Seguramente en estos días de cuarentena ha pedido usted comida a domicilio o probablemente algún café o antojo de cierto supermercado o establecimiento, y ha utilizado las aplicaciones de Rappi o Uber Eats.

Estas aplicaciones están encontrando en la pandemia actual su paraíso, su mina de oro.

Ante la imposibilidad o la precaución de muchas personas de "quedarse en casa" o "guardar una sana distancia”, estos servicios están en un auge que nunca hubieran previsto en sus estados financieros. Se calcula que la demanda de las plataformas de food delivery en el país, se ha disparado más de 200% desde finales de marzo.

Hoy vemos motos y bicis con mensajeros de estos servicios, circular en exceso de velocidad, sentido contrario o infringiendo toda normal vial existente.

¿Qué espera las autoridades para poner orden a esta barbarie?

Peor aún, sin afán de generalizar, pero sí como objeto de un análisis que llevo más de dos semanas haciendo, al menos en la zona de Lomas de Angelópolis, en el municipio de San Andrés Cholula, Puebla, estas personas, que están en su derecho de ganarse la vida, ponen en riesgo la de todos los demás:

- Están sentados en grupos de más de 7 u 8 personas, esperando su siguiente pedido, sin cubrebocas, sin guantes, fumando en algunos casos. No hay que ser un genio para concluir que las posibilidades de contagio de COVID-19 se incrementan.

- Entran a los establecimientos y NO utilizan guantes, en su gran mayoría.

- Muchos de ellos utilizan el cubrebocas SIN cubrir la nariz, aunado a que el mencionado cubrebocas, está NEGRO entre la mugre que provoca el andar en una moto gran parte del día, usándolo "a media boca" y debido a manipularlo repetidas veces a lo largo del día.

- En una poderosa cadena de cafeterías con el logo verde y una sirena, llegan y NO respetan las filas ni las líneas que incluso se han puesto en el piso para que guardemos nuestra “sana distancia". Estos individuos se paran donde se les da la gana, atrás del cliente o clienta que está al final de la barra esperando su bebida y en mi caso particular, el pedirle a uno de ellos que se formará en la línea marcada, casi provoca que se me fuera a golpes.

- Estacionan sus motos, en grupo de muchas, donde se les da la gana.

- Toman los cafés sin guante y desde la tapa, de donde los clientes finales van a beberlo.

Una falta de higiene absoluta.

Un peligro de contagio enorme.

Un peligro vial latente.

¿Qué esperan las secretarías de salud federal y estatal para normar y sancionar este tipo de servicios? Es una tarea conjunta entre los equipos del secretario de Salud Federal, Jorge Carlos Alcocer Varela; del secretario de seguridad Pública de Puebla, Raciel López Salazar; del secretario de Salud de Puebla, Jorge Humberto Uribe Téllez; y del secretario de Seguridad Pública de San Andrés Cholula, Oscar Hugo Morales González.

Nuevas realidades, nuevas medidas. Y son para HOY.

Oscar Gómez Cruz

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