El juicio político a Donald Trump: “el impeachment”

  • Laura Carreto Tirado
Buscó obtener beneficios políticos personales de una potencia extranjera.

Como si se tratara de una película hollywoodense, el presidente de Estados Unidos: Donald Trump, se enfrenta a uno de los episodios más tensos durante su mandato: su juicio político, o “impeachment”. Una llamada ocurrida el 25 de julio de este año, entre Trump y el presidente de Ucrania: Volodymyr Zelenskiy en la cual le condicionaba 400 millones de dólares de ayuda militar a cambio de investigar al hijo de uno de sus posibles rivales en la carrera presidencial de 2020: Joe Biden, un político demócrata de gran experiencia, senador de Delaware entre 1973 y 2009, ex vicepresidente de EE.UU en dos ocasiones en el gobierno de Barack Obama; el hijo de Biden, el objetivo de Trump: Hunter Biden trabaja como asesor para una empresa gasera ucraniana llamada “Burisma Holdings”, la polémica recae debido a que su padre, cuando era vicepresidente de EE. UU ofreció ayuda a Ucrania para que incrementara su producción de gas, además de que la vida de Hunter ha sido muy polémica, adicciones y tragedias familiares, que no tendrían gran relevancia sino se tratara del hijo del probable candidato demócrata a la presidencia.

El presidente buscó obtener beneficios políticos personales de una potencia extranjera y será enjuiciado por dos cargos formales: 1) abuso de poder y 2) obstrucción de la justicia. Este juicio ha sido impulsado por los congresistas demócratas y formalmente está en manos del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, con el visto bueno de algunos republicanos. 

En la investigación el Comité expresó que en la historia de la república ningún presidente nunca había ordenado obstruir o impedir claramente la habilidad de la Cámara de Representantes para investigar “crímenes graves y menores” cometidos por el ejecutivo federal (Aristegui Noticias, 2019). Además de que a Trump se le acusa de traicionar a la nación, por abusar de su alto puesto y por ello se recomienda que sea destituido, además de interponer sus intereses personales y políticos por encima de la seguridad nacional (La Jornada, 2019).

La “Casa Blanca” ha dicho que los demócratas imputan a Trump porque no podrán ganarle en las urnas en la próxima elección del 2020. 

El juicio político (“impeachment“) aún no tiene todavía fecha, aunque se espera que sea a principios de 2020. Los demócratas mantienen una mayoría en la Cámara Baja de 235 legisladores frente a 198 de los republicanos, lo que supone que su aprobación este miércoles 18 de diciembre es casi segura; a continuación, el proceso pasaría al Senado, donde tendría lugar el juicio político, allí lo más probable es que fracase, ya que los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47 y, además, la destitución requiere una mayoría de dos tercios (Sin embargo, 2019)

En Ucrania, los demócratas podrían buscar el testimonio de figuras que parecen tener conocimiento directo del esquema de extorsión, además del abogado del presidente, Rudy Giuliani, su ex asesor de seguridad nacional John Bolton y su secretario de estado Mike Pompeo. (New York Times, 2019). Aunque a decir verdad la oposición tiene un escenario difícil ante la mayoría republicana del senado; a pesar de ello, es de destacarse el gran liderazgo en Nancy Pelosi presidenta de la Cámara de Representantes, quien se ha enfrentado a Trump de manera directa y quien ha impulsado este juicio, el objetivo de Pelosi es claro: llegar hasta el fondo de la investigación, hasta las últimas consecuencias; claro que la respuesta del presidente ha sido agresiva, su peculiar personalidad por no llamarle: intolerante, calificó a la congresista como “política de tercera categoría” (CNN, 2019) era de esperarse al distinguirse por su conducta misógina; recordar cuando contendió contra Hillary Clinton en las últimas elecciones la denigraba por el hecho de ser mujer. En uno de los acalorados debates para elección de 2016: Clinton le echó en cara los malos tratos hacia a las mujeres y Trump le refutó con el escándalo sexual y acusaciones por acoso hacia su esposo, el ex presidente Bill Clinton, tanto así que al debate Trump se hizo acompañar por las cuatro mujeres que acusaban al ex presidente demócrata. 

