Dra. Norma Estela Pimentel Méndez*

Desde el entorno nacional y local, muchas instituciones académicas, empresas, organizaciones de la sociedad civil y por supuesto, colectivas feministas, se han sumado al paro nacional del próximo 9 de marzo, en el que México vivirá un día sin nosotras, gracias a la propuesta de la colectiva “Brujas del Mar”.

La manera orgánica en que la participación ciudadana se está manifestando, como un caudal de rio que se desborda, ante las condiciones de inseguridad y violencia que se manifiestan cada día como mayor crudeza, han generado lo que la normatividad ha tenido como aspiración… lograr consensos, encontrar puntos de coincidencia. Todas y todos los mexicanos, sin importar nuestras características individuales queremos recuperar paz, deseamos entornos seguros para nuestras niñas y mujeres, anhelamos que la impunidad no solape un solo feminicidio más.

Reconozco el valor de quienes integran la colectiva feminista veracruzana “Brujas del Mar”, su resiliencia para llevar a buen puerto esta lucha, que se suma a muchas más que han encabezado, contra todas las voces críticas, algunas con rostro y otras que desde el anonimato de las RRSS dan cuenta de la importancia de este movimiento, hacen justamente con sus violencias digitales contra la colectiva y sus integrantes, el claro ejemplo del por qué la sociedad mexicana no puede permitir que la polarización gane esta batalla.

Hemos dado cuenta de la incidencia delictiva contra mujeres durante 2019, información oficial emitida por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que reconoce que la cantidad de mujeres asesinadas el año pasado fue de 7021, lo que implica aproximadamente 20 víctimas de homicidio en cualquiera de sus formas por días, 976 feminicidios tipificados, millones de violencias silenciadas, invisibilizadas, permitidas y culpabilizadas. Este año, la numeralia oficial considera que tan solo en enero se registraron 165,749 delitos contra nosotras.

Si las mujeres de este país hemos tolerado machismos, micros y macros, desigualdades en diferentes espacios, violencias escolares e intrafamiliares, que hace diferente este 8 de marzo, de muchos otros? Qué nos permite transitar de los discursos que politizaron la agenda de género, mansplanning en medios masivos de comunicación, hacia un primer paro nacional de mujeres? Ustedes tendrán sus propias conclusiones, desde mi punto de vista ha sido nuestra capacidad para reconocer la cero tolerancia a la violencia contra las mujeres… la cero tolerancia a que nos arrebaten a otra pequeña como nuestra poblana Mayra… la cero tolerancia a la manipulación de la dignidad de Ingrid… la cero tolerancia a que nos arranquen la ilusión de una vida seguras, en pleno ejercicio de nuestros derechos.

Algunas entidades al momento de sumar su apoyo al movimiento pierden de vista que su objetivo es exigirles asuman su responsabilidad, rindan los resultados necesarios para lograr el alto total a la violencia de género. Hay quienes olvidan que justamente este movimiento nos ha unido ante su indiferencia e irresponsabilidad, ante su actuar comprometido con sus agendas personales que les impiden aplicar la amplia legislación vigente, en contra de quienes cometen actos de violencia… tal vez lo que les queda de consciencia les motiva a sumarse al movimiento, olvidando que si no incurrieran en omisiones, doble moral e irresponsabilidades, la sociedad no se habría transformado en este gran caudal, que ya no va a detenerse.

Deseo que estos movimientos transcurran de manera pacífica, que cesen las violencias contra sus promotoras, contra quienes se suman, contra mujeres y hombres que hoy estamos conscientes que deseamos un México seguro y en paz, donde mujeres y hombres seamos libres de desarrollarnos en plenitud, respeto e igualdad.

*Doctora en derecho, especializada en rendición de cuentas, derechos humanos, transparencia, combate a corrupción y género.