México después de neutralizar a la epidemia; un nuevo equilibrio

  • José Pascual Urbano Carreto
En nuestra economía se sufrieron las consecuencias de las medidas proteccionistas.

El proceso para reactivar a la sociedad mexicana debe asociarse con un claro indicio de que los efectos de la epidemia del Covid-19 han disminuido en el ritmo de su propagación, y que los efectos pueden ser neutralizados por medidas preventivas, o bien porque ya se haya logrado una mayor efectividad de los tratamientos para superar la enfermedad en cuestión y mucho mejor que ya se haya logrado descubrir una vacuna contra ese mal. En consonancia con lo mencionado, es indispensable diseñar una estrategia para reactivar la actividad de la sociedad en todos los aspectos de la vida, en lo económico, social, cultural, comercial, político, y etc. En todo.

Se tendrá que tomar en cuenta que, antes de que se entronizar la epidemia del Covid -19 ya la economía mundial se encontraba en un proceso de crecimiento económico lento, de acuerdo con lo que se anota en el documento “Informe de las perspectivas de la Economía Mundial” el sistema económico se encontró en una desaceleración sincronizada, la proyección de crecimiento en 2019 fue recortada al 3%, y con ello se estableció que sería menor que lo logrado en el 2017 que fue 3.8% momento en que se perfilaba un crecimiento más acelerado; la modificación de la tendencia fue atribuida a modificaciones en la orientación hacia el libre comercio y su nueva orientación a las políticas proteccionistas, en el caso de Europa se puede dar el indicio con la salida de Inglaterra de la Unión Europea.

En el caso de Norteamérica con el establecimiento de barreras comerciales a los productos de varios países, por parte de los EU, para México se puede indicar con el cambio del tratado de libre comercio para América del Norte por el nuevo tratado comercial establecido entre México, EU y Canadá.

En la misma fuente (FMI) se proyectó una leve mejora al crecimiento consistente en una tasa de crecimiento en la economía mundial del 3.4%.; además se establecía que la recuperación no sería sincronizada, lo que significaba un crecimiento no generalizado y en muchos casos precario. Lo mencionado significa que las dificultades económicas ya se venían presentando, por ejemplo, en nuestra economía se sufrieron las consecuencias de las medidas proteccionistas de nuestros vecinos que impusieron limitaciones a las actividades de comercio en la industria automotriz y en otros rubros. De paso conviene mencionar que la VW y Audi ya se les presentaba una baja considerable en sus ventas, lo que generó un aumento en sus inventarios, tanto de insumos como de productos terminados, y ello ya generaba tendencias a programar paros técnicos en los ritmos de producción. La irrupción de la pandemia contribuyó a su agravamiento de manera muy intensa y fue que se decretó el freno a las actividades productivas, no esenciales temporalmente, en esa clasificación quedó integrada la industria automotriz, para neutralizar el ritmo de crecimiento de los contagios del Covid-19.

Para esos momentos ya nuestro País presentaba situaciones complicadas con el proceso de cambio de gobierno y la clara intención de modificar y superar al modelo que presentaba signos de agotamiento, el Neoliberalismo, sumado a los complejos procesos de combate a la inseguridad, a la corrupción y a la instauración de una nueva forma de conducir los asuntos prioritarios del País; es decir, a poner en las decisiones trascendentes el criterio de primero deberá estar el interés de la nación y después los intereses particulares de individuos o de grupos .

Lo anterior generó desajustes en las formas en que el nuevo panorama exigía una nueva relación entre los distintos grupos de la sociedad y su gobierno que emergía con un proyecto distinto al vigente y con la fuerza de una elección democrática indiscutible, orientada a cambiar a México en un sentido profundamente progresista, más democrático y más justo.

