Trump y el terrorismo de estado

  • Rodrigo Rosales Escalona
El año pasado se registró un total de 283 migrantes muertos

El imperialismo norteamericano, es culpable del atraso económico y tecnológico de nuestros países subdesarrollados, por el simple hecho de que somos su patio trasero, donde su poder económico nos somete a extraer nuestros recursos naturales y económicos, en beneficio de sus empresas y emporios financieros, conduciendo a que nuestros pueblos seamos presa de la pobreza y marginación.

Cabe agregar, que mientras Trump se niega a que combatamos mundialmente el cambio climático, en cuanto a que protege intereses de sus industrias que contaminan, es tal sus efectos negativos, que, en el campo, lo afecta en demasía, padeciendo los campesinos a que no llueve y no produce, así sea en México o Centroamérica, donde los campesinos, ante ese problema, abandonan sus tierras por miseria, para fugarse a la nación de la explotación.

Desde el abrasador desierto de Sonora hasta el caudaloso Río Bravo, la frontera de 3145 kilómetros entre México y Estados Unidos es, a veces, un cruce mortal entre los puertos de entrada. El año pasado se registró un total de 283 migrantes muertos; hasta ahora no se han revelado los números de este año.

Trump, en su formación conservadora derechista, jamás podrá comprender que su nación imperial, es la causante de que miles de habitantes latinoamericanos o del mundo, pretendan emigrar a su nación, con la falsa esperanza de tener una vida digna que el imperialismo les niega.

El hecho de imponer una medida anti migratoria, bajo el pretexto de que les quitamos fuentes de trabajo, de que son criminales, y mucho más, ejecuta acciones de terrorismo de estado, aprovechándose de la formación ideológica de su pueblo, en cuanto a que es tan viejo como la sociedad de clases misma.

Por lo que Trump, convoca a una población racista a apoyar su política a involucrarse a grupos o individuos para utilizar la violencia indiscriminada para expresar su opinión manipulada en contra de quienes hacen rica a su nación, mediante la manipulación y transgresión de los marcos ideológicos y políticos de la represión “legal” (la consentida por el marco jurídico tradicional en Estados Unidos) y debe apelar a métodos no convencionales, a la vez extensivos e invasivos, para aniquilar a la oposición política y la protesta social que no está de acuerdo con su política derechista, porque a través de evidenciar a los migrantes, pretende ganar confianza entre la población afín, para reelegirse.

El terrorismo de Estado es siempre de origen conservador y, por lo tanto, antagónico a los intereses históricos de los sectores populares, siendo que dicho terrorismo de Estado es siempre vergonzante, porque siempre está atrapado en la misma contradicción: debe difundir sus prácticas más crueles y aberrantes para generar el terror y asegurar la dominación pero debe, al mismo tiempo, negar su autoría para no transgredir las normas jurídicas internas e internacionales que aseguran –en teoría- el respeto a los derechos humanos, a tal grado de que la oposición se miviliza a la política migratoria de Trump crece en Estados Unidos a medida que salen a la luz las condiciones inhumanas a las que son sometidas las personas en los centros de detención fronterizos. Sin embargo, Trump, por más que intenta justificarse por el bien de su patria, la acción represiva contra los migrantes, desemboca en que amplios sectores sociales de su país como congresistas, lo señalan de extremista racial, en cuanto a que Donald Trump, tuiteó que las parlamentarias demócratas de origen extranjero deberían "volver" a sus países, por lo que recibió inmediatamente calificaciones de "racista" y xenófobo.

Con esta última, suma una más a su profuso historial de declaraciones controvertidas, que incluye una en enero de 2018, cuando calificó de "países de mierda" a naciones africanas, Haití y El Salvador, durante una discusión sobre inmigración.

En su tuit, Trump no nombró específicamente a ninguna congresista demócrata, pero su mención a las "representantes demócratas 'progresistas'" fue interpretada como una referencia a un grupo de mujeres liberales relativamente jóvenes, que integran por primera vez la Cámara de Representantes.

Entre las supuestamente aludidas se encuentran Alexandria Ocasio-Cortez, de Nueva York; Ilhan Omar, de Minesota, y Rashida Tlaib, de Michigan, mismas que le han expresado que su postura es racista e incongruente con los derechos humanos.

Por cierto, la Constitución norteamericana, es la única en el mundo, donde está inscrito que es legal la existencia de grupos nazis, como también la integración de partidos políticos de misma línea.

Lamentablemente, en nuestras naciones, destacan intereses creados y una política en la que dominan fuertes rasgos conservadores y de corrupción: ambos han jugado una y otra vez a favor de la contención del cambio, por una cuestión de autoritarismo sobre la democracia, por asumir posturas de ser cómplices del capitalismo, sin medir consecuencias de violación de nuestras soberanías. De ahí la pobreza y desempleo.

No importa el nombre que se acuñe el capitalismo, como hoy el neoliberal, siempre está por exprimir a los pueblos, donde Trump es digno ejemplo.

Con las elecciones de 2020 en la mira, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó sus comentarios xenófobos contra cuatro legisladoras del ala más radical de la oposición demócrata, acusándolas de "odiar" al país e invitándolas a "irse" si no les gusta.

Entretanto, ante la amenaza de expulsar a miles de migrantes, recordemos que durante la Alemania nazi, la persecución y exterminio de millones de personas, obedeció a lo más cruel de un sistema degradante. Por lo que es imperioso el revisar la historia, para que tengamos elementos de juicio y crítica.

rodrigo.vian@yahoo.com.mx 

Analista político y de prospectiva social

 

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.