“Feminismo: un llamado social”

  • Laura Carreto Tirado
La corriente feminista ha ganado popularidad

En los últimos días los ojos del mundo estuvieron puestos en las distintas manifestaciones feministas alrededor del mundo que se llevaron a cabo el pasado 25 de noviembre a propósito del día contra la violencia de género, días después aún continuaban las protestas, ahora replicando el performance de las chilenas “Las tesis”, quienes hicieron la canción “Un violador en tu camino”. Miles de voces internacionales repitieron los versos de esta melodía de lucha, con los ojos vendados y con las pañoletas color verde, amarradas al cuello, símbolo de la lucha a favor de la legalización del aborto.

La corriente feminista ha ganado popularidad debido en parte a que las mujeres han abarcado más espacios en las áreas de trabajo y estudio, cada vez más mujeres son conscientes que viven en una inequidad respecto al género masculino, que tienen menos posibilidad de escalar en un empleo porque los jefes están prejuiciados sobre el desempeño de una mujer, que su trabajo es menos remunerado que el de un hombre; que sus congéneres son violentadas, que las que hoy son niñas y mañana serán mujeres no pueden, ni deben, estar expuestas a la violencia, a la discriminación, ni a la inequidad.

Es importante mencionar que el feminismo es una corriente de pensamiento donde convergen teorías sociales y prácticas políticas, critica la inequidad de género. Las feministas están convencidas que vivimos en un mundo patriarcal dominado por los hombres. En el espacio social las mujeres y hombres tienen un papel asignado, las mujeres están más vulnerables por el mismo desarrollo social y rol cultural. El feminismo no es movimiento “victimista”, ni mucho menos odia a los hombres, al contrario, los considera parte importante de su lucha, las feministas tienen presente que sin la participación de su contraparte es imposible avanzar y lograr los objetivos planteados; lo que sí aborrecen es el machismo y la misoginia.

Por otra parte, es natural que los términos “feminismo” y “feminista” estén prejuiciados porque existimos en una sociedad dominada por la perspectiva masculina y una estructura patriarcal, que también es reflejada por algunas mujeres. El machismo, que es considerado el pensamiento de superioridad de hombres sobre las mujeres, y la misoginia, que es el odio hacia la mujer, son encarnados por hombres y mujeres por igual, no distinguen edad, ni niveles sociales o de estudios.

Es normal que, cuando una mujer cuestiona los privilegios masculinos que se actúe a la defensiva. La desinformación y desinterés por el tema han acarreado adversarios del feminismo, en gran parte debido a los medios de comunicación especialmente los televisivos que sesgan la información, pretendiendo mostrar a las feministas como irascibles, destructoras del patrimonio y enojadas con los hombres, cuando uno de los objetivos es encontrar en ellos aliados en esta lucha, como se mencionó anteriormente.

Junto con el feminismo existen otros conceptos interesantes que han acompañado esta corriente filosófica, como: sororidad, techo de cristal, cosificación, empoderamiento, etc. La sororidad es la solidaridad entre mujeres, en una sociedad empeñada en la competencia, el concepto se trata en sí de un acto de rebeldía, una feminista obligadamente tiene que ser sororal, es decir empática con las problemáticas de otras mujeres. El techo de cristal se refiere a las limitantes de una mujer para alcanzar un objetivo profesional, los hijos, el esposo, la casa, los prejuicios por parte de los jefes o de la gente; la culpa se apodera de las mujeres cuando tienen que salir de sus casas a trabajar y dejar a sus hijos bajo la responsabilidad de alguien más. En la mayoría de los trabajos los jefes son varones; en el cine, en el teatro, en el arte, en muchas áreas podemos ver que hay una gran ausencia de las mujeres por las mismas razones.

La cosificación: es hacer uso del cuerpo femenino o de su imagen para finalidades que van en contra de su dignidad; la cosificación sexual es cuando se convierte en un objeto sexual a disposición del hombre. El empoderamiento femenino es la autonomía e independencia económica, emocional y social de una mujer, para lograr su desarrollo personal y profesional, el empoderamiento es considerado una herramienta clave para erradicar la violencia de género.

