El panorama del cambio

  • José Pascual Urbano Carreto
Se requiere un análisis más detenido de lo que implica hacer esa transformación en un país.

Con el triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador, en la elección del 1 de julio de 2018, se inició un proceso de transformación profunda de nuestro País, que se sintetiza en lo que nuestro presidente llama “la Cuarta transformación” ; la primera fue el proceso de Independencia del País, la segunda fue la reforma en la nación mexicana, la tercera fue el proceso de la revolución Mexicana y, obviamente, la cuarta será la que se inició en el primero de julio de 2018 y que deberá culminar con el México más justo, incluyente, plural equitativo y definitivamente más democrático.

El propósito declarado es ese, sin duda, pero se requiere realizar un análisis más detenido de lo que implica hacer esa transformación en un país como el nuestro.

En primer lugar. conviene tomar en cuenta lo que es la realidad del país que pretendemos cambiar, para mejorar, es decir buscar definir los rasgos esenciales de esa realidad: la situación de la que debemos partir.

En su discurso del día primero de diciembre frente a decenas de miles de ciudadanos que concurrieron al zócalo de la ciudad de México para escuchar su mensaje. Después de recibir el bastón de mando, informó que estaba recibiendo un país en quiebra, sobre todo en el sector energético. Ante tal evaluación tan contundente de lo que estaban entregando los integrantes del gobierno anterior, se incomodaron y pretendieron matizar lo dicho por nuestro presidente. El asunto fue detallado en el discurso pronunciado por el presidente en su toma de posesión frente al congreso, en él mencionó puntualmente lo que constituía una situación de desastre nacional, la aclaración proyectó el sentido de los cambios del nuevo régimen. 

Cuando lo que se pretende es modificar la esencia de la estrategia aplicada a lo largo de los pasados treinta años en México, y en buena parte de las economías más importantes del mundo. Un propósito como el que se ha definido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de superar lo que genéricamente se ha denominado como el Neoliberalismo y que básicamente consiste en modificar como criterio ordenador de la sociedad el predominio del mercado y la conformación de un estado mínimo, el estado necesario para asegurar los mecanismos del mercado, es decir los intereses insaciables de los grandes negociantes. Modificar eso es un asunto sumamente complejo y muy riesgoso. 

Cuando los grandes negociantes decidieron impulsar un modelo de desarrollo afín a sus intereses, iniciaron su trabajo con el objetivo de capturar al estado y desde esa trinchera construir un entramado legal e institucional que les permitiera realizar en las mejores condiciones los propósitos asociados con el funcionamiento del capitalismo más primitivo, en el extranjero la tendencia al predominio de los criterios del neoliberalismo es aún dominante en la mayoría de las instituciones internacionales, en el FMI, OCDE, BM y en muchas de las Instituciones más importantes en el ámbito mundial. Una pista que puede reforzar mi afirmación es que un exfuncionario, José Ángel Gurria, del gabinete del expresidente CSDG es el presidente de la OCDE, una de las instancias internacionales que insiste en anunciar que la gestión del presidente va por mal camino. Enfrentar esos intereses no es una tarea sencilla. 

Se torna más complejo cuando se tiene que tomar en cuenta que mucho de lo que se está modificando afecta los intereses creados, de los que fueron y siguen siendo jefes de esos importantes personajes. 

Se ha decidido poner orden en el País, se han corregido las actitudes frívolas, suntuosas y despilfarradoras; ya se canceló la pensión a los expresidentes, se modificó el uso de las guardias presidenciales, se cambió también lo que se hacia el día del informe presidencial, se modificaron, del mismo modo, los mecanismos que aseguraban los negocios leoninos de los grandes magnates del comercio y de las finanzas, el primer ejemplo de ello fue la cancelación de los negocios relacionados con el NAIDCMX que se había decidido por ellos, (los magnates de los negocios y de la política)  hacerlo en Texcoco. 

Los señores de los negocios se quejaron que ellos habían tomado esa decisión apegados a lo establecido en la ley, cierto, pero justo lo complicado de la modificación de la estrategia del País tiene que ver con una de las formas más complejas de la corrupción que es la “captura del estado” por parte de los magnates de las finanzas y de la política, los que crean marcos institucionales y legales para que sus fechorías sean perfectamente legales. A eso le apuestan los que hoy se encuentran acusados de delitos que se agrupan en el concepto de corrupción.  Lo que ellos aún no asimilan es que el triunfo de AMLO representa de verdad un cambio en la dinámica de todas las acciones relacionadas con la vida del País.

Ya se dieron leyes que cancelan las viejas formas de eludir las responsabilidades de los servidores públicos en las decisiones de ellos, ya no basta que estos no hayan firmado los contratos que representan hechos irregulares, sino que, ahora basta con que un subordinado o par o jefe del funcionario realice acciones irregulares y no las denuncie para que se les considere, al menos, como cómplice del hecho denunciado.

 Así por el estilo se ha comenzado a crear un marco legal e institucional para generar lo que ya se está consolidando, se han dado cambios en la conducta de los funcionarios de la nueva administración.

 Considero que los miembros del grupo dominante anterior deberían tomar en serio que hay un nuevo régimen, que se trata de que cambien de conducta si quieren integrarse a la dinámica de la nueva sociedad.  

Para integrar el nuevo bloque histórico dominante que tiene el propósito de construir una sociedad más justa, el Presidente, tuvo que estructurar un núcleo de hombres comprometidos con el cambio hacia la nueva sociedad mexicana; en donde se incluyen ciudadanos y ciudadanas que durante sus vidas han defendido el proyecto de nación que incluye esencialmente la libertad, la justicia y la igualdad, algunos que después de estar en los grupos dominantes anteriores se distanciaron de las elites por no compartir sus conductas autoritarias excluyentes y, sobre todo, por sus acciones de corrupción, en ese enorme grupo de ciudadanas y ciudadanos que se han  definido por el cambio representado por la cuarta transformación se cuentan muchos que hace poco tiempo combatían al lado de los que apoyaban a los miembros de la elite que se identificaba con las políticas neoliberales. Para el triunfo y estructuración del proyecto de la cuarta transformación todos son necesarios, y se les debe dar espacios para que continúen realizando su labor política, sin olvidar que además de las capacidades para gobernar, reales o supuestas, siempre será importante considerar que el proyecto de transformación debe quedar a resguardo de los que sí garantizan su desarrollo y su defensa.

El bloque de los beneficiarios y defensores del Neoliberalismo fueron desplazados del gobierno federal, y de algunos gobiernos estatales y de un buen número de Municipios, pero para los partidarios de la cuarta transformación, debe estar muy claro que ellos aún conservan una presencia muy importante en los organismos internacionales, que igual que ellos defienden el proyecto neoliberal, ellos son bastante identificables. Conservan un muy significativo número de gubernaturas y de gobiernos municipales, ello se traduce en la posibilidad de que desde allí se atrincheren y tengan como propósito minar las bases de apoyo para el nuevo proyecto.

 Siguen sosteniendo la idea de que los criterios que les garantizaban sus voraces negocios son los adecuados, para ello echan mano de su presencia en órganos institucionales afines con su proyecto, tal es el caso de Universidades, organizaciones patronales, sindicatos y los órganos autónomos que ellos conformaron y que se identifican con su proyecto. 

En el caso de las Universidades se destacan varias de las Privadas, aunque no faltan algunas entre sus partidarias instituciones de Educación Superior de carácter público. 

 En los órganos del poder Judicial cuentan con fiscales con el INE y la mayoría de los OPLES, con un buen número de los integrantes del TEPJF, con varios magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con varios grupos parlamentarios en las Cámaras del congreso de la Unión. Tienen la presencia muy significativa de Partidos políticos nacionales y locales que de manera individual o de manera coaligada siguen empeñados en restablecer los privilegios que venían disfrutando. Todo esto forma lo que toda democracia plantea como reto para integrarlos a la nueva dinámica política de la nación después de un triunfo de una opción que prometió una modificación profunda de la dinámica nacional. 

Lo más complejo del panorama es que lo descrito no es ajeno a un entramado en los negocios que la clase dominante venía realizando al amparo de las redes de poder, con la captura del estado los negociantes de los combustibles con licencias legales se asociaban a los que desde el mismo Pemex sustraían el combustible para venderlo sin ningún problema en sus establecimientos legales. Los que se dedican a la venta de sustancias prohibidas contando con el aval de funcionarios importantes podían desarrollar sus actividades contando con la protección de los que en ese momento se incluían en los altos segmentos de la clase dominante.

 Los gobiernos que se identificaban con los criterios sociales del mercado fomentaron los negocios rentables, y de manera frecuente se mezcló a los recursos financieros legales y legítimos con recursos de procedencia dudosa. Esa dinámica se dio durante decenas de años y claro ello se tradujo en una poderosa red de negocios asociados al crimen organizado que ahora cuentan con mucha presencia en los órganos del estado, con los que los dirigen o les dan protección, cuentan con grupos armados que se asemejan a los ejércitos privados, y se han infiltrado en las mismas entrañas de la sociedad en ciudades y en algunas comunidades. 

Con estas consideraciones es más entendible lo que la cuarta transformación viene planteando, tiene que desmantelar la acción de los partidarios del neoliberalismo para evitar que socaven las bases de la transformación progresista profunda y, al mismo tiempo, debe evitar que desde los órganos de poder que aún conservan los vinculados al crimen organizado operen para socavar el prestigio de la cuarta transformación. Parece que por la preocupación de los carteles delincuenciales, por su posible extinción,  han aumentado sus actos violentos para evitar que la sociedad mexicana se identifique plenamente con el proyecto del presidente AMLO, que en este aspecto, básicamente significa lograr pacificar el país, consolidar el estado de derecho, mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos, evitar la corrupción y acabar con la impunidad de los delincuentes ordinarios y los profesionales, así como, a los que les han dado cobertura.  

Así formulado el problema de las transformaciones significa que al mismo tiempo que se transita en los cambios se tiene que conformar el nuevo bloque histórico de gobierno del estado y además de tener una administración eficiente, ya es el momento de que el equipo del gobierno de la cuarta transformación ponga a trabajar con mayor intensidad a todos los secretarios de estado y a sus secretarias para potenciar la acción de las políticas progresistas de la transformación social de México, paralelamente se tiene que abrir espacio para que estructure y se conforme un gran movimiento que respalde y consolide la organización comprometida con los cambios necesarios para otorgarle solidez al proyecto progresista del presidente AMLO.

Paralelamente se tiene que entender que por lo intricado de las redes de poder del régimen neoliberal en situaciones muy frecuentes se encontrará mezclado el fenómeno de la resistencia de la oposición que pretende conservar sus privilegios que fueron legalizados por la captura del Estado, con aquellos que tienen que ver con los grandes negocios de los carteles del crimen organizado en el tráfico de sustancias prohibidas y del robo de energéticos con las demás formas de los actos delictivos secuestros, asaltos cobro de Piso y diversos impuestos que la delincuencia acostumbra establecer. Todo eso es lo que la cuarta transformación pretende desmantelar, el trato a las fuerzas políticas opositoras como en toda democracia deberá ser de proponer caminos para concertar caminos que permitan mejorar la situación del país.

 En tanto respecto a los segundos, que configuran las redes delincuenciales, el combate debe procurar unir a toda la sociedad contra ellos y evitar confusiones, denunciar que las huestes de esa red de poder han entronizado la violencia de manera especial en los espacios donde gobiernan los partidarios del nuevo proyecto;  dejando claro que si el nuevo gobierno solo quisiera simular el cambio, la violencia se habría atemperado, mejorado la seguridad y tendríamos un crecimiento económico excluyente y concentrador, lo que ellos venían haciendo, los que hoy son oposición felices proclamarían que el gobierno si estaría haciendo lo conveniente, pero como se está mejorando paulatinamente la situación de los excluidos y de los pobres, ellos los privilegiados del Neoliberalismo,  dicen que es incorrecto empezar una paulatina pero consistente mejora en la distribución de los ingresos. 

 Supongo que a la luz de estas reflexiones se puede asimilar mejor lo importante de los cambios que se están realizando y valorar lo substancial del contenido del informe presentado por AMLO, nuestro presidente.

 

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.