La 4ta transformación de México por la soberanía nacional, la democracia, el crecimiento económico y la justicia social

  • Humberto Sosa Argáez
El hartazgo social se vio reflejado en las recientes elecciones de 2018.

Con la revolución mexicana la generación protagonista pretendió la eliminación de los privilegios e injusticia social que asfixiaban a las clases pobres del país que fundamentalmente eran la mayoría; todas ellas eran reducidas socialmente a niveles que en la práctica eran similares a la esclavitud. El Constituyente de 1917 retomó la Constitución de 1857 de ideología liberal, integrada por 128 artículos que desde esa época, siglo XIX, abolió la esclavitud y la pena de muerte, suprimió la enajenación de patrimonios inmuebles por parte de la iglesia católica, estableció, entre otros aspectos, las garantías individuales, la soberanía de la nación que dimana del pueblo, instituyó que México fuera una república representativa, democrática, federal,  la libertad de expresión y portación de armas.

La Constitución de 1917, la cual integra 136 artículos, es una reforma de la Constitución de 1857; la actual Constitución incluyó derechos sociales recogiendo las demandas de las clases populares revolucionarias y de los grupos como los revolucionarios villistas y zapatistas, aunque estos dos fueron exceptuados en el Congreso, todos ellos en favor precisamente de terminar con la injusticia social y construir una nación plena de justica.

No obstante lo establecido en nuestra Constitución de 1917, el pueblo de México ha sufrido por décadas la injusticia social y la pobreza, prácticamente a partir del acogimiento y la práctica de la economía abierta (irresponsable) en México por parte de los gobiernos neoliberales, a partir de la apertura comercial y la desregulación del comercio, como fundamento de la política económica lo cual generó injusticia en la distribución del ingreso y de la riqueza requiriéndose la aplicación de ajustes estructurales y programas de estabilización, para posteriormente sumergir al país en las exigencias de la economía mundial dejando de lado el desarrollo nacional, lo cual trajo altos niveles de pobreza prácticamente nulo bienestar y nulo progreso social, aspectos que el gobierno neoliberal pretendió paliar con programas que lejos de buscar el progreso pretendieron mantener las condiciones de vulnerabilidad y de dependencia de la población en general.

El hartazgo social se vio reflejado en las recientes elecciones de 2018, en el que el pueblo de México eligió el cambio político, social y el cambio de modelo de desarrollo económico, a partir del proyecto de nación del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en este proyecto se establece la necesidad de llevar a cabo la 4ta transformación de México (4T) de manera pacífica y ordenada priorizando los pobres, la puesta en marcha de programas sociales con entrega de recursos directos a los interesados, sin simulaciones ni cambios cosméticos ni por encimita ni para seguir en lo mismo, en esta transformación  se aplica que al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie, la transformación señala una auténtica democracia, elecciones libres, bajar sueldos a funcionarios, eliminación de lujos del gobierno, austeridad gubernamental, doble pensión para adultos mayores, médico y medicina gratuitos, calidad de la educación,  combate a la corrupción, todo ello para trasladar recursos económicos a los más pobres del país, y a la planta industrial productiva de manera planificada para su optimización construyendo verdaderos negocios rentables y lícitos, para generar condiciones de bienestar y desarrollo nacional.

El apoyo del programa de gobierno para el alcance de la 4ta transformación de México es crucial para el desarrollo nacional ya que el combate a la corrupción deberá generar el crecimiento de la planta industrial de los empresarios nacionales, a partir de la certeza y credibilidad de los inversionistas en un país cuyas transacciones económicas se realicen en el marco del derecho y libre de corrupción.

Ante esta consideración, el pueblo de México todavía tiene la confianza en la 4ta transformación, ya que está en juego su Desarrollo Económico y la reivindicación de la Soberanía Nacional. Por su parte los adversarios de este cambio de régimen, quienes a mi juicio han perdido “en parte” el poder político más no su poder económico, que por cierto  “no será fácil arrebatarles” - les anima  a  reconquistar lo perdido a base de críticas destructivas y sabotaje con oportunidad-. Es factible que esta clase política “selecta” de personas y grupos debería tener en cuenta que estamos ante la era del cambio democrático, económico y social de nuestro país y deben sumarse a esta transformación sin pretextos.

El pueblo de México ha despertado para construir una nueva nación, erradicando la injusticia social,  capaz de generar las condiciones de desarrollo y bienestar que merece. La mafia del poder, que de hecho, sí existe en el país, en los estados como en los municipios  han pretendido por décadas adueñarse de los medios de producción por medios lícitos e ilícitos; y gritan a los cuatro vientos la falacia de que “el Estado no debe promover el Desarrollo, o no buscar las distribución del ingreso, sino dedicarse exclusivamente a crear las condiciones que permitan a los inversionistas hacer negocios, pensando que los beneficios se derramarán automáticamente al resto de la sociedad” (Según: AMLO 2018. La Salida.Pag:238 Edit. Planeta) Sin considerar que el País es de todos los mexicanos y no de una oligarquía interesada.

El neoliberalismo en México está marcado con sangre por los rasgos autoritarios y elitistas del porfiriato, hoy se busca con la 4T terminar con una república simulada y un estado que sólo funciono para garantizar la acumulación de las riquezas en pocas manos, sin ocuparse del bienestar general. El gobierno de la cuarta transformación intenta frenar la entrega a particulares, nacionales y extranjeros de las tierras, las aguas, los bosques, las minas, los ferrocarriles, el petróleo, la electricidad y otros bienes colectivos.  (Ver: AMLO. Neoporfirismo Hoy como Ayer. Edit. Grijalbo).

Desde otra perspectiva, considero que todos debemos combatir la pobreza extrema, porque no son las Instituciones como el Estado y la Iglesia como se hacía en el Cristianismo Primitivo (Según: Carlos Ignacio González. Pobreza y Riqueza. Edit. Porrúa) las únicas responsables de abatirla. Hay que hacer conciencia colectiva de las causas del hambriento y del enfermo. Del explotado y del ignorante que se convierte en un problema mayor cuando no se atiende. Pero también es responsable el que tiene muchos ingresos pero que no paga impuestos y busca evadir o eximir del juego del mercado de la oferta y la demanda a la Hacienda pública y al medio ambiente, como el juego de moda para teléfonos y tabletas Hay Day (La mayor Granja del Universo) en donde la única premisa es comprar barato para vender caro, entre otros aspectos definitivamente útiles para los niños y los grandes. Pero sin sequías, ni carga fiscal, ni trato con políticas públicas.

Con un Marco Constitucional vigente lo que busca la 4T, es establecer un Estado de Bienestar, igualitario, fraterno, para garantizar que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección ante las incertidumbres económicas, desigualdades sociales, desventajas y otras calamidades.

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Humberto Sosa Argáez

Es licenciado en Ciencias Políticas por la UPAEP y maestro en Administración con especialidad en Ingeniería Financiera por la Universidad del Valle de México