Lo que aprendí en el encierro.

  • Barbara Lora

Llevo encerrada desde el 19 de marzo, cuidándome, cuidando a mis seres queridos y procurando hacer caso a los expertos. Salgo de casa uniformada como portero de hockey, solo por víveres o a pagar lo que no se puede pagar en línea.  Eso me ha dejado tiempo para limpiar mi casa, barrer, trapear, aspirar y sacudir, como no puedo salir a correr, la limpieza es ahora mi rutina de ejercicios. He reorganizado mi closet, mis libreros y mis muebles. He tratado de cortarle el pelo a Jorge sin éxito (no se deja) baño a Gumer más de la cuenta, le corté el pelo y traté de enseñarle, sin éxito a ir a la tienda por huevos sin que persiga a los gatos de los vecinos. En fin, lo normal en esta anormal situación de los que estamos cumpliendo con lo que se nos pide: quedarnos en casa. 

Ustedes tendrán sus propias historias y las comparten en sus redes sociales, pues ahora me toca a mi. Les comparto algunas de las cosas que he aprendido en estas semanas de encierro.

Nadie sabía realmente como lavarse las manos. 

Seguramente, todavía no han aprendido a lavarse las axilas pero por algún lado se empieza.

En estas 6 semanas de encierro he platicado más veces con mis vecinos, manteniendo la sana distancia, que en todos los años que tengo viviendo aquí. Eso habla muy mal de mis vecinos y de mi.

Todos los influencers creen que son epidemiólogos, economistas y politólogos consumados y lo peor es que la gente le hace más caso a un meme que a las gráficas que hablan de aplanar la curva. Supongo que cuando oyen esa frase, piensan que les están diciendo gordos.

Demasiado tiempo encerrado te da la oportunidad de ponerte al día con los libros que se apilaban en la mesa de noche, ver mucha televisión, series, películas, documentales y explorar canales a los que no les ponía atención. Viendo canales de videos musicales comprobé que casi todos los cantantes de reguetton son prófugos del acido fólico, tienen problemas de lenguaje, las modelos en sus videos son la pesadilla de cualquier defensora de los derechos de la mujer y las letras de sus canciones sonrojarían al más piropero de los albañiles de mi barrio

Los mexicanos somos super solidarios para ayudarnos los unos a los otros en una catástrofe como un terremoto o un huracán, siempre y cuando involucre estar todos juntos en la calle y tomándonos selfies. Pero si se trata de quedarnos encerrados por 15 días seguidos nada más no se nos da.

El home office es divertido si y solo si, cuando termines de trabajar te puedes ir al cine o a tomar un café con tus amigos.

Si un gobernador, en México llevamos 3, secretario de estado una hasta hoy creo, senador uno del PRI, primer ministro del Reino Unido, la esposa del primer ministro de Canadá, dan positivo del Covid 19 se recuperan en friega. En cambio, si un pilar de la música como Óscar Chávez es internado por el virus, muere en tres días. Antes desconfiaba de los políticos, ahora más. 

En el fondo somos optimistas de que saldremos de esto, no por los discursos motivacionales de nuestro presidente (sarcasmo), sino por que las películas de Holywood nos prepararon por años para este momento, sabíamos que sería difícil, pero siempre contamos con que Dustin Hoffman y Lawrence Fishburn encontraran la cura. Si se tratara de un asteroide, Bruce Willys ya habría dejado de trabajar en la plataforma de Cantarel para ir a partirle su mandarina en gajos al malvado objeto del espacio exterior.

Si alguien es talentoso y lo suficientemente famoso, como lo es Lady Gaga, puede convocar a los mas grandes artistas a un evento en vivo con 8 horas de duración, donde cada participante lo hace desde su casa, sin parafernalia, sin efectos, solo su música y su voz. Espero que en mi país alguien haga un evento, diferente sin imitar, pero que muestre el talento y la creatividad de los artistas mexicanos.

Nuestra vida cotidiana no volverá a ser la misma, tendremos que aprender a vivir con el virus, vacunados o no, tendremos miedo de que algo así suceda de nuevo, deberemos reinventarnos para poder levantar la economía. Como escuche hace poco, no recuerdo quien lo dijo, “Pensemos globalmente y actuemos localmente”

Como decía mi papá: a mis amigos los puedo contar con los dedos de una mano. Cuando he pedido ayuda son muy pocos los que me la han brindado. Barbosa: todavía sigo esperando mi despensa. Han de pensar que como me apellido Lora, puedo que salir a cantar a los camiones (qué no ven que no puede una salir). Y la neta, aquí entre nos, los que me han oído cantar saben que no podría ganar ni un centavo haciéndolo.

Después de esta crisis, nunca volveremos a ver igual a los trabajadores de la salud que diariamente se enfrentan a la pandemia, lo hacen con lo que tienen a la mano, pocos insumos y mucho valor, entrega y huevos, muchos huevos.

También aprendí que debemos reconocer a todos los que realizan actividades esenciales y que merecen nuestro reconocimiento, su labor permite que nuestro mundo funcione, hoy deberemos ser mucho más considerados con ellos, porque trabajan para que nosotros (algunos, a los irresponsables no los cuento) podamos quedarnos en casa:

“Los policías y soldados que cuidan de la seguridad, el personal de limpieza de los hospitales y que recogen la basura que generamos en nuestra ciudades, los bomberos, personal que sanitiza las plazas, calles y transporte público, los choferes de transporte público, los transportistas de insumos, los campesinos, pescadores, y ganaderos sin ellos no tendríamos alimentos en nuestras casas, cajeros de banco, de tienditas, tiendas de conveniencia, super mercados, polleros, carniceros, verduleros, fruteros, queseros de los mercados. Todos ellos están en riesgo por cuidarnos, vendernos alimentos, mantener limpios hospitales, calles y transportes” 

Para despedirme, les diré que casi nada de lo que he aprendido me gusta, excepto que de tanto barrer ya tonifique mis brazos. #QuédateEnCasa

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Barbara Lora
Guerrera, femenina, irreverente y más poblana que la talavera. Me conocen como "La Lora".  En Intolerancia llevé Sociales. Columnista en diversos medios. Conductora del programa de radio "Grandota 3-60"