Feminicidios: un discurso sin recurso, solo es discurso

  • Edurne Ochoa
En este País se asesina a las mujeres porque se puede.

 “La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro sistema penal como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra las mujeres”. (CONAVIM)

Diana Russell acuñó el término feminicidio con el fin de evidenciar las desigualdades, la violencia y discriminación que sufrimos las mujeres. Los feminicidios tienen un trasfondo político de denuncia y visibilización, el cual Marcela Lagarde también menciona en su libro “Feminicidio, justicia y derecho” donde hace especial énfasis en un crimen de odio, cometido con extrema violencia por el simple hecho de ser mujeres.

Es fundamental comprender que los feminicidios ocurren ante una falta de procuración de justicia aberrante, donde existe un problema sistémico en las Fiscalías ya que de acuerdo al SNSP (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacinal de Seguridad)  en 2019 de las 150,000 denuncias que se presentaron de violencia contra mujeres, solo el 11% fueron investigadas y de ese porcentaje el 2.4% obtuvo una condena acusatoria.

Impunidad, el mensaje permanente de permisividad para los violentadores y feminicidas. En este País se asesina a las mujeres porque se puede.

Por eso resulta imperante analizar la voluntad política a nivel Federal y Estatal para revisar qué tan prioritaria es la prevención y atención de la violencia contra las mujeres y niñas.

Veamos

La comisión nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (CONAVIM) es la instancia encargada de promover la cultura de prevención y respeto de los derechos humanos de las mujeres, así como la erradicación de la violencia contra nosotras, este 2020 recibirá $300.032,570 millones de pesos, los cuales deben ser divididos en 32 entidades federativas, dando prioridad a los Estados que tienen AVGM Alerta de Género (19 Estados).

Si dividiéramos esos millones entre todos los Estados estaríamos hablando de poco más de 9 millones de pesos asignados por Estado, cuando la propia Secretaría de Salud ha informado que invierte más de 113,000,000,000 anuales en la atención de la violencia contra las mujeres. Sin duda, la diferencia prevención/atención es desmesurada y no obedece a la magnitud del problema que vivimos en México.

Ahora bien, si revisamos el presupuesto de FEVIMTRA Fiscalía Especial para los delitos de violencia contra mujeres y trata de personas, este 2020 tendrá un presupuesto de $66,249,398 millones para investigar y perseguir los delitos federales relacionados con la violencia contra mujeres y trata de personas. 

Esto contrasta con los más de 6 billones de pesos del presupuesto de Egresos 2020.

No existe un solo Estado que destine ni el 1% de su presupuesto a la prevención de la violencia contra las mujeres y es que seguimos actuando de forma reactiva y punitiva pensando que con llenar las cárceles solucionaremos la pandemia de la violencia contra las niñas y mujeres.

Es prioritario apostarle a la educación con igualdad, a los programas de prevención, estrategias integrales, gobiernos con verdadera perspectiva de género, campañas de comunicación que visibilicen y sensibilicen, en fin, se requiere voluntad política y presupuesto real, ante el mayor problema que enfrenta México y Puebla: LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.

¿Y ahora se preguntan por qué marchamos, por qué alzamos la voz, por qué exigimos justicia, por qué estamos furiosas?

La estadística nos indica, que todas las mujeres y niñas somos víctimas en potencia de un feminicidio, y que por lo menos 6 de cada 10 mujeres que están leyendo esta columna han sufrido en algún momento de su vida violencia machista.

#NosQueremosSeguras y no pararemos hasta que el Estado ponga en su agenda como prioridad la vida de las niñas y las mujeres.

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