Ello generó que se presentaran desacuerdos que hicieron más compleja la dinámica social del país y surgieran resistencias en los grupos económicos del comercio, las finanzas e industriales. Ya se está logrando una nueva estructura de acuerdo para el funcionamiento, mientras tanto se presentaron desacuerdos que aletargaron la dinámica de la economía, ese panorama contribuyó a tener un crecimiento económico más lento, pero no se debe soslayar que la nueva política ha dotado de recursos a programas que se orientan a la mejora de los niveles de vida de los menos protegidos. Por las características de la estrategia de la 4T, con ciertas dificultades ya se consiguió que, despolitizando las acciones el sector productivo en una clara actitud de resiliencia asumió los costos que le corresponden por la situación de emergencia, y ahora ya se encuentra dispuesto a cooperar con el gobierno para recuperar el ritmo de la dinámica económica de nuestro país, las acciones de corrección de las dinámicas indeseables del pasado han sido desechadas, al grado tal  que como respuesta al llamado enérgico que realizó el Presidente Andrés Manuel López Obrador dirigido a los deudores fiscales más importantes en los términos siguientes:  Los adeudos fiscales que arrastran 15 grandes empresas suman 50 mil millones de pesos, por lo cual se instruyó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) que los conmine a pagar o se procederá legalmente, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Descartó que exista una ruptura con el sector empresarial, gran parte del cual se ha solidarizado en la coyuntura con el gobierno. (Periódico La Jornada,
9 de abril de 2020, p. 2).

 Varias de esas grandes empresas, que tienen deudas fiscales, accedieron a saldar sus pendientes y como efecto se ha incrementado en dieciséis mil millones de pesos el disponible presupuestal, producto de la tributación.

Todo se ha conseguido con inteligencia, paciencia y tolerancia, además sin dejar de atender lo que es indispensable y prioritario, superar la situación de la epidemia, es decir ponerla en situación de disminución y, por qué no, de extinción.

De acciones como las descritas dependerá el ritmo de la recuperación de México, sin soslayar la importancia de que lo mismo suceda en el resto del planeta, especialmente lo que suceda con los países con los que realizamos lo principal de nuestra dinámica económica social cultural y financiera.

En varios de los aspectos ya se tiene una programación muy estructurada y solo falta esperar su desarrollo y su culminación exitosa, en donde se está polemizando con más  insistencia es en lo que corresponde a las actividades productivas comerciales y financieras, la razón de ello es la complejidad de asegurar que los contagios se desarrollen con menos intensidad, y se atienda la necesidad de que la recuperación de la actividad económica se realice en el momento preciso, que evite daños irreparables en las estructuras de los negocios involucrados, así como permitir que los trabajadores y empleados de las diversas empresas recuperen sus lugares de trabajo y se normalice su actividad cotidiana, así como, que se asegure su estabilidad económica y emocional

La mayoría de los que se han ocupado del asunto con una marcada actitud pesimista, explicable porque pretenden exagerar para socavar la gestión de los que hoy gobiernan, o porque simplemente abordan de manera muy intuitiva el asunto. Con la intención de tener una opinión de mayor profundidad y consistencia sería bueno tomar en cuenta que lo que está sucediendo, atribuible a la pandemia, es que lo existente en la materia de la dinámica económica fue frenado, motivado por causas ajenas a la dinámica económica y en ese sentido se debe tomar en cuenta que todos los componentes de la actividad productiva en la industria y en los servicios, de hecho se tiene que el stock de capital y la tecnología dominante, así como la fuerza de trabajo que se integra es aquella que aún de manera aproximada corresponde con la existente en el momento que se decretó el paro, el momento en que se aplicó el freno.

 Este primer comentario me permite pensar en que si el ritmo de reactivación por superar los efectos de la pandemia, es acelerado así será la velocidad de recuperación de las actividades productivas, por lo que aquellas opiniones de que vamos a tener una caída en el crecimiento económico espectacular puede verse atenuada y se pueden llevar una sorpresa. El freno de la economía es de origen externo a la dinámica de la economía y esa es una diferencia fundamental con la que se dio en 1929-33, lo mismo sucede cuando se quiere comparar la situación con otras crisis, como las que se verificaron en el siglo XXI en los países en desarrollo, así como la que se presentó recientemente localizada en los EU. La explicación fue localizada en el funcionamiento inadecuado de las esferas financieras, poniendo en entredicho al corazón del modelo denominado Neoliberal, así se entendió cuando su principal foco de difusión tuvo su origen en la dinámica y funcionamiento de las economías desarrolladas.

