Atlixco y el "Tianguis iluminado de garnachas y bebidas 2019"

  • Alberto Pacheco Márquez
Se trató exclusivamente de un evento recaudatorio para el Ayuntamiento.

Atlixco es sin duda, uno de los mayores referentes turísticos de la Entidad, no solo destacando por su sensacional clima y la belleza de su territorio, sino también por la diversidad de actividades que ofrece.

Aunado a lo anterior, su ubicación y magníficas vías de conectividad lo hacen inmejorable, para convertirse en nuestra primera opción, cuando queremos salir de la rutina y el estrés que padecemos en nuestras rutinas cotidianas.

Desde hace ya bastantes años, también se ha vuelto un “must” del turismo navideño, ya que logró amalgamar sus ventajas competitivas, generando un producto de gran calidad, que potencio al máximo su capacidad turística y comercial.

Año tras año solían superarse, tanto en creatividad, diseño, orden y el abanico de opciones que ofrecía lo que se denominó VILLA ILUMINADA.

Había una coherencia obligatoria entre el sector comercial, las actividades lúdicas y la decoración, con lo que precisamente es el tema central, la navidad, lo que se traducía en una uniformidad exquisita que estimulaba a todos los sentidos.

Para quien esto escribe y hasta antes de haberme ido a vivir a Polonia (hace 6 años) era una visita obligatoria, una recomendación de pila con todos aquellos a mi alrededor. Y hasta la edición pasada, aunque ya no tenía la oportunidad de visitarla, los comentarios de amigos y familiares eran los mismos, convergiendo en una máxima…Una fantástica experiencia.

Este año, que tengo la oportunidad de estar en Puebla después de tanto tiempo, por supuesto que ir a la VILLA ILUMINADA formaba parte de mis prioridades de esparcimiento y el día para visitarla, finalmente llegó.

Emocionado, dando por hecho que este año tendría que ser realmente algo increíble, pasaba el trayecto, que sin duda es muy cómodo, teniendo en cuenta que tanto la vía Atlixcayotl como la federal a Atlixco están en buenas condiciones y en el caso de esta última, con obras de mejoramiento.

Una vez llegando al centro de Atlixco, y que ahora, deprimentemente es mi mejor recuerdo, encontramos estacionamiento con mucha facilidad, dejando de lado por supuesto, el exagerado costo del mismo, que con la euforia de pensar que disfrutaríamos tremendamente esa noche, ya no nos importó en lo absoluto.

Inmediatamente llegando al zócalo, pasamos del desdén a la decepción, un zócalo decorado de manera muy poco creativa, sin nada que nos sorprendiera, ni mucho menos nada que no pudiéramos ver en otros municipios o en la misma Ciudad de Puebla.

Sin embargo, tras un instante, decidimos no juzgar al libro por la portada y comenzamos el recorrido esperando que ese primer impacto cambiara.

No fue así…

Nos encontramos unas constantes calle por calle; desorden, descontrol total de precios y hasta giros negros disfrazados de “bar familiar”.

“niños” no mayores de 15 años, con chelada de a litro en mano, sin preocupación alguna, ya no solo de ser sorprendidos por sus padres, sino por la autoridad. Y es que si bien, estoy de acuerdo en que la tolerancia de ciertas normas es necesaria y común para incentivar actividades o eventos, en el caso de las bebidas alcohólicas, debería estar sujeta exclusivamente a los adultos.

Lo alarmante no es solo eso, sino que descubre una suerte de relación macabra entre el ayuntamiento y todos aquellos que venden alcohol, pues, o no hay regulación alguna, para que no les vendan bebidas embriagantes a los menores de edad o sencillamente, sale a relucir el ya muy común, “arte del moche”.

Pasé de los villancicos y música navideña que habitaban en mi memoria, de la última vez que había visitado la VILLA, a escuchar el cumbión, el corrido, la rolita reggaetonera en cada una de las calles que integraron esta edición.

Y qué decir de la decoración, entre más avanzábamos, esta era más desangelada, monótona y sin ningún valor agregado; lo único innovador, es la gran cantidad de comida chatarra que se fusiona con otro tipo de comida chatarra y dan como resultado, super comidas chatarra, que la gente acoge y disfruta, y muy probablemente, el éxtasis que esta les provoca, eclipsa en sus conciencias la mediocridad de la villa iluminada 2019.

La mayoría de visitantes, ya no se tomaban fotos con Santa Claus o con el Grinch, ni con ningún otro personaje de la cultura pop navideña, increíblemente, los personajes más cotizados para la foto del recuerdo eran LOS AVENGERS, PIRATAS DEL CARIBE, BATMAN, THOR, entre otros, que nada tienen que ver con la navidad.

En definitiva, esto ya no se puede denominar como VILLA ILUMINADA, en el mejor de los casos, debería llamarse TIANGUIS ILUMINADO DE GARNACHAS Y BEBIDAS ATLIXCO 2019, porque la identidad se perdió por completo, esta edición sin duda, se trató exclusivamente de un evento RECAUDATORIO para el Ayuntamiento, de dar permisos a diestra y siniestra para lo que sea y que sea lo que Dios diga.

No obstante, Atlixco es mucho más que esto, esta desangelada y mediocre exhibición no lo determina en lo absoluto, su increíble y noble gente, su clima, el colorido de su entorno, sus tradiciones, son algo etéreo que trascienden a la mediocridad de quienes dirigen el Gobierno.

Este tianguisucho, es solo eso, una mala pasada que pasará, porque Atlixco y su grandeza viven y vivirán por siempre…

Nos vemos cuando nos leamos.

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia