¿Contagio Colectivo?

  • Martín Michel Rojas

Hace dos semanas tuve la oportunidad de platicar con una amiga de Paraguay, quien me compartió las acciones que han tenido que enfrentar como país ante la contingencia sanitaria que todos vivimos, sin embargo, mi atención se enfocó en un concepto que pronto empezarían a implementar como nación: el “contagio comunitario" u oficialmente conocido como la cuarentena inteligente.

Después del confinamiento que estaban viviendo, mi amiga me explicó que el gobierno y la sociedad harían un esfuerzo por retomar la vida económica del país a través de una nueva etapa denominada cuarentena inteligente, la cual consistiría en el regreso a las actividades laborales de manera escalonada, pero con la peculiar intención de provocar que la población se fuera contagiando de forma gradual hasta lograr la inmunidad comunitaria o colectiva, no sin antes exhortar a los ciudadanos a ser responsables con su contagio, encerrándose en casa el tiempo necesario para superar el virus.

Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, al inicio de la crisis sanitaria optó por la estrategia de la inmunidad comunitaria con medidas suaves y menos rigurosas a comparación de lo que la mayoría de los países en todo el mundo decretaban, decisión que le costó ser víctima del coronavirus, recuperarse y replantear la manera en como enfrentar a la pandemia, confinando tres semanas a todo el país.

Sin embargo, países como Suecia y Holanda, han optado por la idea inicial del ministro británico,  permitiendo que la vida siga normal y entregándole la responsabilidad a su población para la higiene personal y el cuidado de los más vulnerables, asumiendo el contagio masivo y las muertes que esto conlleve; estrategia que ante los ojos del mundo ha resultado efectiva al obtener menores índices de mortalidad y una economía estable a comparación del confinamiento de la mayoría de las naciones alrededor del mundo. Ambos países asumen que al finalizar el mes de mayo, habrán logrado que el 60% de su población se haya infectado, lo que significaría la anhelada inmunidad colectivay el inmediato descenso de contagios.

En el mes de Octubre, se espera un rebrote del virus de una manera más intensa, para lo que en todo el mundo se comienza a considerar la exitosa y a la vez cruda estrategia de Suecia, pues un segundo confinamiento prolongado, ya es una opción descartada. Lo único para lo que ha servido la cuarentena es para ralentizar la propagación del virus y evitar el colapso de los sistemas de salud de cada país, más no para evitar que el 70% de la población mundial se contagie según la predicción del epidemiólogo de Harvard, Marc Lipsitch, información que corroboró Ira Longini, asesor de la OMS, al afirmar que dos tercios de la humanidad estará infectada.

Países como Suecia, Holanda, y ahora Paraguay, aceptaron la realidad de que el coronavirus por el momento es imparable, y que la única manera de afrontarlo en el presente sería dejándolo fluir,  lamentando las pérdidas y permitiendo que la sociedad avanzara con su vida, esperando la inmunidad natural que el extraordinario cuerpo de una persona puede generar.

Es malo estar enfermo, pero es aún más trágico, una sociedad enferma sin una economía que la sostenga en la enfermedad, prolongando su propia agonía e incertidumbre. ¿El contagio colectivo y planeado será la opción?  ¿Estamos listos como sociedad para asumir la responsabilidad de lo que implica? Ejemplos como el “COVID-FEST” en CDMX nos dice que NO, fiestas masivas en albercas de Missouri, Estados Unidos, tampoco nos dice mucho…

Usted lector, es el mejor juez.

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Martín Michel Rojas

Joven apasionado por la vida y el bien común, profesionista de la Comunicación y Maestro en Humanidades Anáhuac Puebla. Escritor, conferencista -dramaturgo motivacional. Fundador “Speaker Show, Formando con Locura”, empresa de eduentretenimiento