Si analizamos las noticias sobre las recientes manifestaciones en la CDMX del 25 de noviembre: “día internacional contra la violencia de género”, es evidente que los noticieros dieron mayor importancia a los monumentos dañados por algunas feministas (inclusive cabe la posibilidad que no lo sean) los cuales fueron inmediatamente restaurados y no se prestó atención al motivo de las manifestaciones, que tuvieron como objetivo precisamente visibilizar la violencia de género, los feminicidios y la omisión por parte del gobierno para investigar estos casos. Los noticieros y medios de comunicación no pusieron en sus titulares: “las mujeres llaman a acabar con la violencia y el machismo” o: “casi 3000 feminicidios en México en este año”, las notas se enfocaron solo en el patrimonio perjudicado.

En medio de esta polémica por los monumentos ensuciados y dañados, muchas personas expresaron que lo mejor hubiera sido una “marcha pacífica”, pero hay que analizar cuantas protestas feministas pacíficas ha habido y los feminicidios y la violencia continúan. El gobierno de la Ciudad de México movilizó un contingente importante de mujeres policías para proteger los monumentos, que se encontraban forrados para no ser rayados, esfuerzo en vano, pues algunas manifestantes hicieron pintas; las autoridades rápidamente las borraron, de manera contrastante las víctimas tienen que esperar muchas horas para ser atendidas por el ministerio público, lo cual evidencia la violencia ejercida también por el gobierno.

También la violencia por parte del gobierno es omitir las investigaciones sobre violencia, considerar a los feminicidios como homicidios, dar carpetazos a los casos; permitir que las mujeres sigan pisando cárceles o fallezcan por abortos clandestinos (a excepción de la CDMX y Oaxaca) eso también es violencia. El derecho a decidir sobre tu cuerpo debe ser considerado un derecho humano.

La palabra para desacreditar la lucha feminista es el término “feminazi”, comparándolo con el nazismo, que fue un movimiento político radical de exterminio. El feminismo es una lucha legítima que no busca dañar a nadie, sino que tiene por objetivo luchar por equidad, los derechos de las mujeres y erradicar la violencia de género.

Precisamente en el ejercicio de la equidad, de manera personal celebro que recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya no otorgue a la madre de manera automática la custodia provisional de los hijos después de un divorcio, festejo que los padres sean considerados como parte importante de la crianza y no sólo como proveedores.

La lucha feminista tiene como objetivo cambiar las condiciones de las mujeres, es empática con todos los derechos humanos, las feministas consideran propias las luchas por los derechos de las y los gays, transgéneros, de las indígenas y afroamericanas, etc; están a favor de los matrimonios del mismo sexo, el aborto y las adopciones homoparentales.

La erradicación de la violencia de género es sustancial, para tener una sociedad más equitativa es necesario ver hacia lo privado. Es un hecho que podemos influir en las nuevas generaciones, a través del reparto de las tareas en el hogar; pensar que los niños tienen igual responsabilidad en la casa como las niñas, descartar los roles tradicionales para dar paso a una nueva manera de pensar. Enseñar valores como el respeto y la empatía hacia los otros, harán un gran cambio.

En general, como sociedad sentirnos comprometidas y comprometidos en nuestro entorno social para lograr un cambio. No tolerar los chistes, chismes, “memes” o comentarios machistas, ni los piropos en la calle y miradas lascivas, mucho menos videos o fotografías que denigren a una mujer. Denunciar la violencia es importante para poder erradicarla, aunque a veces el actuar de las autoridades nos provoque mucha desesperación.

El feminismo y las feministas seguirán en pie de lucha mientras sigan existiendo casos de violencia de género, mientras haya inequidad en la sociedad, en el trabajo y en el hogar.

El mismo día de la conmemoración de la no violencia contra las mujeres 25 de noviembre, fue asesinada Abril Pérez Sagaón, quien ya había denunciado a su marido: Juan Carlos García por intento de homicidio en enero pasado: la agredió con un bate y un bisturí mientras ella dormía, sin embargo, en septiembre fue liberado y reingresado, hasta que finalmente a principios de noviembre fue de nueva cuenta puesto en libertad por orden del juez Juan Carlos Trujillo Rodríguez (BBC, 2019).  El feminismo hace un llamado urgente para que la sociedad y las autoridades dejen de omitir y permitir la violencia; para que se reeduque tanto a hombres y mujeres para avanzar hacia la equidad.

El llamamiento del feminismo hacia las mujeres se encamina a la auto aceptación, a liberarse de estándares de belleza, del amor romántico-idealizado; de ser independientes económica y emocionalmente, a empoderarse y ser aliadas (sororidad), a ser empáticas con las congéneres y sensibles con las causas que nos afectan de manera colectiva.

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas