En plena pandemia ocasionada por el Covid 19, ni el gobierno de Estados Unidos ni el de México tienen contemplados apoyos para los millones de paisanos que paulatinamente se están quedando sin los ingresos que percibían en la construcción, los servicios, fábricas y otras ramas de la industria productiva, que actualmente se encuentra totalmente parada por la cuarenta mundial.

Los paisanos son los abandonados de siempre. No son candidatos a los mil 200 dólares de apoyo mensual que empezó a otorgar Donald Trump, ni a ningún tipo de apoyo desde México donde las proyecciones más optimistas vaticinan una contracción de 8 por ciento en la economía y donde la actividad económica cayó 30% durante las últimas dos semanas .

Se calcula que son unos 11 millones de mexicanos irregulares en el país del norte, y a pesar de que pagan impuestos y contribuyen de manera notable a la riqueza del país, carecen de cualquier tipo de protección, apoyo, seguros de desempleo o acceso al sistema de salud, ello por carecer de una situación migratoria regular.

Además, el miedo que las políticas migratorias de Trump ha esparcido entre esta comunicad, hace que los indocumentados sean mucho más vulnerables en el contexto de la pandemia. Muchas personas tienen temor de que al buscar servicios médicos o ayuda económica serán sorprendidos y serán deportados o bien, se arruinarían sus oportunidades de convertirse en residentes legales.

Durante esta semana, consultados mexicanos informaron que habían muerto 50 mexicanos por Covid 19 en Estados Unidos. La mayoría, más de 40, ocurridos en Nueva York, 2 en Chicago, Illinois y 2 en Santa Clara, California.

Incluso se ha denunciado que a pesar de la epidemia en territorio estadunidense, continúan las redadas y detenciones de mexicanos y centroamericanos en diversas ciudades. Las deportaciones de migrantes mexicanos en la frontera norte no han parado.

El escenario de abandono para millones de connacionales que radican en el vecino país del norte es desolador. Ya veremos como estos “héroes vivientes” como los llama el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobreviven a este escenario.

Pero además, a la crisis económica que se avecina, se sumará una baja de hasta la tercera parte de las remesas que reciben centenares de hogares mexicanos.

Puebla entre las entidades más afectadas

Los efectos de la pandemia provocará que el monto de las remesas que ingresan a México se contraiga, las proyecciones más optimistas hablan de 21 por ciento, pero otras ubican la contracción hasta 30 por ciento, entre 2020 y 2021 y su recuperación podría tardar hasta 10 años.

Informes de BBVA estimaron que las remesas caerán 17 por ciento sólo este año; con una pérdida de seis mil 100 millones de dólares. Y con ello, el flujo anual de tales recursos bajaría de 36 mil a 29 mil 900 millones de dólares entre 2019 y 2020.

Mientras que para 2021, habría una contracción adicional de cuatro puntos -que llevarían a un desplome acumulado de 21 por ciento-; cuyo impacto hará que los envíos de dinero proveniente del extranjero caigan a niveles de 27 mil millones de dólares.

Los migrantes mexicanos tendrán menos posibilidades de enviar dinero a sus familias.

De acuerdo con las cifras del Banco de México, durante 2019, México recibió 36 mil 45 millones de dólares por concepto de remesas familiares. Las entidades que más recibieron fueron Michoacán, con 9.9 por ciento; Jalisco, con 9.7 por ciento; Guanajuato, 9.1 por ciento; Oaxaca, 5 por ciento; y  Puebla, 4.9 por ciento.

Así que la crisis que está golpeando a nuestros paisanos tendrá repercusiones entre familias mexicanas, quienes, por lo general, ocupan esos recursos para satisfacer necesidades básicas de alimentación y vivienda.

Los migrantes sólo son vistos con buenos ojos cuando mandan dinero. El resto del tiempo, son los grandes ausentes en la elaboración de políticas públicas. Se vienen tiempos aciagos para ellos.

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