En la lucha contra el Covid-19 hay otros héroes que se están esforzando para mitigar los daños causados por la cuarentena.

Al igual que los integrantes del sistema de salud, un ejército más está en el campo de batalla.

Son los profesores de los diversos niveles educativos que a la distancia están trabajando para sacar adelante a millones de estudiantes, tanto de escuelas públicas como privadas.

Son mujeres y hombres que se preocupan por la situación adversa y hacen hasta lo imposible para evitar que se pierda el ciclo escolar, pues a partir del 20 de abril la Secretaría de Educación Pública (SEP) retomó la formación a distancia una vez que se proyectó una larga cuarentena.

El viernes 20 de marzo fue el último día que las escuelas de todo el país lucieron llenas, ¿lo recuerdan?

Nuestros maestros se enfrentan a un sinfín de problemas, pues la base para alcanzar los objetivos en estas condiciones, radica principalmente en la capacidad de Internet y en las plataformas digitales, pues sólo así se puede establecer un buen canal de comunicación entre ambas partes.

Hay quienes no cuentan con estas herramientas, pero aun así han encontrado otros mecanismos para seguir con su calendario de actividades, sobre todo en comunidades del interior del estado donde ni siquiera hay líneas telefónicas.

Los profesores que están en esta situación, también entregan su corazón para sacar adelante a niños y adolescentes que representan el futuro de nuestro estado y país.

Desde el preescolar hasta el nivel superior están laborando a marchas forzadas, pues ellos son sin duda una luz en nuestro camino, su lugar de trabajo es desde hace muchos años el segundo hogar de millones y millones de estudiantes.

Son miles y miles de trabajadores de la educación que a la distancia luchan por seguir enseñando en medio de incertidumbre, miedo y hasta de incredulidad sobre la existencia del Covid-19 que en Puebla ha cobrado la vida de casi 300 personas.

En este campo de batalla también hay que reconocer a los padres de familia o tutores, quienes van caminando de la mano con los estudiantes, sobre todo con los más pequeños de la casa que necesitan de una mayor orientación.

Hoy más que nunca el sistema educativo deberá demostrar de qué está hecho, pues son millones los niños y jóvenes que están en un proceso formativo y que de ello puede depender nuestro futuro y el de varios sectores de la población.

Bien lo dicen las autoridades, la prioridad en este momento es la salud de todos nosotros, pero no deben olvidar que la educación también es la columna vertebral de una sociedad.

Debemos voltear a ver a los otros soldados para conocer sus necesidades y extenderles la mano lo más que podamos.

Son soldados que tienen por armas libros y un mar de conocimientos; con ellos debemos luchar también codo a codo.

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