Niños masacrados

  • Elmer Ancona Dorantes
Un gobernante con tantita vergüenza ya estaría en estos momentos presentando su renuncia.

El artero ataque contra la familia LeBarón, el criminal asesinato de seis de sus niños que murieron acribillados y calcinados, envía de nueva cuenta un claro mensaje a las autoridades de este país: ¡Ya fájense los pantalones! ¡Combatan a los criminales!

La agresión contra estas tres familias -mujeres e infantes- en Baviste, Sonora, también dejó lesionados a otros seis menores de edad y a una niña que resultó ilesa. Ni meter las manos pudieron ante el brutal ataque.

Tanta repercusión ha tenido el penoso suceso a nivel nacional e internacional que el mismo Donald Trump tuvo que salir al quite para advertir a las autoridades de México: “Ya es tiempo de combatir a los narcos” ¿Ya es tiempo?

¿No se supone que tuvieron que haber iniciado la contraofensiva desde el inicio de la administración? ¿No se supone que la principal responsabilidad de los gobiernos es salvaguardar la integridad de los mexicanos?

Lo lamentable del caso, es que mientras los sectores políticos, sociales, empresariales y artísticos del país exigen al gobierno federal una pronta respuesta para cortar de tajo la elevada criminalidad que se ha desatado en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue culpando de todo a Felipe Calderón Hinojosa.

Lo peor de todo es que, en su penúltima conferencia de La Mañanera recalcó que, aunque la prensa y los sectores sociales lo presionen para utilizar la fuerza y las balas para contrarrestar la ofensiva criminal, seguirá respondiendo con un Rotundo No. Que no lo hará. Abrazos sí, balazos no.

Hasta dónde, se preguntan los ciudadanos, hasta dónde tendrá que llegar este país para hacer entender al Presidente de México que a los criminales se les combate con Inteligencia y Fuerza, no con un apretón de mano -Caso Sinaloa- ni con ridículos discursos.

¿Cuántos niños más tendrán que morir masacrados, calcinados, para que las autoridades federales y estatales comprendan que los mexicanos no quieren un Presidente inerte, gris, timorato, tranquilo y mediocre?

La famosa fábula de Esopo “Las ranas y su rey” -que nos recomendó el propio López Obrador-, hablan del hartazgo, el desorden y la anarquía en la que vivían, por lo que exigieron un nuevo rey.

Si las ranas humillaron hasta el cansancio a ese rey fue por ser pasivo y tibio, por estar inerte todo el tiempo ¿Eso es lo que recomienda el propio Presidente? ¿Qué lo sigan criticando y sobajando hasta que no resista más?

Lo cierto de esto, es que el artero y brutal asesinato de tres familias méxico-americanas, generó en México y el mundo sentimientos de rabia, tristeza, impotencia, empatía y dolor por el manejo de la situación por parte de las autoridades federales en cuanto al tema de la inseguridad que prevalece.

Y generó todavía más indignación y burla, por la forma como se está abordando institucionalmente la comunicación presidencial, tratando de achacar estos males a ex mandatarios que ya no toman decisiones en este país.

Un llamado urgente

El Expediente LeBarón, sin duda alguna, dejó una herida muy profunda en la sociedad mexicana, difícil de curar. Si hay algo en este país y en el mundo entero que la gente no perdona, es que toquen a sus hijos.

Ningún menor de edad puede ser sacrificado por la ambición, las ansias de poder, los desvaríos de un grupo de criminales que se disputan territorios para ganar mercado.

Ningún niño o adolescente puede ser masacrado, calcinado, torturado y asesinado sin que los gobernantes no sean juzgados y sentenciados por actos de negligencia, por su ignorancia e inclusive, por su colusión con los delincuentes.

Un gobernante con tantita vergüenza ya estaría en estos momentos presentando su renuncia, dejando el cargo, aceptando su incapacidad para tomar decisiones firmes en bien de su pueblo.

Pero como esto es México, tierra de poca firmeza y de escasa solidaridad en los asuntos que atañen a todos, seguiremos viendo cómo llega la violencia hasta la puerta de la casa sin que movamos un solo dedo para tomar decisiones.

Los niños masacrados de LeBarón no se lo merecen.

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.