Medidas prácticas contra la corrupción

  • Víctor Reynoso
Cada vez más ciudadanos se ocupan de combatirla.

Víctor Reynoso

Profesor de la UDLAP

En El poder corrompe, Zaid no se limita a analizar la corrupción y a situarla dentro de un proceso histórico común a todas las sociedades. También propone soluciones prácticas. Están a lo largo de todo el libro, pero se enumeran con precisión en el último capítulo.

Una característica común a estas propuestas es que deben se sitúan desde fuera del gobierno, en la sociedad civil. Burocracia y partidos han mostrado su insuficiencia para combatir a la corrupción. En algunos casos los intentos burocráticos solo complican los trámites, desanimando a funcionarios honestos, sin inhibir a los deshonestos. Ninguno de nuestros partidos actuales cuenta con honestidad competitiva, ninguno ha mostrado eficacia en el combate a la corrupción.

No propone el autor, desde luego, terminar con partidos políticos ni con toda agencia gubernamental. Sí con algunas, como la Secretaría de la Función Pública, para pasar sus atribuciones a la Auditoría Superior de la Nación. Y eliminar lo que considera credenciales innecesarias, como la licencia de conducir.

Destaca el sentido práctico de sus propuestas y lo que podríamos llamar su crítica al perfeccionismo. A la idea de que “nada puede cambiar mientras Todo no cambie”. El perfeccionismo en el combate a la corrupción, y en cualquier otra cosa, solo lleva al fracaso y al desánimo. Considera ilusorio buscar un Gran Remedio contra la corrupción. Lo que se requiere es de múltiples remedios con sentido práctico, con sentido común, con consideración de los costos y las consecuencias.

Otro rasgo común de sus propuestas es hacer pasar los actos corruptos de la zona oscura de lo privado (la corrupción es la privatización de las funciones públicas) a la luz de lo público. Por eso propone cosas como un Catálogo de Mordidas y un Mapa de la Corrupción, creados por ciudadanos en internet, y que puedan ser consultados por cualquiera, con un buscador tipo Google. Ya funcionan cosas así en algunos países.

En la misma línea de la crítica al perfeccionismo está su idea de valorar los logros parciales. Cada vez más ciudadanos se ocupan de combatir la corrupción. Hay logros notables en la información al respecto. Hay ya exgobernadores en la cárcel.

El reconocimiento de estos logros y el alejamiento de los Grandes Remedios, de la idea de que nada cambiará mientras no cambie Todo, es un acto de realismo que alienta a continuar con los logros parciales.

La corrupción en México, escribe, es una tradición, pero no una cultura. Considerarla como un asunto cultural propio de los mexicanos es ridículo y tonto. Pero sí es una costumbre. Que puede terminar, como ha terminado en muchos otros países. Como han terminado otras tradiciones, cuando la sociedad deja de verles sentido y toma medidas prácticas para evitarlas.

El problema es que generalmente buscamos soluciones rápidas, fáciles y totales. Las ideas de Zaid no lo son. Requieren de la organización social en grupos concretos que se planteen medidas concretas para lograr objetivos específicos. Lo que requiere de paciencia y sentido común. Dos recursos escasos. Pero es posible ver que es mucho lo que se ha logrado por ciudadanos y organizaciones. La idea es continuar en esa línea.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.