¡Atento aviso a todos los conservaduristas sociales!

  • Héctor Hernández Álvarez
Estamos pasados de moda, pero seguimos existiendo

@Hector_HHA1       hector.hernandezaz@udlap.mx             

Feminismo, lucha a favor del aborto, veganismo, ecocentrismo, movimientos LGBTIQ+ e ideología de género. Son términos que se irán escuchando cada vez con más fuerza. Como si se trataran de la panacea para conseguir un mundo mejor. Sus principales argumentos: “ser la minoría históricamente oprimida y sin privilegios”. Este lema ha sido su principal excusa para seguir desarrollando su abominable plan.

En efecto, si los conservaduristas no frenamos esto, el mundo que nunca creímos llegar a ver se logrará. Lo peor de todo, es que la mayoría de los que tenemos la ideología conservadora tienen miedo de expresarse ¿Por qué? Si se supone que todos tenemos derecho a la libertad de expresión. Así como ellos pueden expresar sus preferencias, nosotros también podemos hacerlo.

Pensemos que, algunos términos del lenguaje como son:  machista, misógino, intolerante, retrógrada, se nos han puesto como carta de presentación ¿Qué acaso esto no es también un tipo de discriminación?

Todo ser humano tiene derecho al libre desarrollo de la personalidad y a su plena libertad de expresión. Lo que es un hecho es que no somos iguales. Las principales diferencias están en nuestra mentalidad. A un liberalista social jamás le caerá bien un conservadurista y viceversa. En este sentido, la “tolerancia” mostrada no es más que hipocresía disfrazada y cultura adquirida. Imaginemos que somos como el agua y el aceite: por supuesto, no se pueden mezclar.

¿Vive y deja vivir? Esto sería válido siempre y cuando los liberalistas sociales lo aplicaran con los que no piensan como ellos. Como claro ejemplo tenemos a las mujeres que poco a poco se han adueñado de las planas en los periódicos por cometer actos de lesiones u homicidios en contra de masculinos con motivos de género. En este sentido, ¿por qué existe la figura del feminicidio y no la del masculinicidio? No por el hecho de que estadísticamente, se cometan con menor frecuencia, no se les debería prestar atención. Si a los liberalistas sociales verdaderamente les importaran las minorías, ya habrían hecho algo para crear la figura del masculinicidio para los relativamente pocos casos que se están presentando. Hipocresía pura.

Y qué decir de las personas proaborto. Argumentando que es mejor interrumpir el embarazo, en vez de darle una vida miserable al producto y a la madre. Como si únicamente la clase media o alta tuvieran derecho a la vida. Expresiones como estas se escuchan todos los días.

Mujeres que deciden no estudiar una carrera profesional y hacer una familia, parece algo anticuado y mediocre para los tiempos actuales ¿Pero realmente qué tiene de malo? Todos somos libres de decidir qué hacer con nuestro futuro. Los valores de la familia tradicional se han venido abajo por tachar de inadecuadas a aquellas prácticas que anteriormente eran totalmente naturales. Como si un Título profesional hiciera a la persona y no al revés. El negocio de la educación ha hecho creer a la gente que eso resolverá sus vidas: que les dará la oportunidad de dejar la pobreza, de viajar, de conseguir éxito profesional y financiero, y así alimentar su ego. Cuando en realidad, la educación es simplemente una herramienta y el mercado es el que manda.

Como efectos colaterales tenemos, por ejemplo, la tasa más alta de divorcios como nunca en la historia; familias disfuncionales o separadas con líos de patria potestad y pensión alimenticia, entre muchas otras afectaciones graves a la institución básica por excelencia de cualquier sociedad: la familia.

En fin, podría pasarme hojas enteras describiendo hipocresías libertarias. Por otra parte, vale la pena destacar que no todo lo anticuado es conservador. No es un tema de tiempo; sino de ideología, preferencias y valores diferenciados.

Liberalistas sociales: dejen la mentira y la manipulación a un lado y acepten que están luchando no por igualdad de derechos, sino para cambiar los valores morales, y socialmente aceptados para dejarlos como los valores dominantes. Se que no los haré cambiar de opinión y no es mi intención conseguirlo, pero, así como ustedes han tenido el descaro de tacharnos con adjetivos peyorativos, también nosotros tenemos derecho de réplica.

Francamente, esto puede entenderse como una lucha legítima de poder para implementar los valores predominantes en la sociedad.

Por su parte, a los conservadores auténticos, hago un llamado a recuperar lo que se nos está quitando. A abrir la boca y no tener miedo de las acusaciones absurdas de las nuevas generaciones libertarias. Para tal fin, pongo a su disposición mis datos de contacto para formar comunidad y defender nuestra manera de ver la vida:

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E-mail: hector.hernandezaz@udlap.mx

Facebook: https://www.facebook.com/hhaconsultores

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Héctor Hernández Álvarez

Licenciado en Relaciones Internacionales UDLAP. Participa en investigación en ciencias sociales: Índice Global de Impunidad y el Índice de Impunidad México del Centro de Estudios Sobre Impunidad y Justicia (CESIJ)