¿Para qué, el financiamiento universitario?

  • Samuel Tovar Ruiz
La mayor parte le corresponde a la federación.

Como se sabe por convenios entre la SEP y las UPES (universidades Públicas de educación Superior) entre la federación y las entidades federativas (estados) deben aportar en un 50 y 50 % de financiamiento para abarcar la totalidad del subsidio universitario a esas instituciones. No obstante lo real es que por ejemplo en 2017, la federación aportó hasta un 52 %, mientras los estados hasta un 27 %, mientras que bajo el rubro ingresos propios fueron aportados en un 12 %.  En otros términos, a la Federación correspondió la aportación sustantivamente mayor, mientras que los estados no dejaron de aportar de manera significativa hasta el 27 % arriba aludido. Pero lo más significativo fue que por ingresos propios las mismas DES destinaron el porcentaje aquí apenas indicado (Véase: Mauricio Polín, Plumaje, 22 de agosto 2017)

Agrega el mismo autor  que la propuesta del presupuesto universitario inicia en la SEP, a través de la Dirección General de educación superior, luego que ha sido aprobado en esta instancia, pasa a la SHCP. Luego esta secretaría informa a la SEP sobre el techo presupuestario de los recursos federales ordinarios  para cada una de las UPES, mismo que es establecido por el anexo U006 del PEF. Luego viene la forma de los convenios tripartitos que elabora la DGESU y firma la SEP. Las entidades federativas y las UPES.  En ellos se establecen los montos del financiamiento público federal y estatal para cada UPES así como el compromiso de éstas para recaudar fondos propios. (véase el mismo autor en la fuente citada)

Luego el mismo autor Polín lanza una advertencia: “La próxima negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) podría culminar en un recorte más a los ingresos que otorga la federación  a las universidades (…) La dinámica que ha imperado en los últimos años es insostenible y las consecuencias para la educación superior podrían ser de gravedad.” (Véase la misma fuente)

Por una parte el autor citado, tiene razón en la tendencia reciente de asignación presupuestaria al subsidio de las UPES, la mayor parte le corresponde a la federación, mientras que las otras partes se distribuyen entre las entidades Federativas y las mismas UPES.  Pero como se parecía en el art., en cita, la “proclividad” del autor es mostrar que la política de educación superior de la actual Administración Federal, encabezada por AMLO, es especialmente “reacia” a incrementar el subsidio a las UPES, sin embargo, como fácilmente se aprecia, el análisis que produce presenta una visión de la problemática universitaria muy corta de miras, su análisis es preferentemente cuantitativo, y por lo mismo superficial, sintomáticamente enmudece, o no dice nada sobre los aspectos cualitativos de la problemática de financiamiento universitario. Por lo que raya en una especie de “apología” por demás justificatoria  respecto a cómo actualmente se administran los recursos universitarios.  Su actitud de buscar responsables de la crisis financiera por fuera de las universidades, no sólo va con el “dado cargado” de exculpar a quienes las administran, sino propicia argumentativamente que se se vayan “ilesos”, como si nofueran responsables de muchos “hurtos”, más aun, como auténticas “blancas palomitas”. Después de leer, este tendencioso artículo, cualquiera se queda tentado a compadecerse y decir pobres “palomitas blancas” cómo “sufren” las mafias de las universidades.

Realmente ¿qué pasa respecto al financiamiento universitario? Que nuestro “analista” en su afán de exculpar no da en el blanco del problema.  El <<centro de gravedad>> no es otra cosa que la “altísima corrupción” enquistada preferentemente en el manejo de los recursos presupuestario otorgados anualmente a las universidades públicas.  Como muestra un botón, mismo que nuestro “analista”, por supuesto, no ve.  No hace mucho se denunció la implicación de muchas universidades (perdón quise decir, de muchas de las “mafias” enquistadas en estas universidades) en la llamada “estafa maestra”.  Pero además de esto, el “desvío” de recursos ha sido no solo cotidiano, sino escandaloso para costear “carreras políticas”, mientras incrementan exorbitantemente, para cubrir sus “fechorías”, los servicios escolares de todo tipo, esto por supuesto a costa del por si ya maltrecho ingreso de las familias de los universitarios.   Por otra parte, en franco abuso, hacen injustos y arbitrarios “recortes” a los salarios de los trabajadores, mientras las “mafias de interés” se adjudican altísimos salarios, prebendas, canonjías, compensaciones, sobresalarios, viajes al extranjero, gozan de “partidas secretas” que comparten con altos funcionarios de “otros partidos” afines, costean la carrera política de candidatos que si no salieron del establo universitario, si son muy proclives a los moches, etc. Todo este “cochinero”, por supuesto, nuestro “analista” no lo ve, ni de lejos. Sólo ve sufrimiento de sus “amigos”.

