Hacia una nueva normalidad política

  • Francisco Rafael Osorio Coatl

Como si fuera una novela de Saramago la discusión que se avecina en la escena pública será discursiva versus pragmática, la razón está entre la ceguera y la lucidez, de quienes gobiernan en los diferentes niveles frente a una oposición que aún no encuentra el camino para debatir, de ahí que solo les quede discutir las formas, pues el discurso, el mensaje político, el diálogo político está dominado y marca las pautas el que pronuncia cada mañana el presidente Andrés Manuel (AMLO).

A la oposición política del presidente AMLO nada se le arrebató, ¿por qué?, estuvieron en una zona de confort mientras las inquietudes sociales, las demandas de servicios y de un buen ejercicio de gobierno iban creciendo a la par de la ceguera de quienes en su momento gobernaban, según sus indicadores, con oficio político, acuerdos y las instituciones que les permitieron alternar el poder, hasta que llegó un nuevo “caudillo del sur” que les arrebato no solo el discurso, sino el entendimiento del sentimiento social, no traía respuestas, ni formas para solucionar las demandas e inquietudes, solo describía y en las arengas su fortaleza era el carisma, no era la razón, tampoco era, según ese caudillo así lo afirma, parte del poder tradicional, es decir, de la mafia del poder.

Su promesa de transformación que en principio se entendió como un cambio de Régimen Político y se nubló cuando una vez en el ejercicio del poder sus primeros pasos fue fortalecer al presidencialismo, centrar en él las decisiones políticas, económicas y administrativas del país, así crea la Secretaría del Bienestar, la Guardia Nacional, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), en crear un nuevo índice para medir la economía del país y ahora a causa de la pandemia le llegó como anillo al dedo gobernar por decreto. 

La idea de transformación que maneja en nada tiene que ver con el desarrollo histórico del país, mucho menos el discurso progresista de la izquierda, tampoco desaparecer a la derecha, no se trata de una construcción o reforma de las instituciones reconocidas en el Estado de Derecho, se trata como lo decía Gramsci de un transformismo ideológico, pensamiento que lleva a una construcción total de una nueva forma de integración de grupos, creando así una nueva clase dominante, es decir, una “nueva mafia del poder”, legitimada por una hegemonía ideológica cuya base está cargada de valores, principios o conceptos comunes e intereses de los diferentes grupos que habían perdido influencia en el Sistema Político, éstos buscan ahora mediante la ideología común posicionar ideas como el combate a la corrupción, primero los pobres y fuera la mafia del poder.

Estas arengas que de origen son ideas que hasta ahora mantiene, ya con menos fuerza, el discurso del presidente AMLO, son el motivo para volver a salir a sus giras y seguir con el proceso de moralización del pueblo “bueno y sabio” y así tratar de mantener el control y el ejercicio del poder público logrado en las urnas en el 2018.

Para Gramsci la idea de crear una nueva concepción de la voluntad colectiva estriba en que la mayoría observe con la misma lente, esto implica que todas y todos tengamos la misma visión, el mismo sentimiento, las mismas necesidades, las mismas fortalezas, las mismas comodidades, en suma, que se logre una hegemonía para tener así un Estado integral.

De lo anterior entendemos la insistencia del presidente AMLO por moralizar al país, con su Cartilla Moral, su Constitución Moral y ahora con su Economía Moral, la urgencia es hacer entender al pueblo bueno y sabio, que la visión, la lente y guía que tiene el presidente, no su partido MORENA, el presidente AMLO es lo que mejor le conviene al país, por ello enfatiza en seguir con sus proyectos, programas y giras pese a estar en semáforo rojo la mayor parte de los Entidades Federativas, el problema al que se enfrenta ahora es que debido al tiempo, ya no puede seguir gobernando de forma discursiva.

A la oposición política ahora no solo le toca construir un discurso político ideológico, pues ese lo tiene controlado el presidente AMLO, ahora a la oposición le corresponde crear una contra propuesta de transformismo que le ayude a sumar grupos en intereses y demandas de todas las clases sociales, le toca ahora proponer las salidas al problema, dejar la moralización del país para pasar a un Estado práctico

 

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Francisco Rafael Osorio Coatl

Politólogo, Maestro en Administración Pública, docente universitario, con el oficio de hacer política por vocación y promotor de la participación ciudadana como misión.