En los estudios macroeconómicos del comportamiento de la economía a nivel global, sus fluctuaciones son asociadas a los niveles de la ocupación de los factores de la producción; Trabajo, Capital y el nivel de la tecnología utilizado en el proceso productivo. De los niveles de utilización de estos factores depende los niveles de la producción, de aquí se ha acuñado el concepto de la producción potencial que se debe entender como el nivel que corresponde con el pleno empleo de los factores de la producción y para un análisis rápido del crecimiento económico se contrasta con el nivel de la producción efectiva, la diferencia entre estos dos conceptos es lo que se ha denominado como la brecha productiva, quien más trabajó este método fue el economista  Arthur M Okum, (Presidente del Consejo de asesores de EU durante la presidencia de Lyndon B. Johnson),   él estableció después varios trabajos con esa metodología, que cuando se logra mejorar el nivel de ocupación (en la economía de EU) se puede obtener hasta tres veces lo logrado en la mejora de la ocupación y uso de los factores productivos; los estudios fueron realizados con material de la economía Estadounidense, pero él extendió su proyección, con matices necesarias, a otras realidades, a otras economías.

 Así que sería bueno considerar cómo México podría disminuir la brecha de los niveles de producción y, a partir de ello, tener expectativas menos pesimistas, especialmente si se parte del hecho de que han mejorado las relaciones entre el gobierno y los integrantes de los sectores productivos; con el sector productivo en las actividades industriales, las finanzas y la actividad de servicios y comerciales, es decir, logró acuerdos con la denominada iniciativa privada.

La reactivación de las actividades productivas hoy se dan en condiciones que de manera desglosada corresponde con la situación en que el stock de capital y la fuerza de trabajo, la capacidad productiva instalada, con lo que se denomina como producción potencial de la sociedad y que antes del alto decretado, cierto era muy considerable la producción potencial, aunque, se debe anotar que la producción efectiva era menor a la potencial, no existía una situación de pleno empleo, hoy con la presencia de la pandemia,  la brecha entre la producción efectiva y la potencial es notoriamente mayor. Existe una mayor desocupación de los factores productivos.

Si vamos por partes, tenemos  que considerar la dimensión de los factores de la producción y su relación, en lo que respecta al stock de capital encontramos edificios, maquinaria y equipo, así como, inventarios y estructuras organizativas paradas, pero no deterioradas; en la fuerza de trabajo tenemos empleados de la administración y trabajadores con el adiestramiento necesario para reactivar al aparato productivo y en cuanto sean rentables las inversiones la estructura crediticia se reactivará de manera acelerada.

 Por todo lo anterior debemos pensar en que la clave del momento es superar los efectos de la pandemia, para que sea posible proyectar si recuperaremos el crecimiento económico de manera rápida o lo tendremos que hacer de manera lenta, con plena conciencia de que lo lograremos si modificamos nuestros hábitos positivamente y si logramos construir el andamiaje de un acuerdo de unidad entre todos los Mexicanos revisar el plan nacional de desarrollo presentado por el presidente, los diversos programas emanados de él y reflexionar sobre la mejor organización del gobierno y las organizaciones de la sociedad para ajustarlas a las nuevas circunstancias. Además, se debe tener en cuenta que lograremos eso en mejores condiciones, decididos con vigor a caminar en unidad para superar la pandemia, lograr el crecimiento económico y a combatir la corrupción, la impunidad y a lograr, para la mayoría de los mexicanos, una mejor calidad de vida.

 En pocas palabras estamos en condiciones de lograr estructurar y consolidar un nuevo equilibrio, más justo y equitativo, para que sirva como marco a la vida de todos los mexicanos.

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.