Cajas en la cabeza

  • Juan Martín López Calva
La imagen se hizo viral en las redes sociales y en las notas periodísticas

“En redes sociales fue difundida una fotografía donde aparece un grupo de estudiantes del que, se asegura, es el Colegio de Bachilleres de Tlaxcala plantel 1, con una caja en la cabeza mientras realizan un examen.

Esta foto se ha vuelto viral e incluso ha dividido a la sociedad del estado de Tlaxcala pues, algunos padres de familia acusan al profesor de humillación y violación de los derechos humanos de los estudiantes”.

https://www.excelsior.com.mx/trending/profesor-pone-cajas-en-la-cabeza-a-alumnos-para-aplicar-examen/1333127

La nota puede parecer chusca, una especie de broma que algún medio de comunicación de esos que se dedican a inventar cosas absurdas inspiradas en la realidad publican para que el público se divierta y olvide sus preocupaciones cotidianas y las tensiones que enfrenta en su día a día.

Cuando la leí no daba crédito. Resulta que no era una broma sino un hecho real ocurrido en el vecino estado de Tlaxcala en una institución de nivel medio superior. En efecto, una fotografía muestra a un grupo de estudiantes con uniforme, sentados en sus pupitres haciendo un examen, con cajas en la cabeza que tienen orificios para que puedan ver la hoja en la que escriben pero impiden la visibilidad en cualquier otra dirección.

La imagen se hizo viral en las redes sociales y en las notas periodísticas se señala que algunos padres de familia de estos alumnos se quejaron porque consideran este hecho como una humillación y violación a los derechos humanos de los estudiantes.

No sé qué tanto sea una violación a los derechos fundamentales porque no soy experto en este tema, pero considero que sí se trata de una acción por parte del docente que de algún modo agrede la dignidad de los estudiantes, los señala como incapaces de responsabilizarse de su comportamiento en una prueba escrita y manda un mensaje de desconfianza y poca valoración de ellos como personas.

Pero más allá de este aspecto que seguramente deberán atender los directivos de la institución en la que sucedió o las autoridades educativas estatales de esa entidad para responder a las quejas de los padres de familia que se inconformaron, veo en este hecho y en esta imagen una especie de metáfora de lo que sigue predominando como concepción de la educación en nuestras aulas y lo que continúan teniendo en la mente muchos de nuestros profesores en todo el territorio nacional.

Es una imagen de la educación tradicionalista que concibe el examen como una herramienta coercitiva más que como un instrumento de evaluación del aprendizaje y sigue reproduciendo el símbolo de los exámenes como instrumentos de poder y de ajusticiamiento de los estudiantes en lugar de verlos como espacios de recuperación y verificación de lo que han aprendido y de lo que hay que reforzar porque no se ha logrado asimilar correctamente.

Se trata de una imagen que refleja también lo que Bourdieu llamaba violencia simbóica en el aula y que consiste en ejercer el poder e imponer violentamente la hegemonía del docente como superior a los estudiantes con métodos que no llegan a usar la fuerza física pero que tienen efectos psicológicos igual o más traumatizantes que esta.

La imagen es además una metáfora de lo que pasa en las aulas en muchísimos espacios escolares en los que se está operativizando una idea de la educación que consiste en moldear o encuadrar las mentes y los corazones de las nuevas generaciones para que se conviertan en ciudadanos adaptados, dóciles y obedientes, incapaces de cuestionar a la autoridad.

Una metáfora de la forma en que muchos profesores y escuelas acotan y limitan la mente de los estudiantes para que vean solamente lo que está marcado en el programa, en el momento en que lo marca el programa y de la forma en que lo establece el plan de estudios.

Se trata de una imagen que nos remite a la manera en que se va obstruyendo la visión periférica y el horizonte más amplio de sus preguntas, inquietudes y búsquedas dejándoles solamente unos pequeños orificios para que miren hacia donde los maestros, directivos y burócratas deciden que deben mirar.

En la foto podemos ver también una expresión clara de lo que señala Ken Robinson en su muy conocido video Changing paradigms donde cuestiona que la escuela llame trampa –copiar- a lo que en el mundo real y en el campo laboral se considera como colaboración.

Todas estas imágenes me remiten finalmente al profesorado porque es precisamente el docente el que va reproduciendo esa idea caduca de educación. Creo que esta imagen debería llevarnos a preguntar: ¿No estamos también nosotros poniendo cajas –invisibles, simbólicas- en la cabeza de nuestros estudiantes con nuestra forma de concebir y realizar el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Cuáles son las cajas que les estamos poniendo a los niños y adolescentes en sus cabezas para cerrar sus horizontes de búsqueda?

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).