A 100 años de Fundación del Partido Comunista Mexicano

  • Nicéforo Rodríguez Gaytán
La fundación del Partido Comunista Mexicano fue el 24 de noviembre de 1919

Lo más preciado que posee el hombre es la vida, se le otorga una sola vez y hay que saber vivirla de modo que al final de los días no se sienta pesar por los años pasados en vano, para que no exista una angustia por el tiempo perdido y para que al morir se pueda exclamar "toda mi vida y todas mis fuerzas han sido entregadas a la causa más noble en este mundo, la lucha por la liberación de la humanidad".

Nikolái  Ostrovski.

La fundación del Partido Comunista Mexicano fue el 24 de noviembre de 1919, declarándose su extinción el 18 de octubre de 1981. Tiempos de clandestinidad, represión, asesinatos, encarcelamientos, torturas para muchos de sus militantes en territorio nacional.

Miembros de las juventudes comunistas y cuadros formados ideológicamente y líderes sociales, optaron por la lucha armada creando grupos guerrilleros urbanos y rurales para tomar por asalto el poder político. Muchos fueron asesinados, ejecutados, desaparecidos físicamente en su intento.

Como Presidente de la Republica José López Portillo y su Secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles con negociaciones con las fuerzas de izquierda se impulsó la reforma política de 1977, en ese contexto, se le otorgo el 3 de Mayo de 1978 el registro al PCM, dejando la mayoría de sus cuadros la semi clandestinidad para incorporarse a la lucha política electoral para acceder al poder político en México, por la vía legal y pacífica.

Un año antes, en las elecciones de 1976, el PCM, postulo como candidato presidencial al líder ferrocarrilero Valentín Campa, sin registro legal obtuvo cerca de un millón de votos.

Como preparatoriano en 1973, a los 17 años,  fui reclutados al PCM y me integre a militar  en la Célula de la “Preparatoria Nocturna Benito Juárez García”,  de la entonces UAP, por el activismo político desarrollado fui convocado junto con Jorge Armando Enríquez Ortega (a) “el Sonrisal”  a una reunión en el DF, con Gilberto   Rincón Gallardo, para incorporarnos  en 1976 a la  “Brigada de Avanzada” de la campaña de Valentín Campa, recorriendo los Estados de Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Chihuahua, cerrando campaña  en un mitin central en la capital y en convivio con los camaradas que fueron parte de la campaña alrededor de la presa de la Boquilla, Chihuahua, disfrutamos de canciones y un exquisito guisado de pescado  preparado en varias ollas, denominado  “caldo de oso de chihuahua”.

Recorrimos el norte del país transportándonos en una Combi y un Zafarí marca VW, donde llevábamos, colchonetas, cubetas, harina, posters, pintura, un aparato de sonido y una libreta con nombres de viejos camaradas campesinos, ferrocarrileros, maestros, electricistas, obreros de minas y líderes de colonias, que no siempre encontrábamos. Pintábamos bardas, hacíamos nuestro engrudo para pegar posters, perifoneábamos, repartíamos volantes, hacíamos mítines relámpago, convocábamos al mitin central con el candidato Valentín Campa y cuando escaseaba los viáticos o cooperaciones de los compañeros para la alimentación, en los municipios que visitábamos, boteábamos en las calles y en el mercado repartíamos volantes y pedíamos que nos regalaran frutas y algunas verduras. En las noches antes de descansar, hacíamos balance y programábamos rutas de proselitismo, siempre alguien comentaba de algún libro que había leído para recomendarlo haciendo una breve reseña de su contenido.

Cuando los integrantes de la brigada nos despedimos en la casa de Gilberto Rincón Gallardo,  de su hijo, dos compañeros de Monterrey, de Morelos y Guerrero, con firme convicción por la experiencia tenida, con abrazo y apretón de manos, quedamos de leer dos libros: la Madre de Máximo Gorki y Así se templó el acero, de Nikolái  Ostrovski.

Su lectura marco en definitiva para mí, la convicción de seguir en la lucha por un mejor país con justicia y equidad.

Mucho se podrá decir de los comunistas y sus “utopías”, sarcasmos, epítetos, fanatismos ideológicos, el ser violentos por naturaleza, eso y más, menos carentes de valor, ni  cobardes,  ni traidores para quienes, firmes y dignos, hoy,  con espíritu renovado y con los años encima cantamos la internacional y conservamos una bandera roja con la hoz y el martillo,  guardada o colgada en una pared de nuestra casa, símbolo inequívoco y testigo  de nuestra lucha, que aun continua.

nish76@hotmail.com

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Nicéforo Rodríguez Gaytán

Líder estudiantil. Miembro del PSUM, PMS, PRS y PRD. Estudió de nivel medio, superior y Posgrado en la BUAP. Doctor en Ciencias Políticas UNAM. Profesor investigador, Facultad de Derecho y C.S. BUAP