Desde hace más de una semana hemos sido testigos de uno de los mayores desastres ecológicos en la historia. En la zona amazónica el fuego ha arrasado con miles de hectáreas, afectando de forma sustancial e irreversible el ecosistema sudamericano y que conlleva consecuencias a nivel global.

Hizo falta que múltiples medios de comunicación evidenciaran imágenes de los incendios para que el mundo entero volteara hacia el sur de América y dimensionaran la magnitud del problema, el avance de los incendios y las secuelas que tendrían en la selva amazónica.

De inmediato el gobierno brasileño a cargo del ultraconservador Jair Bolsonaro, quien lleva ocho meses en el cargo, se manifestó en contra de grupos ecologistas a quienes ha detenido los apoyos, acusándolos de seguir políticas europeas y provocar los incendios.

El problema no ha sido solo el daño ecológico a la selva amazónica, ésta ha escalado a situaciones de política internacional, con el desencuentro entre el presidente de Brasil, Bolsonaro y de Francia Emmanuel Macron, quien se manifestó en contra del actuar de su homólogo brasileño, por llevar una política de brazos caídos, incluso amenazó con oponerse a firmar el tratado de libre comercio entre la Unión Europea con el Mercosur, negociaciones que apenas se han formado después de 20 años de negociaciones, pero que aun no han sido ratificadas.

En días próximos se va a reunir el G7, conformado por los países más industrializados y un tema de la agenda será precisamente el ecológico. Recordemos que Estados Unidos es el único país que se ha rehusado a firmar el tratado de París, documento que compromete a los firmantes a realizar acciones al interior de sus países para detener el cambio climático.

Es una lástima que tengan que suceder tragedias como la ocurrida en el amazonas para que los líderes mundiales vuelvan a tomar el tema ecológico como eje trasversal de las políticas públicas y económicas del mundo.

Incluso Fidel Castro en un discurso ante la ONU hace 27 años, advertía que los excesos del capitalismo pondrían en riesgo el medio ambiente. Acusando a los imperios de la contaminación del aire, tierra y mares, así como el atraso en los países del tercer mundo. Estableció: “si se quiere salvar a la humanidad de esta autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta”.

Confiamos en que los líderes mundiales incluido Donald Trump, se sensibilicen del gran problema en el que se encuentra el mundo, las consecuencias del cambio climático están siendo cada día más palpables, más incendios y descongelamiento de los icebergs en la Antártida por mencionar algunos. Esperemos que estemos a tiempo para detener los efectos, que las sociedades de consumo sean más responsables, que los gobiernos incentiven los métodos de protección al medio ambiente. Y como dijo Fidel Castro “páguese la deuda ecológica y no la deuda externa, desaparezca el hambre y no el hombre”.