Precisamente Bill Clinton, junto a Richard Nixon, han sido los dos presidentes en época reciente que han sido sometidos a un juicio político. En octubre de 1998 la Cámara de Representantes, que en ese entonces tenía la mayoría republicana: votó para iniciar un juicio político contra Clinton por perjurio y obstrucción de justicia, tras el escándalo por haber mantenido relaciones sexuales con su entonces becaria Mónica Lewinsky; su error fue mentir, sin embargo, finalmente el entonces presidente aceptó su responsabilidad ante un jurado investigador federal. El juicio contra Clinton en el Senado comenzó el 7 de enero de 1999 y se prolongó durante cuatro semanas. Finalmente, el 12 de febrero el Senado lo absolvió, al no alcanzar los 67 votos necesarios para una condena. Únicamente 45 senadores votaron por declarar culpable a Clinton de perjurio y 50 por el cargo de obstrucción (La razón de México, 2019). Aunque fue absuelto este escándalo su imagen quedó severamente dañada y por consecuente también a su esposa: Hillary, una política con renombre y prestigio y quien hasta ahora ha tenido que cargar con las críticas hacia su esposo, como el mencionado desencuentro en el debate presidencial con Trump. 

Richard Nixon fue envuelto en un escándalo después del robo de unos documentos de las oficinas del partido demócrata. El 17 de junio de 1972, la policía arrestó a cinco hombres que intentaban extraer y robar documentos de la sede del Comité Nacional Demócrata en el complejo de “Watergate” en Washington; Nixon no tuvo problemas en reelegirse, sin embargo, tiempo después él y sus ayudantes fueron sospechosos de obstrucción a la justicia al planear usar a la CIA para detener la investigación del FBI sobre el robo de los documentos. Unas cintas de audio confirmaron la implicación del robo con Nixon y el 9 de agosto de 1974 este presidente renunció sin haber aceptado ninguna culpabilidad (CNN 2017).

Retomando el caso Trump, no es la única vez que ha estado involucrado en una polémica que implica a otro país, en 2016 durante la campaña presidencial se dijo que había planeado, junto con los rusos: una interferencia en las elecciones al investigar a Hillary Clinton. Las agencias de contraespionaje e inteligencia de Estados Unidos concluyeron que sí hubo injerencia rusa durante la campaña, y una investigación conducida por el fiscal especial de Estados Unidos: Robert Mueller encontró que Rusia "desplegó influencia amplia y sistemática" durante la contienda con el propósito de ayudar a Trump. En su informe de 448 páginas, el fiscal especial señaló que "la investigación estableció que el gobierno ruso percibía que se beneficiaría con la presidencia de Trump" (EFE, 2019). Los hackers rusos intervinieron los correos de Hillary Clinton, implantaron cientos de archivos con códigos maliciosos y robaron documentos. Mueller imputó a un total de 34 personas: la mayoría ciudadanos rusos, así como a tres empresas y cuatro ex consejeros de Trump, quien fue acusado de obstruir la investigación cuando llegó a la presidencia (BBC, 2019).

Y aunque muy probablemente Trump sea absuelto, porque le favorece la mayoría republicana en el Senado, para la imagen pública, habrá dos escenarios: uno que lo favorezca al victimizarlo y el otro que lo perjudique. Los demócratas apuestan a desgastar políticamente a Trump, destruir su imagen de honorabilidad y sobre todo de deslealtad a la soberanía de la nación, esto si se comprueba: sería una falta gravísima pues estaría expuesto el intervencionismo extranjero y significaría que verdaderamente puso en peligro la seguridad nacional.  Aún el camino está por verse, depende de los testimonios, de la actitud de Trump y del actuar de los demócratas, que también tienen la intención de debilitarlo ante el electorado que no está definido políticamente, es decir: que no tienen un partido o que han votado por los dos (demócrata y republicano) en distintos momentos. 

Independientemente del “impeachment” hay otros factores que determinarán la elección del próximo año: el candidato demócrata que sea elegido en las elecciones primarias, y antes de las votaciones: el panorama económico y político de Estados Unidos, incluyendo las relaciones con el exterior. 

 

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas