La fobia de los medios

  • Xavier Gutiérrez

Hay una gran hipersensibilidad en el quehacer político en estos días en México, en todo el país. 

Como nunca, el presidente de la república es objeto de una crítica feroz, imparable. En muchos aspectos se ha ganado la censura, pero no en todos.

 De su lado, tampoco ha sabido o querido adoptar una comunicación inteligente, acostumbrado  a su habilidad para lidiar acertadamente con multitudes.

Pero en el flanco de los medios, opinadores y empresas, salvo excepciones, no se aprecia una crítica ni de calidad, ni leal ni equilibrada.

Tomemos un par de ejemplos frescos: Dice “Proceso” de esta semana: “Norma en la Cuarta T. Aplastar la crítica.” Y “Reforma” de este sábado 6 de junio: “Cierran Filas con Alfaro”.

Si en un tiempo el gobierno ha sido respetuoso y tolerante con la crítica, es este. A pesar del  insulto literal y a gritos, como lo hiciera públicamente Héctor Aguilar Camín, un hombre de ideas y de negocios exitosos.

“Proceso” mismo es un ejemplo de que la crítica eterna, al estilo de ese semanario, no ha sido tocada con un alfiler. Al contrario, es de los contados medios que ha recibido un trato publicitario generoso.  ¿Cuál aplastamiento?.

Este estilo de periodismo, excelente las más de las veces no es perfecto. Nunca lo ha sido. Ha vendido su estilo y así ha sido un factor importante en la vida política del país. Pero, a muchos lectores nos encantaría ver en sus páginas la crítica completa: las dos caras de la moneda. 

A mi siempre me ha parecido que crítica es aplauso y censura. Nadie se vende al reconocer lo bueno, el acierto, ni es enemigo al sólo destacar lo negativo.

He dicho otra vez que, en el caso de “Proceso”, acaso su modelo tenga un filón de oportunidad que lo justifica, sobre todo en otros tiempos más que ahora, cuando una prensa,  revistas, y noticiarios de radio y televisión, derrochando miel, zalamerías y adulación al poder lo inundaba todo. 

Era un asqueroso océano, y “Proceso” un barquichuelo entre tormentas y tiburones.

Muchos lectores, desde hace décadas, quisiéramos ver en esa gran revista el  reportaje, la entrevista, la nota que destaque un acierto, un solo acierto de cualquier entidad pública o privada. 

Pero no, todo es negro.

“Reforma” invariablemente le encuentra el lado adverso a absolutamente todo lo que huela a López Obrador.

Es un periodismo-activismo que, da la impresión, que le encantaría cabecear que el país es el peor del mundo, que se hunde sin remedio ni destino. Sus cabezas y enfoques  traslucen un placer infinito porque al país le vaya mal, parece azuzar a los críticos del gobierno y convertirlos en enemigos armados llamando a la subversión.

Encabeza  el sábado último: “Cierran Filas con Alfaro”. Ese y otros titulares, parecen incitar, atizar el fuego, echar alcohol y fuego en la llaga.

Prácticamente, en el estilo de “Reforma”, como en la revista, nada hay positivo digno de una nota o reportaje equilibrado. 

Ese periodismo anti todo, con una fobia sistemática nutrida de prejuicios, no le hace bien al país. Es un permanente alimentador de animadversiones. Acarrean gasolina con perversas intenciones al amparo de la democracia y la comunicación.

Estoy cierto que no contravienen la ley. Pero ese modelo de comunicar no puede venderse como un camino impoluto que siembra democracia, respeto y equilibrio, que son tres deberes que debieran caracterizar las banderas de los medios en un país y en un momento como este.

Hay quienes alegan que no hay contrapesos en el país en estos días. Los medios son un contrapeso. A diario la crítica fluye y resuena por todos lados. No es, como quisiéramos, una crítica que aporte luz, que con un deber y una carga de responsabilidad lleve ponderación y sensatez a todas las partes.

La ecuanimidad hay que encontrarla con lupa.

 Abundan los  comentarios y textos que disfrazados de crítica periodística destilan odio, resentimiento, dolor de egos lastimados o negocios frustrados, o privilegios perdidos o abiertamente presupuestos cancelados.

De todo hay en la viña del señor, no exactamente un periodismo crítico leal, balanceado, honesto.

El país está cambiando en muchas cosas. En este renglón, hay fuertes resistencias al cambio.

Pero no es la animadversión y el combate furioso al que piensa distinto a uno como se hace un buen periodismo para el país.  

Hay que desconfiar siempre de los disfraces. 

xgt49@yahoo.com.mx 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.