Reflexiones sobre la inseguridad, corrupción y la impunidad

  • José Pascual Urbano Carreto
No se toleraría más la corrupción coordinada desde espacios del aparato de gobierno.

En nuestro país es innegable que vivimos una situación de violencia e inseguridad, que campea la corrupción y la impunidad, y que han crecido las organizaciones que cometen ilícitos y que aun los gobiernos no han conseguido cambiar significativamente la tendencia creciente de esos indeseables eventos, pero sería bueno considerar lo que ahora viene aconteciendo.

Comenzaré por resaltar que a partir del 1 de julio se dio un cambio importante en la realidad política de nuestro México, se verificó el triunfo de la opción progresista aglutinada en torno a Andrés Manuel López Obrador, que una vez que inició su gobierno, determinó poner fin a las políticas asociadas al neoliberalismo, mismas que privilegiaron el interés de los oligarcas y subordinaban y hasta ignoraban el interés de la mayoría de los mexicanos, de la nación. En su lugar determinó que las grandes decisiones debían estar ajustadas a lo que los mexicanos requerimos para tener una vida digna y llena de oportunidades, para poder acceder a los derechos básicos para conseguir una vida próspera, tendiente a la felicidad para las familias mexicanas.

Con ese criterio ha venido procesando los problemas y tomando las decisiones que tienden a perfilar políticas públicas para resolverlos. En tal dinámica se debe considerar la decisión de cancelar la construcción del Nuevo aeropuerto internacional de México en Texcoco y de iniciar su construcción en Santa Lucia; el motivo de la medida una evidente trama de una red de corrupción y de voracidad para apropiarse de los recursos de la nación en beneficio de los intereses privados, había que iniciar con la nueva norma de prioridades, primero el interés nacional y después los intereses de los negociantes que con distintos roles realizan negocios lícitamente: En el asunto del petróleo de igual manera había que evitar que continuara el saqueo de Pemex, atribuible a las mafias que se dedican al robo de combustible en donde conviene diferenciar a los delincuentes ordinarios que roban combustible en bidones, de los que roban el combustible en pipas de amplia capacidad y, más aun, a los que unidos en una red mafiosa también extraen combustible de PEMEX pero que se integran por funcionarios de la petrolera mexicana y se coordinan con un sistema de distribución de lo robado con lavadores de dinero y los funcionarios que les proporcionaron protección para sus actividades. La intención oculta, hoy clara, fue debilitar a PEMEX y fortalecer la irrupción de las empresas privadas extranjeras y nacionales de manera exitosa, en ese proceso los que operaron las acciones se enriquecieron a costa de esa actividad ilícita y corrupta,

Como se decidió por el gobierno progresista de AMLO que no se toleraría más la corrupción coordinada desde espacios del aparato de gobierno.  Está más que claro que ello generó el disgusto de los que decidían poniendo sus intereses mercantiles en primer lugar y anulaban el interés de la nación, lo que les interesaba es el negocio. Que se asociaba a actos mezquinos de prepotencia pero de manera muy notoria se recurría a actos ilícitos que casi siempre podía encajar en actos de corrupción.

Las acciones del gobierno progresista de AMLO han pretendido simultáneamente acometer la superación de los problemas más agudos del país: la marginación, la mala distribución del ingreso, la violencia, la impunidad, frente a ello se han implementado programas asistenciales para mejorar la situación de millones de mexicanos, al mismo tiempo, se están ampliando las oportunidades de educación y los programas de adiestramiento para el empleo, y con ello se logra alejar, especialmente a los jóvenes de las garras de la delincuencia.

 En la necesidad de dar seguridad se ha logrado constituir una fuerza de seguridad para los ciudadanos, la guardia nacional y junto con las policías estatales la marina nacional y el ejército ya han iniciado un intenso combate a la delincuencia profesional, que está ligada a los malos funcionarios del régimen anterior que los dirigían o tenían el rol de lavar dinero y vender protección. Con todo el paquete de situaciones complejas, es entendible que al empezar el inteligente combate a las redes delincuenciales se intensifique la violencia pero que, además, los integrantes del núcleo damnificado por el triunfo del gobierno progresista de la cuarta transformación, incluidos los que desde los medios fueron beneficiarios de esa dinámica, intenten presentar una panorámica crispación sobredimensionada de la situación. Algunos columnistas no ocultan su carácter de damnificados del cambio democrático y pretenden intensificar la percepción de la situación de violencia, sin reconocer que para que cambie la dinámica perversa de saqueo de injusticia, de impunidad, se tiene que poner orden y se tiene que reconocer que ahora sí los corruptos están siendo combatidos y hasta juzgados. 

Por  la alegría del triunfo contundente de la opción progresista se adormeció lo que  parecía indispensable y obvio, había que cuidar que se diera la entrega recepción de manera nítida, rigurosa  y muy transparente.

Desde que se conoció el triunfo de AMLO, en los hechos se inició una suerte de asunción parcial del poder, comenzó a emitir opiniones que, por ser del futuro presidente, cobraban importancia significativa, pero se descuidó exigir que se diera noticia objetiva de la situación de la nación en los renglones esenciales de la problemática nacional. La situación de la economía mexicana, el entorno al que se tenía que enfrentar, la problemática de la violencia y la forma en que se había abordado desde el gobierno, el número de las organizaciones delincuenciales que se desarrollaron en el país, el comportamiento de los distintos niveles de gobierno frente a ese fenómeno. En fin, todo lo que constituía el panorama de la vida de nuestro México, exigirlo para darlo a conocer, a la opinión pública, conocerlo por parte del nuevo gobierno y de inmediato darlo a la publicidad al mismo tiempo que se debió señalar la complejidad de la problemática, de ese modo no se tendría que insistir en que lo que se está corrigiendo es producto de lo que hicieron o lo que dejaron de hacer los gobiernos anteriores.

 Lo que se puede resumir de manera esencial en lo que fue heredado en la situación de la economía, el lento crecimiento, el incremento de la pobreza de los mexicanos, la impresionante concentración de la riqueza; la intensa violencia, el fortalecimiento de las redes de delincuencia organizada en donde se localizan grupos violentos dirigidos por líderes de los carteles pero incluyendo a lavadores de dinero y vendedores de protección que se localizaban en las más altas esferas del bloque gobernante anterior, por la presencia de esas redes se habían venido dando signos impresionantes de impunidad. Una evidente y muy intensa actividad de agentes de corrupción.

El proceso de entrega recepción se dio con poca precaución, así se inició el gobierno de la república y casi todos los gobiernos del nuevo régimen, el de la 4T. Como no se resaltó en la entrega recepción esa compleja situación ha obligado a que hoy se tiene que ir marcando como responsabilidad de los dos gobiernos anteriores. Ese descuido hoy permite que los integrantes del bloque gobernante anterior comience a plantarse como críticos y a exigir que el asunto se resuelva pronto y respetando los privilegios que había conseguido como si fuera un elemento característico de la democracia.

No debemos permitir que se soslaye, sea por acción o por omisión, es decir atribuible a sus criterios para tomar decisiones o por tener compromisos que los llevó a admitir conductas lesivas del interés general de los mexicanos, ellos crearon una situación en donde lo determinante era los intereses particulares, que obviamente, por la acción de los funcionarios corruptos, también se integraban los intereses de las redes delincuenciales.

Solo por comentar algunos ejemplos: es bueno recordar que la integración del Consejo General del INE fue constituido en abril del 2014 con una composición que respondía a cuotas; para el PRI el 50%, para el PAN el 35% y para el PRD el 15% aproximadamente, son 11 consejeros y ahora que se van a relevar a solo 4 de esos 11, originalmente nombrados por cuotas partidarias, se pide que para conservar la conducta imparcial se debe condicionar a que esos cuatro se distribuyan de acuerdo a un criterio imparcial, es decir que para conseguir la mayoría calificada, se debe tomar en cuenta la presencia de los partidos ahora minoritarios y antes dominantes, piden que se les permita seguir controlando el CG del INE en el que se encuentran atrincherados. Bueno sería que los que disque quieren un INE imparcial propusieran, con esos criterios que hoy reivindican, que se nombraran a los 11 consejeros para relevar a los que fueron nombrados por cuotas partidarias. Eso sí sin duda generaría un INE potencialmente imparcial, aunque en mi opinión, eso se aseguraría si todos los consejeros se conducen de acuerdo a la normatividad y a los principios de su actividad consagrados en la constitución. Como la nueva situación los obliga a tener conductas más acordes con una conducta honesta y de legalidad junto con sus aliados han iniciado una intensa y feroz campaña que pretende presentar al propósito de poner orden, de restablecer el estado de derecho como si ello significara atentar contra la pluralidad y la democracia.

Es grave lo que intentan los beneficiarios del anterior orden correspondiente con un grupo dominante voraz insaciable y corrupto, pero es más delicado lo que hicieron para que además de poder conservar el poder del estado se enriquecieran de manera vertiginosa; dejaron crecer a las organizaciones delincuenciales y en casos bastante evidentes se mezclaron con ellas, crearon las redes delincuenciales con actividades ilícitas con integrantes operativos con cómplices para legalizar las ganancias y constituyeron redes de protección desde las entrañas de los aparatos del poder, los ejemplos están a la vista.

