Fenomenología de la mordida

  • Víctor Reynoso
La fenomenología propone ir a los fenómenos. No simplemente para describirlos...

“Fenomenología” es una palabra dominguera, que muy poca gente comprende. Remite a nombres también extraños, como Husserl y Heidegger. Sorprende pues que exista un libro titulado Fenomenología del relajo, escrito por Jorge Portilla. Zaid en el ya comentado libro El poder corrompe dedica un espacio a la “fenomenología de la mordida”. Es decir, a la práctica que consiste en que un ciudadano se arregla por una autoridad sin respetar los conductos legales, o violándolos abiertamente.

La fenomenología propone ir a los fenómenos. No simplemente para describirlos, sino para encontrar su lógica y su sentido para la vivencia humana. Es lo que hace Zaid con la mordida. La describe, no para quedarse en la descripción, sino para ir al fondo del fenómeno, de sus características y significado

La mordida implica complicidad. Requiere de la participación de dos partes: “es un soborno al encargado de un poder público, para favorecer a quien hace el pago”. Esto la distingue de otras formas de corrupción, de la simple apropiación de los recursos públicos, sean dinero, sean cargos otorgados a parientes o amigos que no tienen los méritos para ocuparlos.

Hay algo humano en esa forma de corrupción, dice Zaid. Una rebelión del yo personal contra la impersonalidad de las maquinarias burocráticas. El agente de tránsito y el conductor infractor que “se arreglan” por encima o debajo de la ley dejan a un lado las normas impersonales. Incumplen la ley, para salir ganando ambos.

“Viéndolo así –escribe Zaid‑ negarse a dar o a recibir mordidas no es leal y virtuoso sino desleal y apretado”. Desde esta perspectiva “la mordida es el reencuentro de la humanidad, la vía callada y prudente de subsistir (y hasta prosperar) ante la máquina atropelladora del progreso”. La mordida es una modernización, pero una modernización fallida.

Parafraseando a San Pablo, para quien la ley produce la falta, escribe “puede decirse que la burocracia produce la corrupción: al prohibir la actuación por cuenta propia, hace aparece como corrupción lo que antes no lo era”.

Zaid, en su fenomenología, evita condenar esta práctica. Trata de describirla y comprenderla. Y hace aportes interesantes en este sentido. Sabemos más de este acto, lo entendemos mejor, podemos ver las razones que lo sostienen.

No propone tampoco, en este ensayo, medidas para combatirla o erradicarla. Propone estudiarla (hacer su historia, su antropología, su psicoanálisis o su análisis desde el marxismo). Propone cuantificarla. Hacer una dexiología, o ciencia de la mordida.

Tampoco hace explícito que toda corrupción es de este tipo. Hay formas corruptas que son simples robos al erario y que nada tienen que ver con “el reencuentro de la humanidad”. Cabe añadir también que comprender algo no significa justificarlo: comprender la relación que en México llamamos mordida no es lo mismo que justificarla o defenderla. Para entender la posición del autor al respecto es necesario ir a otras partes del libro. Serán objeto de un próximo artículo.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.