El centenario de Venustiano Carranza

  • Atilio Peralta Merino

En breves días conmemoraremos el centenario del abatimiento en Tlaxcalantongo, Puebla del presidente Venustiano Carranza, inmejorablemente reseñado por Fernando Benítez en su novela “El Rey Viejo”.

Vicente Blasco Ibáñez por su parte, escribiría un libro que a la fecha resulta de muy difícil acceso, “El Militarismo Mexicano”

La vida y obra de Blasco Ibáñez estuvo siempre íntimamente ligada a la industria cinematográfica, en Hollywood Rodolfo Valentino filmaría “Sangre y Arena”, cuya segunda versión protagonizada por Tyrone Power se filmaría en locaciones de la ciudad de Puebla.

 María Félix y Fernando Rey llevarían al celuloide “Mare Nostrum” con libreto del escritor valenciano pese a la nula, sino es que hostil relación que aquel sostuviera toda su vida con el régimen franquista.

Entre nosotros, destaca “La Barraca” como una de las joyas de la filmografía nacional, a la que habría que acompañarse, por lo demás, con la adaptación a las costas de Sinaloa que en la versión fílmica de Roberto Gavaldón se hiciera de la novela Flor de Mayo.

Es de llamar la atención el hecho de que, pese a que don Vicente Blasco Ibáñez no formó parte de la comunidad española exiliada en México tras la “Guerra Civil”, ni habría establecido nunca su domicilio entre nosotros, hubiese sin embargo escrito un ensayo como “El Militarismo Mexicano”, en el que se describe el “golpe de estado” que culminaría con el abatimiento del presidente.

El interinato de Adolfo de la Huerta y la posterior asunción de la presidencia por parte de Álvaro Obregón habrían tenido ocasión sin que al respecto mediara el conducente reconocimiento diplomático por parte de los Estados Unidos, el cual, no se daría sino hasta la negociación de los tratados de Bucareli que permitieron al gobierno de Obregón acceder a material de guerra y pertrechos norteamericanos, que resultaban indispensables para afrontar la sublevación del propia Adolfo de la Huerta que impugnaba la decisión de Obregón de entronizar a Plutarco Elías Calles como su sucesor.

Blasco Ibáñez no es particularmente gentil con la figura del denominado “Primer Jefe”, como tampoco lo es el retrato de Fernando Benítez, pero, pese a ello, en ambos se destaca un legado fundamental de Venustiano Carranza, el compromiso con el orden constitucional y con las instituciones civiles.

Obregón llegó a decir en alguna ocasión una frase que viene a colación con el reciente decreto que declara permanente la presencia de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública: "cuatro males han aquejado a México a lo largo de su historia, el capitalismo, el clericalismo y el militarismo, nosotros, los militares, podemos acabar con los capitalistas y con el clero, pero, después ¿quién acabará con nosotros?".

Dadas las actuales circunstancias, una efeméride como la que habremos de conmemorar en pocos días, resulta de vital importancia para la salud pública de la nación.

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava