En Puebla ya estamos hasta la madre

  • Miguel Ángel de la Rosa
Es momento de tener sanciones más severas para disminuir la delincuencia.

Ofrezco una disculpa por el título de mi columna, pero no encuentro una frase más exacta para señalar el estado de ánimo que tenemos miles de poblanos ante la inseguridad que se tiene en todo el estado de Puebla. Hoy por la mañana Alfredo Colimoro Sarellano fue asesinado de una forma cobarde, cuando salió de una sucursal de Banorte donde al parecer realizó un retiro de treinta y ocho mil pesos probablemente para pagar el sueldo de algunos trabajadores. Al realizar el retiro según las primeras investigaciones, subió a su vehículo Mercedes Benz, para que posteriormente fuera interceptado a unas calles sobre la 39 oriente y la 12 sur, en la zona de Plaza Dorada. No se sabe si lo quisieron asaltar o secuestrar, el hecho es que bajó de su unidad presa de pánico de ser amagado por hombres armados y en ese intento recibió un balazo que lo postró y uno de esos infelices delincuentes todavía se dio tiempo para rematarlo con otro impacto de bala cuando ya estaba en el suelo. Estos hechos ocurren en Puebla todos los días y no hay forma de pararlos.

Lo que hizo hoy por la mañana el difunto Alfredo, es un hecho cotidiano que realizamos miles de poblanos. Fue a una sucursal bancaria, hizo un retiro y dentro de la sucursal hubo algún empleado o un supuesto cliente que informó a los delincuentes que se había realizado una operación en efectivo y lo siguieron al salir de la sucursal y sucedió lo que sabemos. Lo que más indigna de este hecho es la forma en que perdió la vida el empresario nacido en la ciudad de México, aunque avecindado desde hace ya varios años en Puebla, después de lesionarlo de muerte todavía tuvieron la poca madre de rematarlo con otro disparo como se dice coloquialmente.

Los delincuentes que cada día son más, tratan con estos hechos de mandar un mensaje a la sociedad de que o se dejan asaltar o secuestrar o se mueres. Son una especie de cofradía que buscan en gran medida simplificar su trabajo.

Y ante eso el estado de la cuarta transformación, piensa que repartiendo catecismos de valores, los delincuentes van a dejar de delinquir. Andrés Manuel en campaña señaló que el acabaría con la delincuencia con el ejemplo. Que él no iba a robar y que con ese ejemplo nadie iba a robar. Eso perdóneme señor presidente es una utopía.

Ya es momento de tener sanciones más severas, lamento profundamente que la única solución para disminuir la delincuencia tan alta que hay en México sea la pena capital. Actualmente nuestro país ocupa el lugar número 140 de 167 países donde hay más delincuencia, según el Índice Global de Paz 2018 (IGP) estudio que elabora el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) con sede en Sídney, Australia.

Es al menos hoy, con penas más severas, como podemos recuperar la seguridad perdida sobre todo con delitos que indignan a toda la sociedad como el sucedido hoy por la mañana; leyes más severas como las que tienen otros países como Estados Unidos donde hay pena de muerte. Quienes no respeten la vida de los demás, no tenemos como sociedad por que respetar la de ellos. Y con eso se disminuirá sin duda el índice delictivo. Para que no me califiquen de pro yanqui, les comento que también esta pena se tiene como máxima sanción en China, Cuba y Singapur el país más seguro del mundo, en donde la pena capital es una sanción para los que matan de la forma que hoy hicieron esos infelices.

Nunca he estado a favor de la pena de muerte, pero ante los hechos que vemos ocurren todos los días, donde las víctimas pierden la vida, lamento reconocer que es una posibilidad esa sanción que debemos valorar para recuperar la tranquilidad que da la seguridad que ya no tenemos. Ahí se las encargo señores diputados. 

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Miguel Ángel de la Rosa

Político, abogado y contador público certificado. Nacido en Puebla. Como periodista ha sido colaborador en radio, televisión y periódicos locales. Expresidente Estatal del PRD. Presidente Estatal de Iniciativa Galileos APN. Rector del Instituto de Ciencias Ecuestres. Amante de los caballos.