Quítense el morado, ridículos

  • Rafael Gómez Olivier
Parte de afrontar este cambio es dejar de fingir que siempre entendemos y somos conscientes.

Cualquier movimiento en el mundo que genere una evolución a las sociedades es imprescindible, cualquier movimiento que lo haya logrado siempre trajo consigo violencia, rebelión, marchas, levantamientos y algo de desastre inevitable; la revolución Francesa, la separación de la URSS, las revoluciones latinoamericanas, el movimiento por los derechos civiles en EEUU, Mándela en Sudáfrica, actualmente Puerto Rico, Chile, Egipto, Ecuador, Bolivia, Venezuela inclusive las protestas de obreros en Finlandia o de acoso sexual en Suecia. 

El punto es que cualquiera que piense que el mundo ha cambiado con abrazos y banderas blancas no conoce mucho de esta raza hija de puta que podría cambiar lo que sea con tal de obtener un interés propio, y con decir raza nos incluyo a todos y todas.

Del silencio y La Paz hemos aprendido muy poco, condenar o criticar un movimiento masivo común en todo el planeta nos hace lucir como estupidos al no comprender que solo se trata de un síntoma de evolución social común a lo largo de nuestra historia.

Pintar o denigrar un monumento me parece un acto simbólico de olvidar viejas hazañas y comenzar a preocuparnos por los nuevos retos de la humanidad. Soy partidario de que la historia es un lujo de países que han logrado que solo sea eso, memorias de sus avances pero que ya no definen la manera en que actualmente gobiernan.

El proceso obviamente le molesta a muchos, pero a esos muchos hay que decirles que aveces cuando es por convicción las heridas son necesarias.

Tampoco se trata de quedarnos cortos de cerebro y menospreciar algo tan inmenso y hermoso como la M8 y creer que solo es la respuesta a algún descontento político con una sola figura o partido como si los demás no tuvieran que ver, que no se trata de algo local o que sufra nada más México, en donde incluso se quedó corto comparándolo con otros países.

Es una protesta más profunda, nos exige cambiar conductas a todas y todos, de redimensionar nuestra existencia en este universo, de algo que duele en todos los espacios y superficies donde existan humanos, que va más allá de lenguajes inclusivos, usar falda o pantalón, una preferencia sexual, si es ella o el, simplemente nuestra definición de ser humano ya no le funciona a la actualidad y como en muchos lapsos trascendentes de la vida son las mujeres quienes nos están guiando a resolverlo. 

La manera de hacerlo es así, con gritos, acciones y en las calles, exponiéndose, juntas, olvidando la protección de un celular o red social llena de comentarios y peleas falsas y falsos activistas que se preocupan por causas y se olvidan de ellas según los likes que les generen, activistas y medios que juzgan desde twittear pero no donde la vida duele y ocurre, solo pintan de morado su perfil creyendo que eso les da el valor moral de desacreditar con comentarios a una madre, una trabajadora o a cualquier mujer en contra del aborto mientras sostienen una cerveza, se tapan la boca con una pañoleta verde y se divierten desde un bar argumentando que a eso tienen derecho y libertad, lejos muy lejos de estar en la pelea auténtica.

No solo somos los hombres ( y lo somos) las razas y los sistemas el problema, también las mujeres mismas excluyendo a quien no comparte el argumento en su totalidad, denigrándose entre sí como viejas o anticuadas por nacer o tener preceptos de otra época que las hace resistentes a nuevas ideas, desacreditando a quien a pesar de desear haber parado un día no lo hace porque significaría no comer, no pagar sueldos, no producir, no terminar sus deudas en la vida cotidiana, es culpa de esas que ni siquiera en un día donde simbólicamente debían desaparecer, resistieron juzgar por protagonismo. Un movimiento exitoso no es solo de quienes lo promueven sino de quienes en el camino se convencen de que era lo correcto cuando las convencen con amor y unidad.

¿Que si las apoyo?

Por supuesto, siempre!!!

Mi madre se reveló a su época y en mi padre encontró un hombre que apoyó sus sueños porque es su pareja y no porque es mujer, creo su empresa y lidereo a la familia en ocasiones, crecí junto a una hermana más chica que se opuso a todos y todas sobre todo y también a las costumbres para dedicarse al arte y el duro camino de vivir de ello, conozco a empresarias, líderes feministas y revolucionarias auténticas que exigen y no solo el 9 de marzo desde sus  trincheras igualdad total.

Por supuesto que tengo y he tenido comportamientos machistas y parte de afrontar este cambio es dejar de fingir que siempre entendemos y somos conscientes, apoyarlo solo por lucir bien y encajar en fechas mediáticas donde todas voltean a vernos, somos parte del problema y desde ahí debemos actuar, la hipocresía de tanto apoyo hoy me hace vomitar porque mañana ya habrá algo que les demande su presencia así como ayer eran los estudiantes olvidados en sus campamentos lo serán también las mujeres con sus marchas moradas en las calles.

He entrevistado a mujeres mil veces mejores y más exitosas que yo, muchos de los consejos de vida que sigo vienen de ellas, de los debates y discrepancias que he tenido y en donde me he sentido frustrado de que me ganen, no porque son mujeres sino porque no me gusta perder y una de ellas mientras gritábamos en la plaza de la dignidad en Chile para que Piñera renunciara me dijo:

No es la época del machismo o del feminismo, es la época de la justicia y de la justicia en todo aspecto.

Y así por ella, sin importar que somos o parecemos debemos aferrarnos sin confundir que si se vuelve de uno o una sola deja por definición de existir.

@RafaGoli.

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Rafael Gómez Olivier

Presidente y CEO Social Business, conferencista sobre emprendimiento. Cocreador del concepto IdeasParty.  Creador del concepto Mundo emprendedor: Congreso que llevó educación empresarial a más de 12 municipios en Puebla. Creador de Unfollow