El día de ayer el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia Ambrosio Guzmán señalo durante un recorrido en la sede del Congreso del Estado ubicada en la 5 poniente 128 que el edificio no presenta ningún problema grave, lo cual tira el argumento de la imperiosa necesidad de la construcción de un nuevo recinto.

El estado de Puebla registró una pobreza laboral (personas que no pueden cubrir gastos básicos con su salario) del 46 por ciento, superando la media nacional en 6.2 puntos, ya que el promedio fue 39.8 por ciento, asimismo, de acuerdo con el documento “Principales retos en el ejercicio del derecho a la alimentación nutritiva y de calidad” del CONEVAL, el 20.1 por ciento de la población en nuestro estado presentó inseguridad alimentaria durante 2016, es decir, carencia por acceso a los alimentos.

Evidentemente en la tónica de la política de austeridad del Presidente López Obrador la construcción y remodelación de oficinas de lujo está prohibida de acuerdo a la nueva Ley de Austeridad aprobada en el Congreso de la Unión la semana pasada. Tan solo por mencionar tres casos de dispendio.

La nueva sede del Congreso de Guanajuato fue programada para construirse en dos años y con un presupuesto de 130 millones de pesos, tardaron seis años y tuvieron que elevar el presupuesto 464% llegando a 734 millones sin contar el costo del mobiliario.

El caso del nuevo recinto oficial del Congreso de Querétaro, pasó de una programación de 70 a 220 millones, de los cuales 195 corresponden a la edificación del edificio y 25 al mobiliario.

Caso similar en el Estado de Morelos cuya nueva sede pasó de un presupuesto de 97 a 372 millones de pesos tan solo para la edificación del edificio.

En la Constitución liberal de 1857 se reformó la configuración del Poder Legislativo y en la exposición de motivos decía: “Se suprime el Senado por haberse convertido en una Cámara oligárquica que representa los intereses más bastardos”, porque el legislativo se convirtió en un campo de invierno, de nulidades políticas.

La actual composición del legislativo, no es producto de negociaciones con el poder, ni de contubernio con los órganos electorales: el pueblo decidió libremente a quien quitar y a quien entregar la mayoría parlamentaria. La plataforma electoral que encabeza la mayoría tenía como una de sus banderas la austeridad y la crítica a la construcción de oficinas de lujo.

El intento de cambiar la sede del Congreso del Estado de Puebla más que la mera construcción de un edificio es un problema de fondo, es saber ¿cuándo dispondrá Puebla y los poblanos de un nuevo congreso local?, le urge a Puebla dejar atrás las viejas prácticas y vicios parlamentarios, la mudanza es estéril, habrá un odre nuevo, pero contendrá el mismo vino viejo.

jose.espinosa@congresopuebla.gob.mx