Reinventarnos

  • Abelardo Fernández
Una variable de la reinvención es hacerlo solo o hacerlo con los demás

Viene el fin del año, voluntaria o involuntariamente hacemos resúmenes de lo que hemos hecho, intentamos cortes de caja de lo que logramos en relación con lo que nos propusimos, nos formamos una idea de nosotros como un paisaje maravilloso al que parecemos nunca llegar, de cierta manera el paisaje va cambiando. Nuestro paisaje ideal lo construimos desde la imagen de quienes queremos ser, o desde quien nos dijeron que teníamos que ser haciendo caso a todos esos mandatos internos que cargamos desde niños.

Creo que reinventarnos es un verbo necesario por ahora, hecho que para muchas personas resulta novedoso o inentendible a partir de su costumbre anual de hacer lo mismo todo el tiempo. Preparar sus regalos, hacer las rifas de intercambio de regalos, poner las cuotas familiares para la coperacha navideña, comer como desaforados, gastar, comer, beber y fantasear para celebrar el niño dios. Esperar lo que siempre ha llegado no son maneras de reinventarse evidentemente, hoy podemos pensarnos distintos, aunque sea una posibilidad que siempre existe, podemos pensarnos distintos como país, como mexicanos revalorados, como ciudadanos conscientes y politizados o más politizados. Vivir en un país que acaba de entrar al mercado más grande del mundo junto al país más poderoso del mundo puede hacer que nos reinventemos. Simplemente el hecho de que supongamos que la corrupción se ha eliminado de nuestro país, que muy probablemente no haya dios que crea esto de manera total, implica una idea de nosotros mismos que sin duda alguna nos hace reinventarnos.

Imaginarnos como atletas de alto rendimiento y adquirir aparatos para gimnasio, proponernos participar en un maratón de 42km, comprar libros científicos, cámaras fotográficas, bicicletas, ollas exprés, todas son maneras de reinventarnos: comprar boletos de avión para hacer un viaje al extranjero, todas son maneras de reinventarnos. Comprar un regalo para los demás también es mandarles un mensaje desde los estamos reinventando o sugiriendo algo. Estos propósitos de año nuevo de dejar de comer porquerías (mientras te las comes), o relacionarte con las personas de otra manera, son proyectos de reinvención donde pretendemos parecer las personas que no somos.

Creo que por más dura que sea nuestra realidad siempre tenemos un pequeño margen para reinventarnos, para decidir pequeños cambios como pensar las cosas de otra manera o como hacer ciertas cosas distintas y sentirnos mejor. Es curioso, pero a veces evocamos el pasado como maneras de reconocernos en momentos distintos donde a pesar de las dificultades fuimos felices realmente, recordamos cuando nuestros hijos eran pequeños y lo que los disfrutamos, casi como queriendo que esos tiempos vuelvan de nuevo.

A pesar de que la reinvención propia pase por la responsabilidad, por la voluntad, por la persistencia y por la consecuencia, creo que a todas luces es un ejercicio de la libertad, es como si de pronto dejamos de cargar bultos pesados sobre nuestras espaldas y decidimos ser libres y felices de alguna manera.

El hecho de escuchar diariamente por la mañana que estamos viviendo un cambio en este país, hace que muchísimas personas se quieran lanzar a reconstruir, a trabajar por cambiar las cosas, es una poderosa manera de reinventarnos, en esas pequeñas decisiones es que verdaderamente queremos vivir los cambios pequeños que comenzamos a comprobar, un esfuerzo para que las cosas comiencen a verse distintas que antes. Muchas otras personas que quieren perpetuar en la crítica, la descalificación, el desdén, la indiferencia, tratan de encontrar una manera de permanecer en la oposición como una forma de resistencia al cambio y a la credibilidad: acusan desesperadamente los detalles y parecen no tener la paciencia para que sucedan los grandes cambios, debemos entender que como un acto de libertad ellos también se están reinventando de esta manera y así lo quieren decidir.

Otra variable de la reinvención es hacerlo solo o hacerlo con los demás, es todo un tema mayor este, cómo reinventarnos con alguien que no quiere reinventarse con nosotros, quizá este mismo verbo nos lleve a pensar en encontrar a alguien con quien reinventarnos, pero no es fácil y la mayor parte de las veces termina siendo una trágica misión que termina en un desencuentro nunca presupuestado en nuestra reinvención original. La reinvención solitaria es libertaria muchas veces, dolorosa y triste muchas veces, tranquila y disfrutable muchas veces, pero no deja de ser reinvención y todos tenemos el derecho a reinventarnos cuando se nos de la regalada gana. Feliz fin de año para todas y todos.

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Abelardo Fernández

Doctor en Psicología, psicoterapeuta de Contención, musicoterapeuta, escritor, músico y fotógrafo profesional.