A la deriva

  • Ana Teresa Aranda Orozco
La sociedad organizada, incluidas empresas, universidades y escuelas privadas...

Pasan los días y no dejamos de sorprendernos. Seguimos esperando que el Presidente tome por fín, las riendas del país y sólo nos encontramos con la actitud soberbia y retadora de siempre, que no entiende que estos no son momentos para buscar acrecentar la popularidad de nadie, que estamos sumergidos en una crisis, que espero equivocarme, nos dejará un país deshecho moral y económicamente.

La sociedad organizada, incluidas empresas, universidades y escuelas privadas (a las que más tarde se unieron las públicas), tomaron la delantera y se anticiparon 15 días al #QuédateEnCasa. Mientras esto pasaba, los voceros del gobierno seguían diciendo que parar antes de tiempo, dañaría la economía, que no se le podía pedir a la gente que vive al día, que dejara de trabajar. Bueno, hasta Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, salió a defender la estrategia y obligó a los que con él laboran a hacerla de corifeos.

Una tarde, en esas conferencias que encabeza el Ministro plenipotenciario López Gatell, se insistía en que todo estaba bajo control y que la Segunda Etapa de propagación del virus (determinada por la transmisión comunitaria) estaba todavía lejos, que sería a partir del 15 de Abril. Ese mismo día la Organización Mundial de la Salud, afirmó que en México ya había contagio local y que por lo tanto la Segunda Etapa estaba instalada en el páis. No les quedó más remedio que anunciarlo así al día siguiente.

La imagen que se empeñaban en difundir, donde todo era previsión y calma, la combatían las noticias que no dejaban de mostrar a médicos y enfermeras, a lo largo y ancho del país, tomando las calles. Denunciaban, y lo siguen haciendo, que carecían de equipos de protección, para evitar contagiarse, pero lo más grave, que en sus hospitales carecían de equipos, materiales y capacitación para enfrentar la pandemia.

Y así, hasta que el destino, los alcanzó. Íbamos muy bien, todos los días veíamos a López el científico, dueño de sí mismo, repitiendo que todo estaba previsto, pero de repente ( y solo tuvieron que pasar 24 horas), en la conferencia del viernes 27 de marzo, todo cambió. Si no hubiera hablado López Gatel, ia imagen corporal, lo decía todo. Pero las palabras, el tono de la voz, confirmaron que las cosas están más complicadas de lo que nos querían hacer ver. No hubo primera, ni segunda, ni tercera oportunidad; del no pasa nada, brincamos a "esta es la última oportunidad para detener el avance del contagio, quédense en casa, todas y todos", ya no hubo distinción entre formales e informales. Sólo quienes trabajan en áreas estratégicas deben salir, un dramático cambio, pues. Y se agracece, aunque tardía, la sinceridad, pero tenemos un problema:

El Presidente no entiende que no entiende. Sigue en campaña, ya no son las giras de hace una.o dos semanas con miles de personas, en donde los abrazos y besos estaban a la orden del día. Pero sigue visitando estados. Inaugurando obras, promoviendo gimnasios, saludando de mano a la madre del Chapo, con una cortesía y amabilidad que ya la quisieran tantas víctimas de la violencia a las cuales no se ha dignado ni mirar. Ni siquiera tuvo la generosidad de apoyar el aislamiento con una enérgica solicitud en Cadena Nacional, apenas lo vimos en un mal video, en donde su itinerante compulsión, contradijo sus palabras. Sigue negándose a dar ejemplo, a #QuedarseEnCasa, como ahora nos suplican nos quedemos todos, a ponerse el gel, a hacerse la prueba, aún después de que tuvo contacto con gobernadores recientemente contagiados.

Se niega pues, a ser el Presidente que estamos reclamando con urgencia que sea. El Jefe de Estado que pone por encima de su persona a su país con sus 130 millones de habitantes. Se niega a ser el líder que necesitamos, el que deja a un lado su ánimo de confrontación y da el ejemplo para que la gente se guarde, para que guardándose salven sus vidas y las de los suyos. Quizá por eso, por ese pésimo ejemplo, a pesar de la desesperada solicitud de López el científico, hay tanta gente en la calle, pensando que si el Presidente puede saltarse las recomendaciones, ellos porqué no.

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Ana Teresa Aranda Orozco

Luchadora social. Madre de 6, abuela de 21. Diputada Federal, Titular DIF Nacional 2001, Secretaria Sedesol 2006, Subsecretaria de Gobernación 2008.