Descansar sin culpa ni remordimiento es posible, siempre y cuando se tenga una vida productiva, resaltando que la productividad está relacionada con la efectividad. No importa si se trabaja mucho tiempo, si no que se aprecie la labor que se hace y sea retribuida de una manera satisfactoria, cuando estamos conformes con lo que se realiza y el rol que desempeñamos, nuestra cultura se amplía para asumir que parte del bienestar implica descansar, una persona que se cuida tiene mayor probabilidad de tener mejor rendimiento y de pensar mejor.

El descanso no es un incentivo, es una necesidad que como seres humanos tenemos, aprender a descansar equilibra la intención de mejorar, ser eficientes cuando así se requiere y despreocuparse cuando no es necesario, sin querer aprovechar cualquier momento para realizar acciones que no se concretan. El descanso es importante cuando se amerita, cuando se tiene una vida proactiva, y a la par de esta existe una rutina que integra buenos hábitos que complementan el desarrollo humano: ejercitación física, mental, estabilidad moral, equilibrio emocional, efectividad laboral, relaciones interpersonales sanas…

Deja de ser atractiva una labor que te absorbe todo el día sin que exista la posibilidad de descansar (sin importar el beneficio o la retribución económica), lo necesario es que a la par de las actividades rutinarias cada día tenga un momento en el cual se pueda disfrutar lo que te hace feliz y te permita reponerte del cansancio y del desgaste cotidiano. Si se implementa este hábito existe la posibilidad de potencializar la eficiencia del pensamiento, dejemos de estar en la búsqueda de hacer más cosas o de buscar más tiempo para saturarnos y enfoquémonos a pensar mejor, a darnos tiempo para apreciar lo que merece la pena, busquemos el momento para disfrutar con las personas que nos aman y que nos enseñan a ser mejores, dejemos pasar lo que no es importante ni trascendente para nuestro bienestar, seamos personas comprometidas para descubrir la mejor versión de nosotros, desarrollemos nuevos talentos y habilidades, ampliemos nuestros intereses, tomemos el cumplimiento de metas como un estilo de vida y aprendamos a soltar lo que nos resta, lo que nos limita, lo que nos condiciona y lo que nos impide ser mejores; nada ni nadie justifica condicionar nuestro tiempo para descansar, el tiempo es un recurso valioso en la vida de los seres humanos, no permitamos que se absorba al grado de restringir o condicionar la plenitud de la vida.