¡Con ellas, siempre!

  • Elmer Ancona Dorantes
El paro nacional “El nueve ninguna se mueve” o “Un día sin nosotras”

No me quiero imaginar el 9 de marzo. En realidad, será horrible. Un solo día de nuestra vida pública y nacional sin las mujeres, será estremecedor. Nada puede ser mejor en este país sin la colaboración, inteligencia, amor, tesón y solidaridad de las mujeres.

El paro nacional “El nueve ninguna se mueve” o “Un día sin nosotras”, convocada por diversas organizaciones feministas, principalmente de “izquierda”, aunque se están sumando las de “derecha”, marcará un antes y un después en México.

No se debe descartar, por supuesto, a los millones de mujeres sin postura ideológica o doctrinal que se sumarán voluntariamente al urgente llamado en defensa de su propio sexo-género.

No salir a las calles, no ir al trabajo ni a la escuela, no comprar ni vender nada, son las principales propuestas que las convocantes de este movimiento están difundiendo en cada rincón del país. 

Plantean, en pocas palabras, pasar inadvertidas ante los ojos de aquellos a quienes no les importan -porque así lo han dado a entender-, de quienes no hacen nada por ellas, sobre todo ante estos momentos de inseguridad atroz.

Afortunadamente, han sido escuchadas por cientos de empresas, industrias y comercios; por gobiernos municipales y estatales; por credos religiosos de toda naturaleza, principalmente por la Iglesia Católica y las denominaciones cristianas que han marcado una clara postura.

Todos le han entrado a este llamado. Caso clave, las universidades públicas y privadas. Sólo el gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), no está convencido.

El primer mandatario considera que detrás de este movimiento, que para él es un auténtico “golpe de Estado, están los grupos conservadores que agitan, que mecen la cuna, que alteran la estabilidad de su gobierno.

Lamentable el caso de la respetable señora Beatriz Gutiérrez Muller, esposa del primer mandatario, quien una mañana despertó apoyando el movimiento feminista y por la tarde publicó un hashtag con la leyenda “#Noalparonacional”, en solidaridad con su marido.

Ya ni las legisladoras de Morena en las cámaras de Diputados y de Senadores hicieron caso al disparate presidencial; advirtieron que las mujeres de esos recintos legislativos que decidan unirse al paro nacional, serán respetadas en sus derechos laborales.

Ni la misma jefa de Gobierno del Distrito Federal, Claudia Sheinbaum, apoyó este desaire gubernamental, ya que dejó muy claro que las mujeres de su administración que deseen entrarle al “Un día sin nosotras”, serán protegidas laboralmente.

Pensar inteligente

Eso es pensar inteligente, porque más allá de las creencias personales que se tengan, todas las mujeres deben unirse a un frente común para exigir respeto a su integridad, física, emocional, espiritual, laboral o académica, entre muchos otros aspectos.

Aquí no caben ni las ideologías ni las doctrinas, este es un asunto de estricta protección y seguridad; las mujeres se sienten vulnerables ante el entorno social, cultural y político en el que viven.

Fueron insuficientes las manifestaciones públicas, pacíficas y violentas, que realizaron para hacerse ver, para hacerse escuchar, para “hacerse visibles” ante unas autoridades sordas y ciegas.

Pero también ante una sociedad cada vez más maleducada, malformada, desintegrada, que se empeña en dañar la imagen, el respeto, la esencia y la integridad de la mujer mexicana.

Porque no se vale echar la culpa únicamente a los políticos insensibles que integran las diferentes administraciones públicas, las diferentes cámaras legislativas, los diversos Poderes, que no quieren mover un solo dedo para protegerlas.

También los padres de familia en los hogares, los catedráticos y directivos en las escuelas y universidades, los empresarios en los negocios, han hecho muy, pero muy poco, para resguardar la imagen de las mujeres.

En tanto no se inculque el respeto pleno a su integridad en todos los ámbitos sociales, las mujeres seguirán cayendo, una tras otra, en manos de criminales, de dementes que las rechazan, que las odian, por el simple hecho de ser lo que son.

Ya ni se diga de las diferentes denominaciones religiosas, unas más que otras, que siguen alentando la imagen de la mujer sumisa, callada, pasiva, obediente, ante lo que digan los hombres. 

Todos los días, de acuerdo con estadísticas oficiales, son asesinadas 10 mujeres y cientos son atacadas física, emocional, psicológica y espiritualmente. Los casos de impunidad alcanzan 90 por ciento. Quedan en el olvido.

Quizá de manera involuntaria, ya que el Poder Judicial ha dicho hasta el cansancio, que no se da abasto con lo limitado de su presupuesto, de su personal, de sus jueces, para frenar la ola de ataques contra las mujeres.

Puede ser, pero eso no les da permiso para ceder, para frenar, para hacerse de la vista gorda, aludiendo a la famosa “puerta giratoria” que da entrada en los juzgados a los criminales, incluso feminicidas, para pronto dejarlos en libertad.

Si se trata de escaso presupuesto, pues basta ejercer una presión social endemoniada para exigir a las autoridades hacendarias que otorguen mayores recursos para el combate de los feminicidios.

Y los hombres… ¡qué!

El paro nacional “El nueve ninguna se mueve” o “Un día sin nosotras”, debe tener un respaldo indiscutible de los hombres de este país que representan 49 por ciento de la población total, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores deben, en primera instancia, apoyar a todas las mujeres en este movimiento convocado para el 9 de marzo.

Deben alentar a sus hermanas, hijas, madres, esposas a unirse a este urgente llamado a favor de las mujeres. Nadie puede guardar silencio ante las atrocidades que están viviendo.

Los hombres tenemos que educarnos y re-educarnos en el trato que damos al sexo opuesto; debemos dejar de escuchar música misógina; debemos dejar de tolerar videos y películas grotescos que sólo manchan la imagen de la mujer.

O le entramos a esta nueva cultura, a esta nueva disciplina, a este paradigma, o definitivamente seguiremos viendo caer, una tras otra, a las mujeres en este país, que pudieran ser parte de nuestras familias. Es ahora o nunca. Bienvenido el paro nacional ¡Con ellas, siempre… Sin ellas, nunca!

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.