En los últimos años ha sido común escuchar este término, la pedagogía estudia los métodos y las técnicas que se aplican en la enseñanza y la educación, los centros educativos se han empoderado  a través de diferentes técnicas que se alinean a los contenidos que se imparten en las distintas asignaturas, son contemplados diferentes tipos de evaluación, se sugiere la actualización docente, acreditaciones para los centros educativos y muchas alternativas que se promocionan como parte de la pedagogía con la que se trabaja en los centros escolares, sin embargo, hay algo que sigue dejando un espacio bajo este enfoque, se trata de la formación por convicción, e implica hacer que los estudiantes realmente disfruten lo que hacen permitiendo el desarrollo de su creatividad en lo que les agrada, aún no son libres de decidir sobre su modo de aprendizaje, ya que se siguen sometiendo a instrucciones específicas de la tarea que se debe de realizar, no hay un estímulo afectivo de acuerdo a su desempeño, no existen opciones de elegir que habilidades quieren desarrollar y minimizan sus intereses ¿por qué un estudiante que está interesado en experimentar o descubrir algo nuevo para él, se debe limitar a escribir cierto número de cuartillas? ¿por qué se condiciona a lo teórico teniendo más habilidades prácticas? y así muchas cuestiones, la rigurosidad que caracteriza a algunas escuelas en realidad limita el aprendizaje de sus estudiantes, se necesitan niños  y jóvenes felices de aprender, no condicionados a tener que hacerlo, se debe disfrutar cada etapa conforme a su crecimiento personal en lugar de pasar horas haciendo tareas, lo increíble de esta situación es que son los propios padres quienes contribuyen a la exigencia de que haya más tarea, más talleres o clubes extraescolares, siguen enalteciendo el nombre de sus hijos cuando tienen buenas notas y castigando cuando no es así, sin darse cuenta de que una nota escolar no define el talento de una persona; no veamos en nuestros hijos lo que nosotros no pudimos ser y permitamos que brillen de manera auténtica, no sometida, ni condicionada.

¡Pedagogía para todos! concentrando el concepto en la plenitud personal.