Es difícil en unas cuantas líneas abordar la cantidad de ejemplos de la corrupción universitaria actual. Pero es un pendiente que próximamente puede esclarecerse.  Son muchos los intereses en juego. También es mucho el cochinero. El presupuesto financiero es un “bonita slogan”, pero oculta tan pronto nos remitimos a su ejercicio, un sin número de turbiedades y marrullerías para burlarlo, en beneficio No de la comunidad universitaria, sino de las “mafias en el poder” que en la universidad ahora se enquistan.

Ahora que estamos transitando a la <<Cuarta Transfromación>> es muy recomendable que se tomen medidas de gran intención de <<saneamiento universitario>>.  Una de ellas, es exigir informes pormenorizados de los recursos, acreditables no por consejos universitarios apócrifos, serviles, domesticados, sino por las instancias de la federación competentes como la UIF (Unidad de Inteligencia Finaciera) o la ASF (Auditoria superior de la Federación) O la SFP (secretaría de la Función Pública) o  la F A (La fiscalía Anticorrupción) etc.  Si se combate la corrupción universitaria es más que justificado pedir estos y otros requerimientos, pero además otros como: por ejemplo transparentar las cuentas bancarias, cómo se gasta, mediante qué modalidades, en qué periodos, ah! sobre todo, analizar pormenorizadamente sus documentos de apoyo. Por supuesto, existen otros muchos rubros en este reglón, pero por mor del tiempo aquí se dejan pendientes. También se debe incluir se haga efectiva la exigencia de la comunidad universitaria de una verdadera Reforma para instaurar una verdadera <<autonomía universitaria>> en lugar de la actual, verdadera “taparrabos” de mafias, lo anterior en términos de exigir condiciones para una mayor y más perfeccionada <<democracia académica>> en  Universidades Públicas, mayores condiciones de igualdad participativa, derechos de igualdad de género de los y las universitarias para ejercer consultas sobre la viabilidad de sus mandatarios, o para ejercer igualmente la <<Revocación de Mandato>>.  Los universitarios no tienen por qué soportar una criatura abusiva, ignorante o traidora del presupuesto, y además sin vocación ni méritos universitarios. Si los anteriores derechoso facultades sociales, ya son un hecho en la <<democracia mayor>> de nuestra sociedad, ¿qué impide su ejercicio en las universidades?  Igualmente se debe discutir lo relativo al perfil y formas de gobierno universitario y, desde luego, replantear el quehacer universitario en todos los niveles de actividad, preferentemente en Foros o en Congresos organizados por profesores y estudiantes, cuyas resoluciones sean vinculantes, de inmediato. Así, finalmente, recomendamos un otorgamiento de subsidio o financiamiento universitario, pero No como un cheque al portador en favor de mafias, sino con claros compromisos democrático-académicos de las Universidades Publicas, con fines de <<crecimiento cualitativo>> de la comunidad universitaria. Pues a través de ella, también, sin duda, la Universidad crece, y con ello nuestra comunidad superior de todos los mexicanos.        El gobierno de AMLO, tiene razón al someter a un mayor escrúpulo el otorgamiento de financiamiento a las UPES (Universidades Publicas de educación Superior. Las mafias están “acostumbradas” a gastárselo en sus adicciones, vicios y componendas. Alto al despilfarro irresponsable!  La cuarta Transformación Va!      

         

Opinion para Interiores: