Política ficción

  • Rodrigo Rosales Escalona
Imponiendo una falsa democracia con su ficticio modelo de “Solidaridad”.

Cada vez que a Carlos Salinas de Gortari se le cuestiona sobre su papel como gobernante y en la política, se concreta a decir que “todo es política ficción”, como forma de evadir su gran responsabilidad sobre los males que aqueja a la nación a la fecha.

Pero, qué entendemos por ¿política ficción? De acuerdo el diccionario de La Real Academia Española: “Ficticio: adjetivo. Fingido, imaginario o falso”. Por lo consiguiente, si somos claros y sinceros sobre el acontecer de la vida caótica que padecemos, el principal responsable y culpable, lo es Salina de Gortari, quien, bajo el principio del globalismo neoliberal, sedujo a los poderes fácticos y políticos, a sumarse a ir desmoronando a la Constitución, deformando leyes, para desgranar la voluntad social, imponiendo una falsa democracia, con su ficticio modelo de “Solidaridad”, que más bien sirvió a intereses de dichos tecnócratas apátridas.

Como reflexión, leamos a José Ingenieros:

                                     “LA VERDAD”

“La verdad es la más temida de las fuerzas revolucionarias; los pequeños motines se fraguan con armas de soldados, las grandes revoluciones se hacen con doctrinas de pensadores. Todos los que han pretendido eternizar una injusticia, en cualquier tiempo y lugar, han temido menos a los conspiradores políticos que a los heraldos de la verdad, porque ésta, pensada, hablada, escrita, contagiada, produce en los pueblos cambios más profundos que la violencia. Ella –siempre perseguida, siempre invencible- es el más eficaz instrumento de redención moral que se ha conocido en la historia de la humanidad”.

El salinato nos condujo por los terrenos diseñados por un capitalismo voraz de tragarse la dignidad de los pueblos y nación, haciendo de la soberanía, un mendrugo, porque se ejerció la privatización de un país, el despojo de la nación, en cuanto a que los “Chicago Boys”, son los alumnos de los objetivos del capitalismo norteamericano, para hacerse de México, sin necesidad de invasión militar.

Retrocedamos en el tiempo, para comprender nuestra tragedia nacional, donde Milton Friedman, el gran intelectual del globalismo, fue la cuña para encajar en nuestro país, además, intervino en América Latina para asesorías a Chile y otras dictaduras militares, junto con Arnold Harberger, apareció como asesor del área de ingresos de la Secretaría de Hacienda.

El dato cobra relevancia porque Harberger participó de manera indirecta en la elaboración del Plan Global de Desarrollo 1980-1982 de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari como responsables de la Secretaría de Programación y Presupuesto, y en el Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 del primero como presidente y el segundo como titular de la SPP.

El arribo y presencia de Harberger como asesor de política económica fue una parte sustancial para la definición del proyecto neoliberal de desarrollo 1979-2019.

Asimismo, la presencia de Harberger marcó la entronización de los economistas de mercado educados en el ITAM y luego en la Universidad de Chicago de Friedman. Esos técnicos de la economía fueron conocidos en los años setenta como los Chicago boys mexicanos y su jefe reconocido era el entonces director general de política fiscal de Hacienda, Francisco Gil Díaz, exalumno y profesor adjunto de Friedman en Chicago.

La nota sobre Harberger fue publicada en la revista Proceso del 17 de septiembre de 1979, pocos meses después del arribo de De la Madrid a la SPP con el mandato de redactar el primer plan --atrasado-- de desarrollo del presidente López Portillo. El PGD 1980-1982 fue el espacio aglutinador de los Chicago boys mexicanos porque ahí se dio por liquidado el modelo de desarrollo del Estado de la Revolución Mexicana.

Gil Díaz y los Chicago boys mexicanos tomaron el control del diseño de la política económica neoliberal que consolidaron De la Madrid, Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. Y más allá: el primer gobierno presidencial del PAN, el de Vicente Fox, extendió la vigencia del pensamiento de los Chicago boys mexicanos con la designación de Gil Díaz como secretario de Hacienda y responsable de la política económica. Y para que no hubiera duda, el primer secretario de Hacienda del gobierno panista de Calderón fue el entonces subgerente general --número dos en la jerarquía-- del FMI, Agustín Carstens.

De la Madrid y Salinas de Gortari convivieron con los Chicago boys antes de llegar a la SPP. El primero fue subsecretario de Ingresos de Hacienda de 1975 a 1979 y estaba encargado justamente del área de ingresos fiscales, en donde Harberger estaba asesorando al gobierno mexicano. En 1973-1976 Friedman y Harberger eran asesores de la junta militar de Chile y responsables del programa de choque para romper con la herencia socialista del derrocado presidente Salvador Allende. Es decir, Harberger asesoró de manera simultánea a Pinochet y a López Portillo por mediación de Gil Díaz.

