Montero Ponce y el periodismo

  • Xavier Gutiérrez
Nuevas reglas en la relación medios-gobierno.

La sentida muerte de Enrique Montero Ponce, bien podría ser un punto de partida para reflexionar sobre el quehacer del periodismo en Puebla y el país. 

El tema es poliédrico. Y ofrece vetas y oportunidades para cruzar ideas.

Para empezar, hoy que los medios cuestionan profusamente las acciones u omisiones del poder presidencial, valdría la pena poner también sobre la mesa el papel del periodismo y los periodistas..

El modelo de  repartir ditirambos al poder a cambio de paga se acabó. Funcionó mucho tiempo hasta que el descredito mandó  a la basura la lucrativa tarea de fabricar periodismo a gusto de los poderes públicos y privados.

Y sucedió igual que el desprestigio de los partidos. Los medios han ido por un lado y la sociedad por otro radicalmente distinto. Los gobiernos pagaban abultadísimos presupuesto para escuchar sólo aplausos hasta que el grado de credibilidad y confianza llegó al piso. De ambos, del gobierno y los medios.

Este punto es una de claves del triunfo de Morena. 

Hoy hemos visto que “famas” y “popularidades” de conductores estelares de televisión y radio y portales de internet, lo eran por virtud de un reparto  discrecional de miles de millones de presidencia y gobiernos estatales. Literalmente “tigres de papel”.

Eso no es periodismo. Eso es negocio vulgar, comercio simple.

Y puede aparecer ahí la hebra de nuevas reglas en la relación medios-gobierno. 

Es decir, es  legítimo el otorgar publicidad a los medios en proporción a su circulación, credibilidad o penetración. Y ello, sujeto invariablemente a la decisión y disponibilidad del poder público.

Jamás en respuesta a los manidos chantajes de “convenios” a cambio de presiones.

Es preciso, de una vez por todas, acabar con la discrecionalidad para otorgar o negar publicidad. Mantener vigentes criterios cupulares, como concesiones virreinales, es seguir alimentando contra el poder y la salud de la sociedad  negocios podridos y perversos.

Pero, aparecerá entonces un punto para el debate: si los medios reciben dinero público, de cualquier cuantía, obligados debieran estar también a transparentar su ingreso en tal rubro. De hecho, algunos lo han hecho ya en años recientes.

El gobierno lo tiene que hacer obligadamente.

Y  aquí aparece otro flanco de oportunidad: que el gobierno de Puebla, por ejemplo, intentara un modelo innovador  para transparentar la publicidad gubernamental.

Todo esto debe tener un piso incuestionable: el ejercicio absolutamente libre de la libertad de expresión e información.

Sobre este tema, siempre me ha parecido que, en realidad, este es un derecho social, no individual. Claro, se ejerce mayoritariamente como un derecho personal, del periodista o comunicador  a nombre de la sociedad.

Y aparece ahí la otra interrogante: lo hace a nombre de la sociedad. ¿Responde cabalmente a ese deber o servicio?; ¿parte de los valores, principios o integridad que la sociedad anhela, merece y reclama?.

¿O usufructúa para su beneficio tal derecho de la sociedad?

Este importantísimo tema (al que por cierto se refirió de pasada la semana reciente el presidente López Obrador aludiendo  a algunos gobiernos estatales), es sin duda una oportunidad que el gobierno del estado podría convertir en virtuosa. 

Emprender una iniciativa con este tema ofrecería al gobierno poblano, por otra parte, una extraordinaria ocasión para atraer   reflectores a un costo mínimo y una magnífica rentabilidad.

Hoy que el país está huérfano de ideas y necesitado de iniciativas.

No tendría nada que perder y sí mucho qué ganar. Sería la punta de lanza en el país, un intento innovador, visionario y adelantado a su tiempo. Incluso, concertado con el gobierno federal, podría ser un proceso experimental con un alto grado de éxito.

Iría perfectamente alineado con las políticas que en la práctica sigue la federación, sin tener aún un modelo acabado o definido. De modo que ese vacío está ahí para la creatividad y el talento de estudiosos de la materia.

El momento también parece ser propicio para el gobierno de Puebla, hoy que en este como en otros estados, los abusos y deudas de gobiernos anteriores, han dejado secos los cajones y estrechos los márgenes de maniobra en este renglón.

En el punto inicial me referí a mi amigo Enrique Montero. Él hizo periodismo en aquel modelo hoy con la caducidad vencida,  y a su manera fue sumamente exitoso.

Indudable su tesón, perseverancia y olfato periodístico. Esto y su capacidad de trabajo imbatible lo sostuvo vigente hasta sus 91 años. 

Mantuvo invariablemente una cercanía con el poder, tan estrecha que no era infrecuente que los linderos se perdieran. Eso mismo perdió a Zabludovsky, por ejemplo.

¿Era inevitable que así fuera?, ¿No había alternativas? Si las hubo, sí las hay. Sherer, Buendía y Granados Chapa, por citar tres casos, mostraron otros senderos, emparentados estos con los principios por encima del transitorio poder terrenal.

En la brújula de muchos  comunicadores no estuvo, no ha estado  presente el consejo que solía dar el viejo director de “ Le Monde”, Jacques Fouvet: “Hacer periodismo no con el poder ni contra el poder, sino frente al poder…”

Esto quizá no propiamente deriva poder en el sentido crematístico del término, pero sí valor y reconocimiento.

Trabajé alrededor de 8 o 9 años en la estación de Enrique, por invitación suya. Y debo consignar, con justeza también, que jamás sentí la voz de la censura . Su respeto a mi manera de hacer periodismo fue absoluto. Y más aún, ocasiones hubo en que llamaba a mi programa para expresar un público reconocimiento a lo que ahí se expresaba, por parte de mis colaboradores o por mí. 

¡Abrazo eterno querido Enrique!

xgt49@yahoo.com.mx

 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.