Las infecciones por el virus del papiloma humano están presentes en la mayoría de la población y los del tipo 6, 11, 16 y 18 se han asociado con el cáncer del cuello de la matriz (cervicouterino), y también con el cáncer anal, de boca, faringe y del pene. Un aspecto relevante de la prevención de la infección de estos virus y sus consecuencias como son los tumores malignos es la vacunación masiva de hombres y mujeres antes de la pubertad. Es por esto que en México se aplica en sexto de primaria o a más tardar al entrar a la secundaria y deberán recibir al menos dos dosis de la vacuna. 

En los Estados Unidos de América la accesibilidad a los servicios médicos y de vacunación depende del tipo de seguro médico o de la adhesión a programas de apoyo gubernamental como son el Medicare o Medicaid por lo que la tasa de vacunación es variable. En un estudio reciente en la revista JAMA, la más prestigiosa en el área de la Medicina en ese país se muestra que una sola dosis de la vacuna es capaz de proteger de la infección no solo para los virus 6, 11, 16 y 18, sino que es capaz de proteger contra otros ochos virus (35, 39, 51, 52 56, 58, 59 y 68) que también son de alto riesgo y se han asociado al cáncer. Otro aspecto relevante es que al incrementarse el número de compañeros sexuales se incrementa el riesgo de adquirir el virus, peor aún así la vacuna ejerce un efecto protector de las lesiones del cuello del útero.

Evidentemente el recibir una segunda dosis incrementa la protección contra el virus del papiloma y en otros estudios ya se ha podido mostrar que disminuye la incidencia de cáncer cervicouterino. Es necesario ahora realizar estudios para mostrar que a lo largo de la vida sexual disminuye el número de casos de los diferentes cánceres donde el virus es el factor más importante. Por lo que es fundamental vacunarse contra el virus del papiloma humano.