 La tesis económica de Harberger-Friedman se dio en la redefinición de la política salarial mexicana para sacarla del modelo de salario social y llevarlo al salario como factor de presión inflacionario, con la sugerencia de terminar con el modelo de salario mínimo. Otras ideas de Harberger que luego aparecieron en la reforma neoliberal de De la Madrid-Salinas de Gortari eran el fin de la reforma agraria, la baja del gasto social y la venta de paraestatales.

Luego del PGD 1980-1982 en el que se anunció el fin histórico del modelo de desarrollo del Estado de la Revolución Mexicana, Salinas y los Chicago boys mexicanos presentaron el Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 basado en la premisa del realismo: poner la reestructuración productiva de mercado por encima de los compromisos sociales del Estado. Gil Díaz fue, durante el gobierno de Salinas, subsecretario de Hacienda con el padrinazgo de Joseph-Marie Córdoba Montoya, ya entonces como superasesor salinista. Y el modelo se consolidó con el PND 1989-1994 en el que el entonces presidente Salinas de Gortari liquidó al Estado y colocó al mercado como el eje del modelo de desarrollo. 

Como método político de impedir que el conjunto social se manifestara en contra de dichas políticas, apoyándose en agrupaciones sociales y civiles, como en partidos de izquierda, pertenecientes al PRD, la estrategia fue simple, comprar voluntades, o eliminar de facto a quienes protesten.

Siendo que, durante su sexenio, asesinaron o desaparecieron a más de 700 líderes sociales y militantes probados del PRD. Los que quedaron, buscaban reorganizar fuerzas; lamentablemente, el salinismo supo comprar voluntades a través de los llamados “chuchos”, quienes, junto con el PAN y partidos satélites del régimen, vendieron sus doctrinas e ideología, para hacerse cómplices de la tecnocracia, encontrándolos en cada espacio vital de la política y como legisladores, para la privatización. Cómplices que no levantaron la voz, ni defendieron a las luchas sociales, contra el despojo o represión, al contrario, avalaron socarronamente el vendaval del cinismo.

Los entuertos para la privatización de bienes nacionales, como también en materia agraria, sobre todo el artículo 27 de la Constitución, el salinismo del PRI y PAN, contra los ejidos, imponen intereses del Fondo Monetario Internacional y de Friedman. La paradoja radica en que en febrero de 1971, legisladores panistas como Diego Fernández de Cevallos propusieron que el ejido fuera entregado a los ejidatarios en propiedad limitada, que se aceptara la asociación de ejidatarios con pequeños propietarios para producir, que se decretara el fin del reparto agrario, que se crearan los tribunales agrarios. Para 1991, el viejo anhelo de la derecha, se cumplió con la derecha priista.

Casos como este, el adelgazamiento de presupuesto al desarrollo social, educativo, salud, etcétera, se radicaliza con fomentar la inanición presupuestal a dependencias paraestatales como PEMX, CFE, IMSS, y otras más. En el caso de las primeras, dicha hambruna presupuestal, tambie´n carga con elevados impuestos, que en conjunto, desequilibraron sus operaciones productivas, siguiendo el esquema de privatización.

Reitero, los Chicago Boys no lograrían esta infamia, sino fuera el salinismo previsor de comprar voluntades de los partidos políticos, para que fueran lo más serviles a la hora del canibalismo repugnante.

Hoy, el PRI, PAN, PRD y MC, ante la pérdida de su dignidad, de sus valores doctrinarios, intentan revivir, recurriendo a cuestionamientos contra el gobierno de López Obrador, por tener paralizada la economía, de no invertir en el sector salud, de ser causante de desempleo, etcétera, etcétera; sin embargo, si son valientes, por qué no lo hicieron en pasadas administraciones donde es el origen de esta tragedia nacional.

Son partidos Ficción, porque evaden su responsabilidad cómplice, molestos por la sencilla razón de que anhelan esos lujos y patrañas de gobierno.

El día de ayer, el gobierno de España, declaró que, de acuerdo a petición del gobierno de México de detener al ex director de PEMEX, Emilio Lozoya Austin, por sus actos de corrupción y saqueo a dicha empresa, ojalá se agreguen más, como lo es con Rosario Robles, quien está en proceso su investigación por otros delitos similares. La nación reclama.

En cuanto al gobierno de López Obrador, se encuentra atrapado entre dos bloques: los primeros, con los globalitas y ultraderecha; los segundos, el FMI y nacionalistas del capitalismo norteamericano, quienes pretenden apoderarse del país, es decir, les queda claro que nuestro país posee riqueza en mantos de uranio, plutonio, tierras raras y otros insumos, que les son urgentes para el presente y futuro en tecnología.

En Puebla, resultó excelente alumno, el difunto Rafael Moreno Valle, quien, en su feudo, cometió los mismos procesos de corrupción y represión, haciendo de los partidos políticos un guiñapo y gazapos, quienes están atrapados en desgreñarse internamente, para tener control de sus supuestos partidos.

Lamentable papel, en un estado donde la vida política y partidista, es como una ballena varada en la playa, es decir, no sirve para nada.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx           Analista político y de prospectiva social

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.