Condolencias tardías

Tardía e insensible respuesta de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco y del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, se tuvo en Puebla, después de dos graves sucesos que conmocionaron a la sociedad de la entidad y que tuvieron resonancia a nacional. Desde luego, me refiero al asesinato de un conductor de UBER y de tres jovencitos de la BUAP y la UPAEP que estudiaban la carrera de medicina y que encontraron la muerte en circunstancia aún no aclaradas, y la balacera en una tortillería muy conocida de Puebla que dejó una chica asesinada y un panorama desolador para los comerciantes de la capital.

Estas noticias realmente me duelen porque tengo una hija estudiando odontología en una de esas universidades y hace algunas semanas me pidió permiso para irse de fiesta con sus amigos a otro municipio. Creo que hoy no la volvería a dejar.

No sé cómo la vea usted, pero el hecho de que ni la alcaldesa ni el gobernador salieran a dar la cara, minutos después de ambos sucesos, me hace tener todavía más desconfianza en nuestras instituciones.

No es posible que el gobernador sólo haya salido a dar la cara, después de que el lunes y el martes tuvo miles de estudiantes marchando en las calles y pidiendo justicia y seguridad para toda la comunidad académica.

Porque oiga usted, no fue sino hasta el martes por la tarde, cuando Barbosa extendió sus condolencias al pueblo, a los gobiernos de Colombia y Veracruz, y a las comunidades universitarias a las que pertenecían los tres estudiantes asesinados, así como a los familiares y amigos del conductor de la plataforma Uber, cuyos cuerpos fueron localizados en la junta auxiliar de Santa Ana Xalmimilulco.

En un minivideo, Barbosa Huerta se comprometió a que este hecho no quedará impune, y que a los responsables se les aplicará todo el peso de la ley.

Si bien, la Fiscalía General del Estado (FGE), detuvo rápidamente a tres presuntos responsables de los asesinatos. El tema de la inseguridad y de la impunidad en el Estado de Puebla ha tomado ya tintes alarmantes.

Los directivos de las universidades asentadas en Puebla han salido a manifestar su indignación y preocupación por la escalada de inseguridad y violencia que vive nuestro estado, que condena a las familias a vivir en una constante zozobra e incertidumbre.

No sé con certeza si la alcaldesa y el gobernador están siendo mal asesorados o son insensibles o banales. No lo sé, pero necesitan ponerse las pilas en situaciones como las que ocurrieron en nuestra entidad, para evitar los vacíos de poder y ofrecer el abrigo que los poblanos estamos esperando.

Pero las cosas no para ahí, la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, también ofreció unas desafortunadas declaraciones al decir que la balacera ocurrida en una tortillería en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan fue un ajuste de cuentas en bandas criminales. Y no sólo eso, descartó que se tratara de un tema de extorsión o cobro de derecho de piso al dueño del comercio.

 “Es un tema de ajustes entre delincuentes; vamos a estar con mayor presencia en la zona para que los vecinos puedan estar tranquilos y en coordinación con la policía estatal”, aseveró.

Pues déjeme decirle, señora alcaldesa que no fue un ajuste de cuentas entre delincuentes, sino un intento de extorsión al propietario de ese negocio, muy conocido en esa junta auxiliar. Le pidieron una cantidad millonaria y en la trifulca, asesinaron a su hija.

En respuesta a la ola de violencia que vive la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, los vecinos de la zona optaron por bloquear las vialidades de acceso como la Avenida Las Huertas, así como la autopista Puebla-Tlaxcala, para exigir que sean atendidas sus exigencias en materia de seguridad.

En los primeros meses de 2020, el estado de Puebla se ha convertido en una de las entidades con mayor número de feminicidios, asesinatos, cobro de piso, extorsiones y robos de delincuencia común. Necesitamos que se pongan a trabajar y nada más.

Si me quiere contar algo, póngase en contacto conmigo norcudi@gmail.com