El gobierno del estado ha hecho público el contenido de lo que será el Plan Estatal de Desarrollo 2019-2024, definiendo 4 ejes estratégicos, programas y acciones que se impulsaran en un nuevo modelo de desarrollo económico social basado en 22 nuevas regiones, para combatir la pobreza y desigualdad, desde esta perspectiva se focalizara la política social, políticas públicas y programas gubernamentales estatales, regionales e intermunicipales. Esta propuesta invita a la reflexión en un  problema, que nos coloca en términos de indicadores de bienestar, en el rezago y laceración social. 

La pobreza, vista como fenómeno económico, social, antropológico, cultural y étnico supone de por si una tarea de diversidades en espacios heterogéneos, accidentados, con capacidades y potencialidades distintas.

La pobreza en la Mixteca no es factible de ser atacada con políticas destinadas a los habitantes de la Sierra Negra y, probablemente, menos aun con las políticas aplicadas en la región metropolitana. El ejercicio es de alta exigibilidad y, por supuesto de canalización de esfuerzos segmentados acordes a las características de las localidades dentro de las mismas regiones.

No es una tarea sencilla, ya que implica esfuerzo de coordinación, cooperación, gestión interinstitucional e intrasecretarial entre   dependencias, organismos y gobiernos locales, además de colaboración con el gobierno federal.

Las políticas asistenciales son poco menos que efectivas. Lo que se debe de aprovechar son los factores endógenos de las localidades, de las regiones.

La política regional con sentido social debe tener como propósito reducir las desigualdades regionales en materia de desarrollo para el bienestar de las familias. La política regional aplicada tradicionalmente tiene como objetivo principal corregir los desequilibrios ocasionados por el crecimiento económico concentrador.

Una característica de la política tradicional es el intento de dirigir impulsos exógenos de desarrollo hacia zonas con problemas económicos estructurales. No es por ello desechable, sino que se hace necesario establecer una conexión complementaria con una visión de la micro región, denominada Desarrollo Económico Local.

Esta  visión de desarrollo local es diferente e innovador, ya que pone énfasis en la construcción de ventajas competitivas territoriales, aprovechando más eficientemente los recursos endógenos y la creación de entornos locales innovadores, contando para ello con la cooperación estratégica de los actores públicos y privados territoriales.

El desarrollo económico local se define como un proceso de crecimiento y cambio estructural que, aprovecha el potencial de desarrollo disponible en un territorio,  busca elevar el bienestar de la población de una localidad o una región. Su comprensión es sencilla, pues se sustenta en que los territorios tienen un conjunto de recursos económicos, humanos, institucionales y culturales y, economías de escala no explotadas, son todo un potencial de desarrollo.

Cada localidad o territorios se caracterizan por una determinada estructura productiva, un mercado de trabajo, una capacidad empresarial y tecnológica, una dotación de recursos naturales e infraestructuras, un sistema social y político, una tradición y cultura, sobre los cuales se articulan los procesos de desarrollo económico local. Aprovecharlos a través de las políticas de desarrollo y apoyos dirigidos permite obtener resultados parciales cuantificables en el tiempo, pero sobretodo, haciendo participar a los agentes locales.

El desarrollo económico local aprovecha condiciones propias por lo que el proceso de desarrollo endógeno se produce debido al uso eficiente del potencial económico local, lo cual se ve facilitado por el funcionamiento adecuado de las instituciones y mecanismos de regulación existente en el territorio.

La forma de organización productiva, las estructuras familiares y las tradiciones locales, la estructura social y cultural, y los códigos de conducta de la población condicionan los procesos de desarrollo local, favorecen o limitan la dinámica económica y, determinan la senda específica de desarrollo de las ciudades, localidades y regiones.

Bienvenida esta nueva visión, para el progreso y bienestar de las familias poblanas, una propuesta emblemática de identidad con  la 4T, con un gran sentido social y humano.

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