Nuestra Escuela Pregunta su Opinión

  • María Teresa Galicia Cordero
Este proyecto puede aplicarse en todos los niveles educativos, en todas las modalidades.

María Teresa Galicia Cordero

Ante la necesidad de contextualizar la escuela en su entorno social, económico y cultural, existen experiencias ya probadas que mucho ayudarían en esta tarea de la búsqueda de estrategias que permitan resignificar las prácticas educativas.

Nuestra Escuela Pregunta su Opinión NESPO, promueve la realización de proyectos sociales de investigación y el uso de las encuestas de opinión como instrumento pedagógico en las escuelas; este proyecto puede aplicarse en todos los niveles educativos, en todas las modalidades y hasta en la educación para adultos.

Esta iniciativa, parte del Instituto Pablo Montenegro, organización sin fines de lucro creada en el año 2000 con el apoyo de las empresas asociadas al grupo del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística IBOPE y la UNESCO, para desarrollar y ejecutar proyectos en el área de educación en Brasil. Posteriormente se fue extendiendo a otros países de América Latina como Argentina, Chile, México y Colombia.

En México, en el 2005, la Asociación Civil Contracorriente A.C, fue invitada para participar en este proyecto piloto con un equipo de investigadores coordinado por Sandra Aguilera Arriaga, junto con cinco escuelas secundarias de Puebla básicamente de contextos indígena, migrante y urbano.

La invitación a esas escuelas surgió por la necesidad de contar con el desarrollo de una gestión escolar efectiva para lograr los propósitos del proyecto junto con procesos de democratización de la vida escolar, el desarrollo de competencias profesionales para los docentes y de aprendizaje para los alumnos.

Para realizarlo, personal brasileño con experiencia en el proyecto viajó a la ciudad de Puebla para capacitar al equipo base, posteriormente se realizó un taller inicial en el que, a los profesores de las escuelas invitadas, se les capacitó de manera vivencial en el uso de la metodología prevista. 

Con base en ese aprendizaje, los docentes de cada escuela realizaron actividades de formación, procesos de acompañamiento y prácticas de seguimiento con sus alumnos, que les permitió implementar una investigación de opinión a través de una encuesta y realizar los proyectos que los mismos estudiantes propusieron de acuerdo con sus intereses y con las problemáticas existentes en su comunidad. 

Nosotros como equipo de apoyo asesoramos, presenciamos, grabamos y levantamos bitácoras de lo ocurrido en las sesiones de trabajo de cada escuela; este seguimiento fue permanente con el fin de que se lograran los propósitos previstos. 

Este proyecto logro el involucramiento tanto de los directores como de los profesores de las diversas asignaturas. Por ejemplo, los de español apoyaron la redacción de los cuestionarios y su revisión ortográfica; otros maestros en la identificación de las problemáticas y su planteamiento; otros coordinando la aplicación de las encuestas.

Los maestros de matemáticas jugaron un papel importante en el procesamiento de la información porque de manera colegiada con otros docentes y equipos de trabajo con los estudiantes, sistematizaron los datos, sacaron porcentajes y elaboraron gráficas para presentar los resultados.

Una vez terminada la investigación, se organizaron eventos de socialización tanto al interior de las escuelas como en las comunidades para que los padres de familia y los docentes de otras escuelas, estuvieran presentes en la presentación de resultados de las encuestas realizadas. 

Otro evento donde se compartieron las experiencias, fue el “Encuentro Estatal de Experiencias Educativas”, con la presencia de las secundarias participantes. 

Por último, presentamos las experiencias y los resultados de este proyecto en el V Congreso de IBOPE Brasil con otros cuatro países de América Latina: Brasil, Chile, Argentina y Colombia.

Entre algunas de los aportes derivados de esta experiencia educativa, se encuentra el de la necesidad de  modificar la organización tradicional de las escuelas, permitiendo que las voces de sus estudiantes y de su comunidad sean escuchadas; la aceptación del papel protagónico que los alumnos deben de tener en las escuelas, lo que permitió que su autoestima se fortaleciera junto con los maestros que vivenciaron, aportaron y desarrollaron el proyecto; este tipo de propuesta permitió el desarrollo del trabajo en equipo y el trabajo colegiado, base para compartir saberes; se lograron aprendizajes pertinentes y significativos  para alumnos, maestros y la comunidad educativa en general; finalmente se fortaleció el binomio escuela-comunidad no solo por la visibilización de las problemáticas detectadas, sino también por la gestión de soluciones dentro de una comunidad de aprendizaje en y para la vida.

Insisto en la necesidad de que, en educación, especialmente en los procesos de escolarización, se valoren las experiencias exitosas que se han desarrollado en las escuelas. 

Seguramente como esta hay muchas más, pero la experiencia recabada en nuestras escuelas, por los directores, maestros y comunidades, pueden ser las luces que permitan alumbrar el camino para seguir adelante, resignificando nuestras prácticas educativas.

 

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María Teresa Galicia Cordero

Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.