Mil Fichas de Asistencia Técnica para Ingenieros Agrónomos y Campesinos

  • Alberto Jiménez Merino
“Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre".

El 22 de febrero de 1854 se creó la Escuela Nacional de Agricultura, en San Jacinto, en ese entonces Distrito Federal, y en la misma fecha, pero de 1924, se trasladó a  Chapingo, Estado de México. En 1978 se transformó en la actual Universidad Autónoma Chapingo.

En alusión a la fecha de creación y por ser la institución del ramo más antigua en México y Latinoamérica, se decidió dedicar esta fecha como Día del Ingeniero Agrónomo.

Bajo el lema institucional “Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre” nos hemos formado miles de ingenieros agrónomos en 166 años. Sólo en la generación 1982, egresamos 720 alumnos.

En Chapingo se estudia para ingeniero o licenciado en agronomía, en 22 especialidades. Los servicios asistenciales son únicos en México. La infraestructura existente para la enseñanza e investigación, es inigualable. Se cuenta con 16 posgrados, una maestría y un doctorado.

Como ya lo he escrito antes, si no existiera Chapingo, no hubiera podido ser universitario. Las becas, los servicios de hospedaje y alimentación permiten que jóvenes de escasos recursos puedan seguir estudios superiores. Esa es una gran ventaja; la desventaja es que esta situación aleja a los estudiantes de su conciencia de pertenencia.

Ser universitario en México es la mayor ilusión de los jóvenes y sus  padres. Es una ilusión,  porque las familias no tienen los recursos para apoyar a sus hijos y el estado no tiene la capacidad para garantizar un lugar a todos los que quieren hacerlo.

Pero también, la ausencia de una orientación vocacional real es en mucho la razón de la deserción escolar existente que, en el caso de mi generación, alcanzó casi el 50 por ciento, no obstante el noble sistema de becas.

A Chapingo le agradezco y reconozco haberme formado en la línea del servicio a los campesinos y en la honestidad. Influyó tanto en mi preparación esta orientación que hasta la fecha la sigo practicando.

Tuve una gran formación técnica. Mucha información recibida y muchas herramientas para atender los problemas de los campesinos y los productores agropecuarios. Son tantas la herramientas que llevas, que cuando te enfrentas a un problema, no sabes cuales utilizar.  

Siendo positivo, es mucho más lo bueno que lo malo. Siendo autocrítico, puedo asegurar que la formación recibida en Chapingo fue sustantivamente teórica, desarticulada y con muy poca relación con las necesidades de las familias rurales y los sectores productivos. Cuando se tenga una relación 50-50, teoría-práctica, en la atención de necesidades de comunidades y regiones, estaremos en posibilidad de formar los líderes que necesitamos y hoy no tenemos.   

Nunca se habló en las aulas de la importancia del agua, de la atención a la agricultura de autoconsumo ni del trabajo en condiciones de adversidad como es la pirámide productiva nacional. La enseñanza y la investigación de mis tiempos, estaba muy orientada hacia superficies grandes, riego, disponibilidad de insumos y recursos financieros.

No se habló de cadenas productivas. Las materias no tenían relación entre sí. Vimos cultivos básicos, fruticultura y ganadería por separado, no como sistemas productivos de la vida real. No se habló de agronegocios. No hubo ejemplos reales de asociatividad práctica. Hacer negocio siempre se vio como algo deshonesto, aunque más bien siempre se refería a no hacer negocio con el dinero público. Nunca nos dijeron lo que podríamos llegar a ser.

Hubo escasez de información útil, conocer casos de éxito, proyectos potenciales, propuestas de política pública, diagnósticos para hacer planes de trabajo y entrar en acción. Nunca nos dijeron que había que empezar por los problemas de nuestras comunidades luego, resolver los problemas del mundo. Tampoco nos dijeron que nunca se termina de aprender.

Contar con información útil para tomar decisiones es fundamental entre una gran abundancia de datos. Por eso, en 2006un gran grupo de profesionistas nos dimos a la tarea de integrar Guías Básicas de Asistencia Técnica para del Desarrollo Rural como una herramienta de trabajo para los responsables de asesorar a los campesinos de Puebla.

El libro está integrado por cerca de mil 400 fichas técnicas de una página; poco texto y muchas imágenes; con temas de como cultivar, criar y procesar los diferentes productos agropecuarios y acuícolas. Cuenta con  temas comoa seguridad alimentaria, autoconsumo, huertos y granjas familiares, conservación del suelo y agua, principales problemas de las familias del campo, funciones de los regidores agropecuarios y opciones productivas para cada uno de los municipios poblanos.

En el Día del Ingeniero Agrónomo, como un modesto aporte, pongo a disposición de este importante gremio fundamental para la seguridad alimentaria de México, las Guías Básicas de Asistencia Técnica para el Desarrollo Rural. Espero sea de interés y utilidad. 

Se puede consultar en la página www.jimenezmerino.com.mx Espero sus comentarios y principalmente sus aportes para hacerlo mejor.

¡Feliz Día del Ingeniero Agrónomo!

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.