por citar algunos. En el desarrollo de esta infraestructura ferroviaria, sin duda hubo tanto impactos positivos como negativos, tales como que decayeron poblados, pero resurgieron otros nuevos. En el aspecto social, se dieron los casos de expropiación donde se iba trazando las vías, pero se tuvo especial cuidado de no pasara por propiedades de grandes potentados económicos.

El proyecto del TREN MAYA sin duda tendrá el gran reto de sortear tanto los efectos positivos como los negativos, en este nuevo proyecto de actualización y crecimiento de la infraestructura en la Península de Yucatán. Este proyecto, está contemplando con mayor dedicación, de acuerdo a todas las normativas, considerar los impactos ecológicos de flora y fauna; el de las comunidades indígenas y pueblos originarios; el cultural entre otros tantos temas, para lograr impulsar de nuevo la industria turística, pero sobretodo ser una palanca de desarrollo de todo el Sureste mexicano como nunca se había hecho.

 

El Director del Fondo Nacional del Fomento al Turismo (FONATUR) Rogelio Jiménez Pons encargado de este proyecto, declaró a inicio del mes de mayo que la base del Tren Maya será la ingeniería básica, permitirá conocer la impresión general que se provocará en las zonas, para luego realizar los estudios sobre impacto ambiental y finalmente consultar a los pueblos indígenas, como ya lo han hecho en múltiples reuniones previas, a lo largo de toda la trayectoria del proyecto. Este proyecto con una longitud de aproximadamente 1,525 km de recorrido, en la región sur y sureste del país, atraviesa los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, contemplando tener construidas 15 de las más de 50 estaciones para el próximo 2023. Siendo México el sexto país con mayor número de visitantes en el mundo, el tren impulsaría de nueva cuenta el turismo en esta región del país, además de contribuir como palanca para el desarrollo nacional al convertirse nuevamente, en un medio de transporte y de igual manera, un medio para la logística de carga hacia y para la Península de Yucatán, el Sureste con el resto del país.

Sin duda a través de la historia de la humanidad el crecimiento de la infraestructura de comunicaciones y transportes mejora la calidad de vida y en tiempos modernos, ha provocado beneficios de gran magnitud; esto debido a que logra crear los medios de interconexión entre las partes que quieren enviar o recibir algún producto, así como de trasladar a una persona, e igual manera, recibirla. Esta dinámica, se restablecerá nuevamente, en el instante que inicie nuevamente el flujo de carga y personas con el proyecto del TREN MAYA por toda la Península de Yucatán. La infraestructura ferroviaria que se restablecerá, modernizará y ampliará con el proyecto del TREN MAYA, generará e impulsará, como lo hizo en el siglo pasado, un gran desarrollo económico, social, urbano, cultural y turístico, entre otros tantos beneficios. Al estar nuevamente, las comunidades, poblaciones, ciudades, ranchos, ejidos, regiones, en comunicación por este medio ferroviario, provocará una dinámica económica que impulsará el desarrollo de los habitantes para mejorar su calidad de vida, vivienda, educación, comercio, y así mismo poder conservar sus costumbres, gastronomía y tradiciones, al contar con mayores oportunidades de acceso al progreso socio económico cultural. Es por ello que el proyecto del TREN MAYA, conllevará un desarrollo urbano, a lo largo de todo el trayecto de la ruta, ya que se han establecido los lineamientos sociales, culturales y ambientales que deberá ejercer en beneficio de todos los habitantes cercanos a la ruta peninsular.

Siguiendo al Profesor Julio Franco Corzo (Diseño de Políticas Públicas) considerando el Ciclo de vida de las Políticas Públicas como son: Gestación, Diseño (Evaluación exante), Implementación (Evaluación concomitante) y Evaluación de impacto (Evaluación expost). Este proyecto podría lograr apalancar a la 4T para el siguiente sexenio. Obvio el tiempo apremia y es un asunto de Agenda, Legislación y Presupuesto.

No olvidemos como indica en su novela Elena Poniatowska “El Tren pasa primero”. (Premio Rómulo Gallegos 2007) que la Revolución Mexicana se hizo en Tren y que las grandes máquinas locomotoras en los años 50s unieron al país, transportando familias y sueños. Pero también surgieron los claroscuros por batallas del líder ferrocarrilero Trinidad Pineda Chiñas, la traducción literaria de Demetrio Vallejo, con su lucha permanente contra los líderes charros (pagados y aupados por el Gobierno) y contra todo tipo de fuerzas gubernamentales, la del presidente de la República incluida.

El Ferrocarril fue y es símbolo de la libertad para diversas gentes en el México postrevolucionario. Hoy nos encontramos en otro panorama en donde priva la temática individualista lejos de la solidaridad, la causa es la desconfianza de los gobiernos anteriores; pero hay que diferenciar una administración dirigida por un hombre de palabras del de obras.

Desde el punto de vista cultural pienso que esta obra sexenal también nos hará justicia al sureste de México; ya que como afirmaba Octavio Paz en su Itinerario Crítico que: Mérida; Yucatán es una población española, señorial y lenta. Las guías de turismo la tratan de “romántica capital”. Pero en la noche el hombre se hunde en la vida feudal; no sólo hay clases divididas por la miseria y la servidumbre, sino que existe toda una orgullosa arquitectura de castas, impenetrable y rígida. Cuando los grandes hacendados hablan de yucatanizar a Yucatán lo que en realidad quieren es manos libres para la venta del suelo y sus productos al imperialismo (hasta aquí la cita 1937).

El proyecto del TREN MAYA ha generado temor de las clases medias por el impacto económico que tendrá la península de Yucatán; es lógico por algunos ejemplos críticos de elefantes blancos que derrocharon recursos para infraestructura sin beneficios (como El Agrocentro Siglo XXI en Veracruz 2002-2003 o la Mega escultura Mestizaje Mexicano en Quintana Roo en 2004 entre otras). O por la forma que se benefició o se distribuyó el ingreso obtenido por la explotación del henequén en el sig. XIX. 

Ahora debemos ser objetivos porque los tiempos son otros, urge el desarrollo para todos, este proyecto debe alentar la hermandad y la grandeza de la Civilización Maya para México y el Mundo entero.

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Humberto Sosa Argáez

Es licenciado en Ciencias Políticas por la UPAEP y maestro en Administración con especialidad en Ingeniería Financiera por la Universidad del Valle de México