Las moscas amarillas de la fruta no pueden copular

  • José Ramón Eguibar Cuenca
De manera relevante su cortejo es adecuado por lo que las hembras aceptan a los machos

El famoso genetista Thomas Hunt, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1933 mostró que las moscas mutantes de color amarillo debido a la falta de pigmento denominado melanina, eran incapaces de fertilizar a las hembras con las que copulaban. Desde ese tiempo se propuso que las moscas amarillas tenían mal los circuitos de neuronas encargadas de la cópula, esto debido a que la dopamina, un neurotransmisor del cerebro, es también la sustancia que genera los pigmentos en el tegumento, el equivalente de nuestra piel en los insectos.

Sin embargo, un estudio reciente del cerebro de las moscas de la fruta mostró que no existen cambios, sino que las alteraciones en las moscas amarillas están en sus patas anteriores donde no tienen la forma de peine adecuada para que se puedan asir a las hembras durante la copula. De manera relevante su cortejo es adecuado por lo que las hembras aceptan a los machos, pero son incapaces de fertilizarlas ya que se desprenden de estas por falta de agarre y no se completa la cópula. Este hallazgo es relevante porque puede ser una nueva vía para el control de moscas que son capaces de transmitir enfermedades severas y tan diversas como la fiebre tifoidea, el cólera, o hasta lombrices intestinales entre muchas otras. Quién le iba decir a un galardonado del premio Nobel que sus estudios de genética de la conducta de las humildes moscas de la fruta podrían devenir en un mecanismo de control efectivo de éstas casi un siglo después. Las rutas que sigue el conocimiento científico son variopintas, pero siempre la búsqueda de las causas o de los efectos de manipulaciones en el laboratorio o en un estudio de campo pueden llevar a destinos inesperados como lo fue el caso de las moscas amarillas. Así que amable lector la próxima vez que las frutas de casa estén pobladas de estos animales obsérvelas y verá la riqueza en la tonalidad de sus ojos, cómo se asean con esmero sus patas y alas antes de que trate de eliminarlas. Al fin que en casa son menos dañinas que en los centros de producción de los árboles frutales. Aprovechemos esta oportunidad de poder maravillarnos de la naturaleza.

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José Ramón Eguibar Cuenca

Director General de Investigación de la Vicerrectoría de Investigación y estudios de Posgrado BUAP, médico de profesión y doctor en neurociencias. Es miembro del SNI y la Academia Nacional de Medicina