Para Emiliano

Se calcula que el 1 por ciento de los niños en México tienen algún grado de autismo y, sin embargo, existen graves lagunas a nivel institucional no sólo para identificarlo en etapas tempranas, sino para atenderlo a lo largo de la vida. Desde la infancia hasta la edad adulta.

Hoy se celebra el Día Mundial del Asperger y, a pesar de la prevalencia de autismo, en general, entre la población, que podría ser de hasta 400 mil niños mexicanos, existe un grave desconocimiento de esta condición. Con frecuencia se estereotipa a las familias y hay un marcado desinterés por lo que tienen que enfrentar día a día.

El desconocimiento generalizado, social e incluso entre profesionales de la salud, contribuye a una detección tardía.

El papá de un pequeñín con Asperger me ha pedido que escriba sobre este tema y, al investigar me topé con un triste panorama, pues hay un grave desinterés e incomprensión de la sociedad por el tema.

En el entorno escolar, muchas veces se les rechaza y hasta sufren acoso debido a que son muy sensibles a estímulos externos; con frecuencia no logran contenerse y estallan. Los demás simplemente piensan que son mal educados y berrinchudos, pero no es así.

También presentan problemas de comunicación y a veces, no saludan a las personas que no conocen o prefieren permanecer en silencio. Tampoco es un problema de educación.

El Síndrome de Asperger es completamente desconocido. Quizás su cara más linda la vimos con la adolescente ambientalista Greta Thunberg, quien encabeza manifestaciones y ha pronunciado discursos altamente mediáticos en cumbres internacionales.

Pero el Asperger es mucho más que eso.

El Asperger y los Trastornos del Espectro Autista (TEA), presentan una gran variedad de manifestaciones clínicas, de modo que esta condición afecta de forma diversa y con distinto grado e intensidad a cada individuo.

Se considera que la incidencia de autismo a nivel mundial es de uno de cada 160  niños, existiendo cuatro veces más probabilidades de aparición en los varones que en las mujeres, sin distinción de razas, nivel socioeconómico o área geográfica.

En México, sin embargo, un estudio de 2016 indica que la prevalencia del autismo es de 1 de 115 personas. Dicho estudio fue financiado por la organización Autism Speaks – la conocida asociación estadounidense dedicada a la difusión de información y concienciación sobre este desorden del desarrollo.

Debido a que éste es el primer estudio de prevalencia en México, no se puede comparar con los indicadores de otros años. Aunque la  literatura clínica de hace 20 años estimaba que la prevalencia era de uno de cada 1000 niños. Este inminente aumento, estaría indicando un problema urgente de salud pública en México.

Las causas del autismo son desconocidas. Hay estudios vinculados a mutaciones en los genes, pero aún no está descifrados los involucrados en el desarrollo de esta enfermedad.

Las investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo con las siguientes causas:

 • Agentes genéticos: se ha demostrado que en el trastorno autista existe una importante base genética. En estudios clínicos desarrollados con gemelos, se ha observado que cuando se detecta el trastorno en uno de los hermanos, existe un alto porcentaje (en torno a un 90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo desarrolle.

 • Agentes neurológicos: se han constatado alteraciones neurológicas, principalmente en las áreas que coordinan el aprendizaje y la conducta, en aquellos pacientes diagnosticados de trastornos del espectro autista.

 • Agentes bioquímicos: se han podido determinar alteraciones en los niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.

Pero el problema no es de causas ni de cifras, es de concientización social. Hace falta mucha información sobre el autismo y sobre todo, diálogo al interior de las familias y de los centros escolares para inculcar a los niños el valor de la tolerancia y de la inclusión.

Le voy a decir que muchos adultos sienten un gran alivio cuando obtienen un diagnóstico de Síndrome de Asperger, pues en sus etapas de vida tempranas no lograban insertarse en la sociedad, pero no sabían por qué.

El Asperger no es una enfermedad, simplemente es una condición. Es una forma de autismo. Las personas con Asperger no están enfermas. Si pudiéramos hacer un símil con las computadoras, diríamos que tienen un sistema operativo distinto, funcionan de una forma distinto a los demás (neurotípicos).

Por lo general, los Asperger no son capaces de interpretar los estados emocionales ajenos (no tienen el mismo grado de empatía). El signo más común, es que no saben relacionar la información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal de las personas. Tampoco saben interpretar los estados emocionales. Pero con frecuencia no tienen alteraciones cognitivas lo cual les facilita insertarse en sociedad.

Este día lo invito a documentarse, a sentarse con sus hijos y dialogar sobre el tema. Muy posiblemente conocerá algún compañerito con algún grado de autismo. En nosotros está hacer que el tema deje de ser una asignatura pendiente en México.

Si me quiere contar algo, póngase en contacto conmigo. Me interesa mucho su opinión norcudi@gmail.com