EL CÁRTEL DE LA CHATARRA: EL MÁS DESPIADADO ASESINO DE LOS MEXICANOS.

  • Alberto Pacheco Márquez
A diario son las notas, que junto a nuestro senil Tlatoani Amli bebé (como Chumel Torres lo llama)

No es ni el Chapo ni el Mayo, ni muchos menos el Mencho, quienes más muertes generan por sus actividades empresariales de alto riesgo.

Tampoco son los feminicidios, ni los abortos, las principales causas de muerte en México; aunque sí son de lejos, las más visibilizadas.

A diario son las notas, que junto a nuestro senil Tlatoani Amli bebé (como Chumel Torres lo llama), van marcando la agenda mediática, una agenda que, en realidad nos ha polarizado, estigmatizado y segregado como nunca antes.

Son lo que el mass media va inoculando en la sociedad, a fin de no solo dictarnos qué pensar, sino cómo pensarlo, dejando de lado, temas que nos están destruyendo desde el cimiento de nuestra propia humanidad.

Veamos amigos y amigas…

El crimen organizado dejó casi 30 mil víctimas en 2019.

Por tumores malignos, perdimos a cerca de 80 mil mexicanos.

Sin embargo, la obesidad y enfermedades relacionadas con la misma, sobresaliendo la diabetes, matan a más personas que las 10 principales causas de muerte en México juntas.

Tan solo en 2019, murieron más de 200 mil personas por esta causa.

Salvador Dalí, es muy probablemente el artista más excéntrico de la historia moderna, alguna vez visitó México y aunque poco se sabe sobre esa visita, hay una frase que quedó grabada para la posteridad, "De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas"

Y ¿por qué viene a colación tal cita? Porque en el colmo de los colmos, la SSA declaró como emergencias epidemiológicas a la obesidad y la diabetes, pero ¿saben qué?, no implementó ningún protocolo para enfrentarlas.

Algo así como cuando Amli Bebé dice que la corrupción y la impunidad de los servidores públicos llegaron a su fin, pero Manuel Bartlett se pasea como Pedro por su casa y encima es exculpado de cualquier pecado, o sea…¡ajá sí Amli Bebé!

Pero vamos, que no es solo una cuestión de salud, sino económica. La obesidad genera un boquete a las arcas del gobierno, de casi 8 mil millones de dólares por año, casi el doble de lo que implican las pérdidas por el robo de combustible o huachicol.

Según el IMCO, en su estudio denominado Kilos de más, pesos de menos, la obesidad genera una pérdida de al menos 400 millones de horas laborales al año, lo que equivale a 184,851 empleos de tiempo completo. Esto a su vez representa el 32% de los empleos formales creados en el 2014.

El problema es de tal magnitud, que el 73% de los adultos en México presentan obesidad y el 35% de los niños y jóvenes. Y ¿cómo un problema tan visible y que genera gran cantidad de dolor a las familias, y pérdidas económicas inconmensurables, puede pasar tan desapercibido por las autoridades?

Las respuestas son sencillas realmente y van desde que ya es prácticamente un rasgo de identidad del mexicano; pues ser obeso, bebedor de bebidas azucaradas, consumidor de garnachas y sedentario, son un común denominador de nuestra sociedad.

Pues bien vale la pena echar un vistazo a nuestro alrededor y contabilizar el número de personas que presentan algún grado de obesidad y que ya es un asunto que, así como la violencia y la corrupción, también hemos normalizado con una dulzura tóxica, que realmente asusta.

“A esta panza le he invertido” “Mi barriga es pura felicidad” en el caso de los hombres que justifican sus pésimos hábitos y, en consecuencia, las huellas en su aspecto físico y su salud.

Y las mujeres “¿A una flaca que le agarras?” “Estoy gorda porque ya di a luz”, “Soy golosa pero feliz” “no soy gorda, solo estoy llena de vida”

Y tanto en hombres como mujeres, la frase más lapidaria “de algo me he de morir”.

Por si fuera poco, en esta sociedad hipersensible, ya no podemos llamarle a la obesidad por su nombre, y encima la mercadotecnia nos la vende como algo que debemos aceptar por las buenas y nos bombardean con campañas de BIG MAMMAS o en el peor de los eufemismos CURVY IS THE NEW BEAUTY (gorda o gordo es la nueva belleza) …

¿Pero, y nuestros políticos?

Pues… la gran mayoría con unas panzas de infarto y de manera literal infarto, porque a eso conlleva la obesidad entre tantas otras cosas; tenemos a un Presidente que hace gala de una barriga que disimula con sus 4 tallas de ropa por encima de la que debería usar y presumiéndonos en sus giras, la gran cantidad de garnachas que disfruta a lo largo y ancho del territorio nacional.

Y no se trata de denostar de manera visceral, pero ¿en qué le puede importar a un Presidente obeso, con 2 de sus hijos con serios problemas también de obesidad, que los mexicanos comamos bien?

¿Recuerdan a Agustín Carstens? Échenles un vistazo a las chulas panzas de Marcelo Ebrard, Xochilt Gálvez, Ricardo Monreal, a nuestros gobernadores, diputados y demás fauna obesa del sistema político.

Que, por supuesto son los principales cabilderos de los intereses del Cártel de la Chatarra, porque es México el país que más ha violado las recomendaciones echas por la OMS, atentos:

No solo no respetó las normas de etiquetado frontal, argumentando temas hasta arancelarios, sino que no ha limitado el acceso de los niños y jóvenes a la chatarra.

Vean de qué manera está colocada toda esa basura engordante en las tiendas de conveniencia, todo a una altura que impacta a los más pequeños, estimulándolos a consumir sin medidas y sin que a nadie le importe.

Puestos ambulantes de garnachas colocados a discreción por todas partes, sin un mínimo control sanitario y mucho menos, algún tipo de advertencia sobre el consumo de esos alimentos.

Las escuelas no respetan las prohibiciones ni regulaciones hechas sobre la venta de alimentos basura y en el colmo de los colmos, inmediatamente afuera de las mismas, decenas de vendedores sin restricciones ofertando todo lo inimaginable.

Niños paseando con chicharrines, bolsas de aguas azucaradas, paletas, chocolates y encima, padres de familia que se indignan porque sus hijos se sofocaron con 10 minutos de ejercicio.

Los niños obesos no son tiernos ni saludables ni mucho menos lindos, pero lo que hacemos con esa forma de adjetivar a la obesidad, es sentenciarlos por el resto de sus vidas.

Hoy, 1 de cada 2 niños en México padecerá diabetes a lo largo de su vida, lo que conlleva a una limitación fatal del bienestar, de su valoración como individuos, de su productividad en sus vidas laborales, del tiempo de calidad con sus propias familias en el futuro.

No podemos ni debemos atenernos a que el gobierno nos construya lugares de esparcimiento para activarnos, ni a que nos enseñe a comer bien, mucho menos debemos esperar que los servicios públicos de salud nos curen…

En lo absoluto, porque en nada les importa a esos panzones que, a parte de la comida, abusan del poder, de la corrupción y de los negocios redondos que hacen gracias a la obesidad de las y los mexicanos.

Hagámoslo desde el amor hacia nosotros mismos, encontremos las palancas emocionales suficientes, para poder usar nuestro raciocinio y nuestra convicción a la hora de elegir qué comer, a la hora de elegir entre caminar o vegetar viendo la televisión.

Y los que somos padres de familia, seamos congruentes con el gran amor que en teoría tenemos por nuestros hijos, porque alguien que ama de verdad a un hijo, no puede permitirse verlo convertirse en una bola amorfa que va directo al camino de la diabetes y sus derivados, ¡no!, alguien que ama a un hijo, luchará contra todo y todos porque éste sea un ser humano pleno y saludable.

Ser gordo o gorda no es un juego, no es sexy, no es adorable, no es “cute”, ser obesos, es una desgracia en todas sus dimensiones.

Es momento de declararle la guerra a ese cártel y sus aliados, de regresar a beber agua en lugar de ese veneno azucarado, de cambiar los chocotorros por unas ciruelas pasas, de cambiar el pastelito Godín por una canasta de frutas.

Es momento de exigirle a esos obesos en el poder, que comiencen a interesarse por la dignidad y la salud de los mexicanos, porque quizá sea muy difícil combatir al crimen organizado, pero no lo es tanto, comenzar a actuar contra Cartel de la Chatarra.

Ese cártel que, con total impunidad, de verdad, nos está exterminando.

El momento de volver a amarnos, es ahora mismo...

Nos vemos cuando nos leamos…

Albertopm2711@gmail.com

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia