El coronavirus nos impactará a una velocidad exponencial: ¡hay que detenerlo ya!

  • Fernando Manzanilla Prieto
Hace unos días, al momento de declarar al coronavirus como pandemia global...

Esta semana abordaré un tema urgente que demanda toda nuestra atención como sociedad. Me refiero al previsible impacto del coronavirus en nuestro país y a la imperiosa necesidad de aplicar un plan radical de contención del brote.

Hace unos días, al momento de declarar al coronavirus como pandemia global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó su preocupación por los alarmantes niveles de propagación y gravedad de casos. Asimismo, el organismo expresó su consternación por los niveles de inacción que presentan algunos países ante lo que se avecina.

De acuerdo con diversos estudios, en particular el de Tomas Pueyo, Coronavirus: Why you must act now (https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-act-today-or-people-will-die-f4d3d9cd99ca), considerado como uno de los mejores análisis del problema que enfrenta la humanidad ante la pandemia, es necesario hacernos a la idea de que en las próximas semanas va a ocurrir lo siguiente:

1. Tarde o temprano el coronavirus llegará a todos los países de la tierra. 2. Lo hará a una velocidad exponencial, es decir, primero de manera gradual y luego de manera intempestiva. 3. Cuando esto ocurra, los sistemas de salud se verán rebasados por mucho. 4. Y la única forma de mitigar el impacto de su letalidad será tomando medidas drásticas hoy, no mañana ni en dos semanas, sino hoy; comenzando por mantener a tanta gente como sea posible en sus casas desde ahora mismo.

¿Qué significa que el virus nos impactará a una velocidad exponencial? Que crecerá geométricamente, es decir, que aumentará progresivamente multiplicando su número por una cantidad constante. Por ejemplo, la progresión 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64 … es exponencial y cada cantidad es igual a la anterior multiplicada por 2.

Algo similar a esto ocurrió en China, Italia, Corea e Irán. Es lo que está pasando en casi toda Europa. Y es lo que previsiblemente ocurrirá en Estados Unidos y en el resto del continente, incluido México. Al principio, el impacto será gradual, pero de repente, se acelerará y se saldrá de control.

Si a esto sumamos el hecho de que, de acuerdo con la experiencia observada, por cada caso detectado había, al menos, 10 ó 15 casos positivos no detectados, la bola de nieve siempre es más grande de lo que se cree.

El 21 de enero, las autoridades chinas informaron que había 100 nuevos casos al día, cuando en realidad había 1,500, creciendo exponencialmente. Dos días después, se presentaban 400 casos al día. Fue entonces que el gobierno chino se vio obligado a cerrar la ciudad de Wuhan. Horas más tarde, la autoridad tuvo que cerrar otras 15 ciudades de la provincia de Hubei.

Apliquemos el modelo al caso de Puebla. Supongamos que por cada caso detectado hay 10 sin detectar. Al 16 de marzo tenemos 9 casos detectados en Puebla, lo que significa que probablemente hay otros 90 casos no detectados. Aplicando el modelo de crecimiento exponencial observado en China, en una semana podríamos tener 34 casos detectados, aunque realmente habría 336. Dos semanas después, hacia finales de marzo, podríamos tener 158 casos detectados, es decir, 1,580 casos reales, creciendo de manera exponencial, solo en Puebla.

A nivel nacional, al 16 de marzo tenemos 53 casos confirmados. Aplicando el modelo observado en China, a finales de marzo deberíamos tener 1,441 casos detectados, es decir, poco más de 14,400 casos reales.

En el portal Bloomberg.com Navarro, A. asegura que “el bajo recuento de casos confirmados de coronavirus en México, que apenas se mueve, está generando preocupación sobre la idoneidad de las pruebas en el país y si el gobierno está haciendo lo suficiente para prepararse para una epidemia”.

Si esto es cierto, actuar dentro de dos o tres semanas podría ser demasiado tarde. ¡Hay que detener el brote ya! Es urgente instrumentar un plan de contención contra el coronavirus.

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Fernando Manzanilla Prieto

Soy Fernando Manzanilla Prieto, desde hace 20 años la vida me ha dado el privilegio de servir a las familias poblanas. Mi mayor anhelo es que a mí Estado le vaya bien.