Se equivocan los que piensan que existen partidos políticos detrás de este movimiento, atinados todos; políticos y gobiernos que han apostado por sumarse públicamente. Sólo alguien en su sano juicio no lo haría. Una cosa es apoyar al movimiento porque comparten una causa común y hacer público su apoyo porque hacerse notorios no puede esperar; porque en política no se perdona una oportunidad, y otra muy distinta es que algún partido político haya estado detrás de este movimiento. No por el momento y por eso estamos ante un genuino movimiento social emergente.

Me explico, desde el enfoque de la Psicología Social y de manera muy resumida, un movimiento social emergente corresponde a una expresión colectiva espontánea, en la cual están involucrados sujetos sociales que coinciden en una representación social compartida de la realidad, no buscan el ascenso al poder, no hay partidos políticos detrás de estos movimientos y por lo general son efímeros.

El clima en nuestro país abona para el surgimiento de movimientos sociales emergentes; el clima emocional me refiero porque la causa está por demás justificada y permite que un movimiento que ha surgido desde el colectivo de mujeres que comparten la lucha feminista, ahora puedan sumar no sólo a ciudadanos que no son activistas sino a partidos políticos y gobiernos de los tres órdenes. Hasta ahora, con esta suma, el movimiento gana y México como país gana.

Porque el clima emocional en nuestro país, hasta el momento había permitido –léase sólo el clima emocional sin especulaciones de las teorías de la conspiración- el surgimiento “espontáneo” de una ira incontenible materializada en manifestaciones sin causa y entonces, ahí teníamos a los anarquistas en la UNAM, en las calles de la Ciudad de México, generando el caos por el caos mismo.

Como si se tratase de una escena de la película de Nolan “The Dark Knight Rises” en la que manifestaciones colmadas de ira y violencia han casi destruido Gotham City, toman el “cielo por asalto” pero evidentemente no después de leer a Marx sino luego de que Bane (personaje de esta película) alentó a una gran mayoría con el objetivo de generar el caos por el caos mismo.

Pero que seguramente ante estas manifestaciones anarquistas había uno, dos y hasta tres Banes que no sólo alentaban sino que “apadrinaban” su operación. En política también los hay y muchos sin tantita ética que ante un clima emocional como el actual en nuestro país, “empujan” manifestaciones así para desestabilizar (aún más).

Pero el paro nacional convocado para el día 9 de marzo, no se trata de una manifestación así, se trata, ya lo he dicho de un movimiento social emergente como en décadas no surgía en nuestro país.

Quizá algún partido político coopte este movimiento, no públicamente porque sería suicidio político, un harakiri en comunicación política, pero sí con un respaldo para la operatividad del mismo en subsecuentes manifestaciones, por lo pronto este Movimiento inició genuinamente como un movimiento social emergente organizado por una minoría activa y respaldado por una mayoría ciudadana.

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