¿Quién para la CNDH?

  • Ernesto Villanueva
En pocos días se definirá quién es ungido por el Senado.

Este martes próximo se espera    que el Senado de la República logre la mayoría calificada para designar titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cargo que hasta hoy ocupa el ex abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez. La terna presentada al pleno puede no reunir necesariamente a todos los mejores perfiles. Se trata, empero, de un cargo político no meritocrático, aunque debería ser de esta forma. Hubiera sido plausible que el jurista Enrique Carpizo Aguilar, de quien tengo la mejor de las impresiones, hubiera estado en la lista final. La importante defensa de los derechos humanos de miles de agentes de la Policía Federal que permitió que progresivamente se les pague sus indemnizaciones conforme a derecho, fue un revés que lastimó sus posibilidades donde los vetos son, muchas veces, más importantes que los apoyos.

No obstante lo anterior, la terna refleja los consensos de las fracciones parlamentarias representadas en el Senado. A Rosario Piedra Ibarra no la conozco ni tengo información de primera mano sobre su trayectoria y sus prendas profesionales. Es evidente, empero, que cuenta con un significativo apoyo en el sector de la izquierda que le valió estar en la terna y debe tener su capital en el sector de los derechos humanos. Arturo Peimbert, ex ombudsman oaxaqueño, lo conocí hace tiempo por una amiga común y tiene una corriente de opinión favorable en este sector. Además, se le reconoce que haya hecho una labor real de defensa de los derechos humanos en este estado del sur del país con plena independencia del gobierno del Estado lo que rompe la regla, sobre todo a nivel local. Tiene apoyos prácticamente en todas las fuerzas políticas donde no ha sido vetado por ningún partido. Es cercano a MORENA, pero no es incondicional ni militante, lo que le otorga esa distancia necesaria para desempeñar ese cargo con una dosis razonable de independencia.

José de Jesús Orozco Henríquez es probablemente el mejor formado de los tres candidatos. Es un gran técnico del derecho. Es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y ha sido miembro y fue presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, lo que le dio una gran exposición internacional. Orozco es un hombre prudente y responsable lo que se conoce como institucional. Estas improntas que parecerían sus debilidades hoy son sus fortalezas en el nuevo régimen porque parafraseando a Jesús Reyes Heroles “lo que resiste apoya”. De los tres es el más distante ideológicamente de MORENA, pero también sus rasgos distintivos apuntan al diálogo y a la generación de puntos de acuerdo, como se ha podido ver a lo largo de su trayectoria en la CIDH, lo que permitiría al gobierno del presidente López Obrador tener un vigilante e interlocutor independiente, pero sensible al acuerdo para privilegiar la defensa de los derechos humanos más allá del ego personal y con distancia de los grupos de poder fácticos con agendas políticas ajenas a las labores sustantivas de la CNDH que fácilmente pueden contaminar el papel de esta institución en perjuicio de los objetivos que explican su creación por el gran jurista mexicano, Jorge Carpizo, a quien mucho le debe el país por sus grandes aportaciones a la innovación jurídica y a la honestidad como norma de vida.

En pocos días se definirá quién es ungido por el Senado y el quehacer que el nuevo régimen busca con esta institución que debe mejorarse institucionalmente, pero no desaparecer en modo alguno.

@evillanuevamx

ernestovillanueva@hushmail.com

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Ernesto Villanueva

Investigador Tit C IIJ UNAM, SNI III, columnista Proceso, SDPnoticias, OEM y Contra Réplica

Temas:

Corrupción y Derechos en la era digital