La influencia social es un factor relevante en la vida de las personas, las condiciones del contexto delimitan la forma de ser o de pensar; las personas con las que se coincide transmiten ciertas enseñanzas que también contribuyen a la formación humana, sin embargo, existen situaciones y personas específicas que impactan en la vida (de buena o mala manera), pero todo depende del empoderamiento que se les dé, las situaciones que ocurren y de las cuales no estamos conformes, nos limitan y nos enganchan a situaciones del pasado que pocas veces estamos interesados en resolver, lo que es de nuestro agrado a veces es posible que nos ancle a una idea de fantasía, es decir, distrae nuestros pensamientos de la realidad, dando una sobrevaloración a lo que ya paso, y del mismo modo ocurre con las personas, pero, ¿quién nos determina? son aquellas personas que condicionan nuestros pensamientos, que no nos permiten identificarnos con un criterio propio y siempre estamos a la expectativa de su aprobación, puede ser una pareja, los padres, los hijos, jefes… nos determina quien consideramos que cubre las carencias que tenemos y que al parecer tienen un vínculo estrecho con nuestra persona, quien nos conoce y empieza a tomar ventaja de la relación, y si bien, los seres humanos somos sociables, conviene identificar que personas merecen la pena que estén en nuestra vida, se vale equivocarse, lo importante es dejar de pertenecer cuando se reconoce el error o bien, cuando esa persona que en su momento fue relevante ha dejado de serlo.

Las personas se renuevan cada día, las necesidades cambian, las perspectivas se amplían, el daño puede sanar, en fin, el panorama es otro, entonces demos la oportunidad al cambio, dejemos de lado lo que nos sigue condicionando pero que quizá solo es la idea que se tiene en la mente y el impacto dejo de ser el mismo.

Lo que nos debe de determinar es la inteligencia, las capacidades, los talentos e intereses desarrollados, lo que depende de nosotros mismos y que nos libera de las expectativas de los demás. Se debe elegir a las personas que impulsan a ser mejor y libres y a las que corresponden con franqueza sin esperar nada a cambio y sin consumir la esencia del otro.