En ese proceso durante más de 30 años surgieron y se fortalecieron los carteles de la droga y se fortalecieron hasta llegar a ser tan poderosos que pudieron infiltrar a los aparatos de seguridad del estado mexicano, surgieron las bandas de secuestradores y, de manera paralela se mezclaron con malos funcionarios del aparato gubernamental. 

Se constituyeron las bandas para robar el combustible de PEMEX, aquí también con jefes o cómplices incrustados en el aparato gubernamental, todos organizados como bandas profesionales para desarrollar sus acciones, pero lo que podemos denominar como delincuencia ordinaria que durante mucho tiempo fue tutelada por integrantes menores de los aparatos de seguridad también se desarrollaron y aportaron mucho de lo que sería la infantería de los aparatos delictivos de la sociedad mexicana; en cada caso se puede ubicar que han logrado integrar una fuerza de choque muy potente y en algunos casos hasta cuentan con la acción de integrantes corruptos de los aparatos de seguridad, los que les han dado protección. Hoy por el combate a la corrupción ya están siendo llamados a cuentas y eso claro que les preocupa a las redes delincuenciales, se están quedando sin protección y en algunos casos se están quedando sin sus jefes reales.

Se debe considerar que el bloque opositor al actual gobierno el de la Cuarta Transformación está integrado por los damnificados por el triunfo de las fuerzas progresistas, el bloque mencionado está integrado por los políticos de la elite dominante neoliberal, por los núcleos organizados en torno a esa maquinaria de gobierno, los que desde la iniciativa privada disfrutaban de privilegios para apropiarse de recursos del erario público (Contratistas, Proveedores de bienes al sector público en donde destacan los proveedores del sector salud), los grupos dentro de sus redes delincuenciales tenían acuerdos de protección para sus actividades ilícitas y aquellos que de plano eran dirigidos por gente infiltrada, con altos cargos o  ligados a los funcionarios del anterior régimen que tenían  la capacidad para otorgar protección a esas actividades ilícitas.

Cuando se considera lo que está sucediendo se debería valorar la solides de convicciones denotadas por los que están llevando a cabo esos procesos, además de atacar las profundas desigualdades sociales con programas de carácter redistributivo se está generando un proceso de saneamiento para que el logro de una pacificación que corresponda con un ambiente de mayor equidad, de justicia, que contribuya a lograr un entorno que permita encaminarnos a lograr una situación de mejores niveles de vida, una mejor calidad de vida y, por tanto, encaminarnos hacia lo que puede ser aproximarnos a la felicidad.

En este contexto es que se debe pensar en la intensa situación de violencia que tiene su cuna en las estructuras delincuenciales fomentadas y generadas en el anterior régimen, lo que en sí ya se alimenta por las constantes diferencias entre las estructuras delincuenciales y si a ello se le suma que hoy sí se les está combatiendo y desmantelando, tenemos que lo que es un proceso de desmantelamiento de las redes delincuenciales que, por su propia dinámica, de por si generan violencia, se le suma lo que es natural entre ellas para el arreglo a sus diferencias.

 La percepción de violencia que se ha intensificado es que tanto los grupos delincuenciales como sus socios integrantes de los aparatos de gobierno tienen suficientes recursos para hacer que los hechos violentos se magnifiquen, especialmente aquellos que por su naturaleza tocan la sensibilidad de la sociedad especialmente delitos contra niños, mujeres y aquellos que son altamente espectaculares. Así que hoy la dinámica de reorganización de la sociedad mexicana que el gobierno de la cuarta T ha decidido poner la prioridad del interés nacional en primer lugar, y condicionar la dinámica de los negociantes a una conducta honesta y de negociantes responsables y eficientes,   junto con una acción que posibilite mejores condiciones de trabajo para los mexicanos y mejores niveles de vida y de proveer a los ciudadanos mexicanos un ambiente de seguridad y de justicia, es decir terminar con la violencia la inseguridad y con la impunidad. Resalto: ya está la acción que denota efectividad dos paradigmas de la impunidad están siendo procesados y pronto serán juzgados el número de los corruptos mayores es grande, pero dos sobresalen por su importancia, se combate a los violentos de manera diferenciada a los que delinquen de manera ordinaria y a los que son profesionales del delito, a ambos se les aplica la ley, pero a ambos de manera diferente eso es lo que puede llegar a constituir el camino de la pacificación de nuestra nación.

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.