La lengua y sus enseñanzas

  • Xavier Gutiérrez
Genios humanos en forma de fabulistas existen en todas las culturas

Los fabulistas y los caricaturistas son personajes geniales. En unas cuantas líneas o en unos pocos trazos dejan una profunda reflexión. Dan lecciones breves y sabias. Meten en la cabeza conceptos que revolotean y siempre producen un efecto, generalmente provechoso.

Genios humanos en forma de fabulistas existen en todas las culturas. Ahí están Esopo, Jean de La Fontaine, De Lamartine, Lorrin,  Gottieb Ephraim Lessing, Iriarte, Rosas Moreno,  Samaniego, Fedro y muchos más.

La mayor parte de ellos recurren a la zoología para enseñar a los hombres. Ponen a los animales como actores, como maestros. Exhiben la miseria humana y ponen de relieve la virtud.

Muestran los defectos del ser humano y los contrastan con sus grandes cualidades, con el talento y los valores eternos.

El hombre no siempre es un aventajado alumno. Por eso le repiten las lecciones los sabios de todos los tiempos y en todos los confines de la tierra.

Por eso leemos y vemos   fábulas, caricaturas, cuentos, frases, aforismos, citas, apotegmas, refranes y dichos. Y muchas otras formas de sabiduría comprimida.

Porque la palabra es un instrumento fundamental para el mejor entendimiento humano, hoy en tomado una fábula poco conocida de Fedro. Su enseñanza es valiosa lo mismo en el arte de gobernar, que en la empresa o en la vida.

Se titula “Las lenguas”.

Siendo Esopo esclavo, le encargó su dueño cierto día que preparase un suntuoso banquete para sus más ilustres amigos. Los manjares habían de ser de lo más delicado que se encontrase en Grecia.

Llega la hora del festín, se sirvió a los comensales un plato de lenguas diferentes, aderezadas con salsas distintas.

El éxito de este extraño manjar superó a las esperanzas del anfitrión. Vino el segundo plato, también de lenguas, lo que provocó entre  los asistentes  agudos chistes y rasgos finísimos de ingenio. Pero el plato tercero era también de lenguas, y el cuarto y todos, de lenguas solamente.

Amostazado el dueño con esta especie de burla, increpó a Esopo por su excesiva libertad, reprendiéndole durísimamente .

-Señor -se disculpó el esclavo- me encargasteis lo mejor para la comida, y yo no he hallado cosa mejor que lenguas. Ellas son el órgano escogido para los discursos y los elogios; con ellas se aprende la moral y la filosofía ; por ellas se verifica el comercio, se celebran los contratos; nos vienen las luces de todas partes, se ama…¿Hay pues, señor, cosa de más estima que las lenguas?

Todos aplaudieron las razones de Esopo, excepto el amo, que le dijo:

-Pues bien, mañana vuelven a comer aquí esos señores. Si hoy nos has puesto lo mejor que hay en Grecia, mañana quiero que nos sirvas lo más malo.

Al día siguiente, en efecto, Esopo preparó otra comida, pero también de lenguas, que son asimismo lo peor que existe.

Hasta ahí la lección.

Queda ahí la herramienta. Se la puede usar para blasfemar, ofender, insultar, difamar, regañar, amonestar, calumniar, defenestrar, destruir.

Pero, al mismo tiempo para elogiar, reconocer, exaltar, dialogar, cortejar, edificar, amar.

POSDATA: Muchas, muchas gracias a quienes leyeron la croniquilla anterior sobre Zacatlán, y de modo especial a quienes se tomaron la molestia de escribirme: Raquel Martínez León, Sergio Vergara, Ranilda López, Santi PF, Erasto Jiménez, José Tórres, Luis Hernández, Luz Sosa, Yolanda Vázquez Hernández y Susana Rodríguez Vera.

xgt49@yahoo.com.mx   

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.